Vampire Killer: El Ojo de Ra

Mi nombre es Leo (Capítulo 73)

MI NOMBRE ES LEO  (CAPÍTULO 73)

 

 

Leo notó como el aura de Elena desapareció, mientras se enfrentaba contra su imponente rival, que no dejaba de atacarlo con una sonrisa en su boca que estaba abierta de par en par. El vampiro se había convertido en autentica bestia y sus golpes destruían todo a su paso, estaba enloquecido por el fragor de la batalla.

 

 

-¡Que divertido es esto!- gritaba enloquecido

 

 

 

En cambio nuestro protagonista no estaba tan emocionado, la muerte de Elena le había afectado y estaba claro que Johan haría lo mismo con todos los que se enfrentaran a él no podía dejar que ese malvado se saliese con la suya.

 

 

 

Había llegado el momento de utilizar su fuerza al máximo, su entrenamiento había conseguido fortalecerle mucho y aumentar su poder y su fuerza al 100% lamentablemente solo podía hacerlo durante unos minutos.

 

 

Aproximadamente podía utilizar ese incremento solo 10 minutos pasados ese tiempo su cuerpo y su aura serian afectados enormemente. Al ex agente de la CIA no le hacía mucha gracia tener que utilizar su poder al máximo pero Neo era mucho más fuerte de lo que pensaba en un principio.

 

 

Leo cerró los ojos y comenzó a calmarse para poder utilizar todo su poder tenía que desconectar de todo lo externo. Sus latidos que hasta ese momento habían sido muy rápidos empezaron a ser más acompasados.

 

 

Neo estaba totalmente enloquecido, estaba disfrutando como un niño pequeño, sus ojos eran del color del infierno mientras apretaba sus puños.

 

 

-¿Qué preparas?. ¡Muéstramelo!. ¡Estoy tan excitado!- dijo el miembro de los Excluidos muy motivado.

 

 

En ese instante un aura de color blanco salió de él y comenzó a rodear todo su cuerpo, mientras su rival mostraba un aura roja casi demoniaca.

 

 

-¡Vamos!. ¡Enséñame todo lo que sabes hacer!

 

 

Neo salió disparado contra el chico al que intento golpear con una gran brutalidad pero Leo fue tan rápido que esquivó el golpe y con una velocidad fuera de lo normal se puso delante del vampiro al que golpeo en el corazón con una precisión milimétrica.

 

 

Su rival solo pudo ver un rayo blanco acercándose a él y solo con un golpe sintió como mil estacas se introdujeran en su corazón y su cuerpo nunca había experimentado tantísimo dolor como en ese momento.

 

 

El aura roja desapareció y Neo se sujetó con las manos para no caer al suelo, mientras empezaba a escupir sangre.

 

 

-¡Gracias!- dijo el vampiro mientras sonreía.

- ¿A qué te refieres?- preguntó el joven

- ¡Siempre he esperado un combate así!. ¡Estoy realmente contento de haber encontrado a alguien como tú!. Nadie me había vencido en fuerza hasta ahora, incluso cuando me enfrente al que hasta ahora era mi compañero quedamos en empate.

 

 

- ¿Te refieres a Johan?

-¡Exacto!.

- ...- Leo no dijo nada

 

 

¡He muerto como siempre quise luchando y por alguien más fuerte que yo!. Nunca creí que lo hubiera. ¡Luché mucho, muchas veces!. Después de tantos años ser fuerte se convirtió en una maldición por eso he buscado gente fuerte para que pusiera fin a mi vida pero lamentablemente por H o por B nunca lo encontré hasta ahora.

 

 

Leo miraba a su rival que hasta ese momento para él solo era una bestia movida por la batalla había cambiado y ahora solo era un hombre que quería morir.

 

-¡Quizás su hubiésemos estado en otra situación o tiempo nos habríamos llevado bien!.- dijo Neo.

-¡Quizás!- contestó Leo

 

 

El vampiro empezó a escupir más y más sangre ya no aguantaba ni siquiera sus brazos, sus piernas y comenzaba a nublarse la vista, hasta que cayó al suelo y su corazón comenzaba a romperse en su interior.

 

 

Su vida se estaba acabando, pero estaba feliz porque finalmente alguien le había podido superar ya que pensaba que nunca nadie lo haría. Poco a poco el cuerpo fue deshaciéndose mientras los recuerdos de su infancia, sus combates y sobretodo la amistad con Johan desaparecían igualmente.

 

 

-¡Adiós amigo!- dijo el imponente vampiro mientras su cuerpo desaparecía convirtiéndose en cenizas que flotaban en el aire.

 

 

Leo intentó notar el aura oscura del malvado vampiro y se dio cuenta que si no utilizaba su poder al máximo no llegaría a tiempo al lugar donde su querida Jessica y todos los demás estaban enfrentándose a ese monstruo.

 

 

Su cuerpo volvió a iluminarse y en cuestión de segundos comenzó a correr hasta convertirse en solo un rayo blanco.




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