Vampire's lady

Capítulo 1

Bostecé una vez que los guardias salían de los largos pasillos, con lo siguiente me acerqué a los barrotes de mi jaula que estaban totalmente frías por ser de metal, viendo que los guardias ya no estaban me doy la libertad de suspirar frio.

Trato de sacar mi rostro en medio de estos barrotes para alcanzar a ver a la nueva chica que han encarcelado, parecía asustada y bastante ensangrentada, normalmente siempre vienen así, ya que al tratar de defenderse se lastiman así mismas por las esposas en las muñecas.

Una vez que la vi, note su tipo de piel, era morena y su cabello era color chocolate, al pensar en eso, lamo mis labios ¿a qué sabrá? Pero no hablo acerca del chocolate, su sangre.

Parpadeo un poco dejando ese pensamiento, para encontrarme con unos sollozos de parte de ella, era normal que lloraran por el tipo de maltrato y el nuevo lugar a que nos sometían.

—Cálmate— las chicas en ese lugar le hablaban en un susurro, forzándola a callar —Nos van a escuchar— se quejaban, siendo sincera, nadie aquí quería ser azotada por cosas tan simples como hacer ruido.

Yo por mi parte, volteo los ojos, siempre es así, la misma rutina de siempre, las nuevas lloran y se cuestionan bastante, y no lo entiendo, una vez que cumples los 18 años, eres llevada a este tipo de lugares para un montón de cosas, esta sociedad, ha dado un gran revoltijo que es muy diferente a los de varios siglos.

Para acortar todo, como ya dije, los mayores de edad, de ambos sexos somos sometidos a una prisión, por supuesto esto no va para todos, hay adolescentes que son llevados a los criaderos, a la gastronomía y a enfermería. Esos son los afortunados, los llamo Sangre blanca. En cambio, a los que estamos aquí, se nos ha llamado Picaros, según se, nuestro comportamiento es la razón por la que estamos aquí.

Los sollozos y suplicas de las chicas callaron al escuchar el sonido de las rejas y puerta abrirse, todas se encogieron en posición fetal hasta una esquina, lo cual me llevo a hacer lo mismo, pero envés de ver al frente, me volteo a la pared para no ser notable de mi rostro, tratando de que mis cabellos castaños taparan mi rostro.

—Y entonces ¿estas son todas las esclavas? — escucho una voz masculina que jamás había escuchado en esta habitación enorme, y regularmente escucho unos pasos normales, pero esta vez escucho pisadas con bastante autoridad, al igual que la voz, no parecía ser de un guardia común y corriente.

—Son para cualquier uso, Lord—

—Por favor, llámame príncipe— ahora escucho una risa amigable de parte de este anónimo, lo cual me hace voltear a ver un poco para ver, pero aun no pasan por mi jaula.

—Claro príncipe— se siente nervioso.

Los pasos son más fuertes, pero siguen charlando —Así que podría comprarme una de estas...— aclara su voz.

—Claro que sí, no tienen precio elevado, ya que su tipo de sangre es aparentemente común— tose un poco y continua —Y para un vampiro como usted, seria de ver qué tipo de sangre es el que busca— ahora siento sus voces enfrente de mi jaula, haciendo que mi ojo izquierdo los mire de reojo.

Ambas sombras están enfrente, puedo notar que uno es mucho más alto que la otra, el del guardia es pequeña, así que puedo saber que el anónimo es alto —¿Y esta? ¿qué tipo de sangre tiene? — pregunta el hombre, que, a su vez, escudriña mi jaula, al verlo de reojo, me lo había imaginado como un señor, no como un hombre aparentemente de unos 27 años, con pelo negro de longitud media. 
Con ojos azules profundos, que rara vez había visto en otros vampiros. Con mandíbula afilada que bien enmarcaba su rostro.

El hombre se posa enfrente de mi jaula y piensa —No sabría decirle, nadie está interesado en esta cosa— señala a mi persona y yo solo puedo ver la mirada del hombre grande, sus ojos son azules intensos, al ver mi mirada, lo evito bastante rápido, con miedo a que me azoten por siquiera verlos a los ojos.

—¿y por qué? — pregunta con total interés, que para mí es extraño que alguien tenga las dudas conmigo, ya que los últimos tres años que he estado aquí, nadie se había fijado de mi existencia.

—Es complicado, señor— corta el guardia, decidido a omitir más la plática —Pero estas le pueden interesar— camina hacia las jaulas de a la par —Son nuevas aparentemente— El anónimo príncipe lo sigue.

—¿Cuánto es lo más que duran? — pregunta el vampiro. El hombre voltea sin entender —¿Cómo así? — el vampiro suspira —Digo que cuanto tiempo es el máximo o mínimo que las tienen aquí, en la jaula— explica al hombre.

—Oh, una vez que viene alguien, se las lleva y el más tiempo probablemente son tres años, la que ha tardado más es la de cabellos de oro que acaba de ver— concluye y siento la mirada del vampiro.

Inmediatamente el guardia lo guía a otras chicas, omitiéndome por completo.

—¿Y entonces...se decidió por cuál? — pregunta el guardia con su gorro en mano, estos se encontraban en la salida de la habitación.

—Vendré otro día, en lo que decido— eso fue lo último que escuche cuando las rejas, luces y puerta se cerraron.

Todo el salón suspira de los nervios, la de cabellos de chocolate toma confianza y pregunta —¿Quién era ese? — entonces las demás en un susurro le explican que hacemos aquí.

Prácticamente somos esclavas para la realeza vampírica y quien tenga un poder máximo, que obviamente son los vampiros.

Quito unos cabellos de mi rostro, tomando mis piernas con mis brazos para dejar mi mandíbula puesta en mis piernas, he estado aquí por tres largos años, recuerdo que, al llegar aquí, en esta misma jaula, no tenía recuerdos exactos de mi vida, cuestionándome todo este tiempo quien era, sabia mi nombre, pero no mi personalidad, así que por bastante tiempo lloraba y temía a bastantes cosas, recordando que siempre que lo hacía, merecía un buen castigo de los guardias vampiros.

Y siempre que veía que se llevaban a alguien por las rejas, sabía que no volverían, temiendo por ser la siguiente. Pero cada vez que se llevaban a alguien, venia alguien nueva y se la llevaban días siguientes, no sabiendo si era bueno o malo, pero siempre temía a ser llevada como ellas y ver que jamás volverían. Eso fue hace tiempos, que ahora, no me preocupo si se llevan a alguien, sé que nunca me llevaran, incluso siento que puedo morir aquí y es algo sumamente importante para mí.



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En el texto hay: vampiros, bestias, romance

Editado: 08.01.2019

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