Vampire Killer: El Ojo de Ra

Infierno (Capítulo 71)

INFIERNO (CAPÍTULO 71)

 

 

Leo estaba luchando contra el terrible Neo los dos estaban bastante igualados, pero el ex agente había visto como el cielo había cambiado a un color rojizo muy tenebroso. No se sentía nada tranquilo, sabía que Jessica había vuelto a la normalidad pero tenía un presentimiento que las cosas no estaban marchando bien.

 

 

Tenía claro que algo realmente malo estaba ocurriendo. Lo terrible del asunto es que Leo no estaba luchando con todos sus sentidos porque estaba preocupado. En ese instante el vampire killer bajó la guardia y recibió un tremendo golpe en la cara.

 

 

Salió impulsado varios metros hasta caer al suelo. Neo lo miraba serio no estaba contento con el enfrentamiento y así se lo hizo saber.

 

-¿Porque no luchas en serio?. ¡Este debería ser el combate más importante de mi vida!. ¡Y me estoy empezando aburrir!- dijo el imponente vampiro.

- ¡Es verdad tengo que derrotarlo cuanto antes!.- Leo cambió su cara, hasta ese momento tenía cara de preocupación a una más segura.

- ¡Esto está mejor!-

 

 

En cuestión de segundos Leo corrió a una gran velocidad que ni siquiera el miembro de "Los Excluidos" pudo detectar y le golpeó en varios puntos de su cuerpo como en la cabeza, los brazos y las piernas. Esta vez el vampiro es quien salió impulsado a varios metros y fue al suelo, aunque enseguida se levantó.

 

-¡Esto es otra cosa!. ¡Así sí!.- gritó excitado

- ...- Leo estaba concentrado sin decir ninguna palabra.

- ¡Hasta a mí me ha costado verte con tu gran velocidad!. ¡Que divertido!. ¡Este es el combate que esperaba!. ¡Por fin voy a poder sacar mi 100%!.

-¿Qué?- el agente exclamó sorprendido.

 

 

El vampiro estaba rodeado de un aura roja, y las venas de su cara estaban totalmente hinchadas, sus ojos eran rojos del color del volcán, su musculatura aumentó notablemente. Sin mediar palabra salió disparado contra Leo que tuvo para saltar para que un puñetazo del imponente rival no lo destruyera.

 

 

El brazo de Neo golpeó el suelo y la tierra se abrió, entonces miró al joven y comenzó a sonreír.

 

 

-¡Esto solo ha sido un saludo!- dijo divertido el hombre.

- ¡No está bromeando!. ¡No solo ha aumentado su fuerza si no que su rapidez también lo ha hecho!. ¡Mierda!.

 

 

Al mismo tiempo lejos de allí Johan había robado el poder a las viejas brujas excepto a su abuela que se había quedado sin respuesta ante la historia que le había contado su nieto.

 

-¡Lo sé todo!. ¡La vida eterna y el hechizo del Vampire Killer!. Sé el trato que hay entre las cuatro grandes brujas y Nadie.

-¿Cómo- preguntó Esthela totalmente sorprendida.

 

 

- ¡Lessane era una bruja antigua miembro de las brujas! ¡Ella me explicó que las viejas necesitaban que el vampire killer para tener la vida eterna!. No querían morir, ni tampoco convertirse en vampiros hicieron un trato con Nadie. Ellas debían repartir su poder y su vida para crear a un ser que pudiera vencer a cualquier ser oscuro que apareciese pero para poder vivir necesitaban, que el poder volviera a ellas por eso el Vampire Killer debía morir para volver a ellas.

 

 

El vampiro siguió explicando que Lessane tuvo un enfrentamiento con las otras brujas por empezar a coquetear con la magia oscura para volver a ser joven, ya que todas ellas aunque eran eternas lucían como ancianas.

 

 

Finalmente tuvo un enfrentamiento con las que habían sido compañeras, tuvieron una gran batalla pero perdió y se le dio por muerta dejando su lugar para otra nueva miembro: Esthela siempre había querido ser miembro y a cambio convenció a las otras brujas en convertir a su propio nieto que estaba a punto de nacer a cambio del lugar que antes ocupaba Lessane.

 

 

A la abuela de Johan comenzaron a caer lágrimas, mientras el vampiro tenía una mirada fría y inexpresiva.

 

-¿Crees que no fue difícil?. Después de tú muerte intenté volver a traerte a la vida pero fue totalmente inútil. ¡Busqué y busqué y no encontré nada para volverte a la vida!.

- ¡Vais a conocer lo que es el verdadero infierno!- dijo fríamente Johan.

 

 

Esthela no paraba de llorar, miraba la cara de su sobrino y ya no veía esa sonrisa cristalina ni el buen humor que le caracterizaba, veía a un joven frío y tenebroso. Estaba totalmente aterrorizada su aura era siniestra como ninguna otra, era el mal absoluto.

 

 

La mujer vio como el vampiro apareció detrás de las otras brujas y en cuestión de segundos las mató a todas: primero a María al que le cortó la cabeza, a Mizuki le sacó el corazón y Adela la explotó en pedazos.




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