28 de Octubre de 1990.
Mi nombre es Sebastián Michael. Mido 1.80 de altura. Soy una persona muy robusta con un cabello de color negro, los brazos son muy fuertes, poseo la piel blanca como si pareciera un ángel, pero no es así por ser una criatura sobrenatural bebedora de sangre de seres vivos. Cuando peleo con el enemigo soy diferente, evito alimentarme de sangre de enemigos. El aspecto del rostro es muy pálido. Gracias al cabello largo conservo una imagen macabra. Amo vestir de colores oscuros en especial el negro para evocar la elegancia. Lo que más amo es crear estrategias en la vida porque cada decisión nos lleva a un camino diferente y si fallamos nos volvemos a levantarnos. Antes era muy hedonista. Ahora soy una persona que lee de todo para buscar progresar a través de la aplicación de los conocimientos leídos. En la vestimenta tengo una apariencia del individuo del siglo XIX con adaptación a la época: chalecos de gala, pantalón y traje seguido de una playera de cuero negro y con el reloj collar. En el pasado, los impulsos lujuriosos acabaron en determinar el destino de mi existencia humana donde acabé trasformado en vampiro. Del pasado, recuerdo el exhibicionismo del arte cuyo propósito era renacer la cultura en todas las capas sociales, trabajaba con los grandes pintores de la época e interactuaba con los grandes herejes de toda Europa. Si no hubiera sido trasformado, sería perseguido por la inquisición por difundir pinturas y libros de carácter esotérico de los grandes pintores para ser mandado a cada parte de Europa. Todo cambió una medianoche en Florencia cuando al entregar el paquete de libros esotéricos a una condesa misteriosa encontré la muerte humana. Recordaba: los grandes dientes afilados, el traje rojo carmesí, el sonido del miedo y las campanadas de la media noche. Al saber de ya no formar parte de la humanidad caí destrozado por no volver a cometer las actitudes negativas y en especial el placer. Al aceptar el cambio, inicie en dedicarme a la moral del renacimiento y al conocer la literatura quedé atrapado con los libros de sociedades secretas, la religión, la filosofía, la metafísica, etc. Lo importante es el rescate de los valores humanistas. No me gustan mucho las personas de doble moral. He conocido muchas y planeo en acabarlos con la ideología de la praxis para evitar la infección de ideas déspotas en el universo. De mis poderes son las invocaciones de terremotos para evitar inmovilizar a mi enemigo. Siempre tengo la habilidad de evitar ser acabado por un enemigo débil y quedo impecable desde mi vestimenta hasta mi cuerpo.
Sebastián se encontraba hundido en un sueño.
Me encuentro atrapado en un ensueño. Parece como si hubiera vuelto a la vida humana y he sido tomado como experimento donde se introduce la sangre de mi cuerpo para ser resucitado. Estoy confundido porque estoy en la época de 1560 d. C. Cada edificio es innovado como una forma de discurso arquitectónico con elementos del cristianismo para seguirnos evangelizando por la afición al arte renacentista y marinerista. Todos los mortales guiados de las luchas protestantes contra católicos seguían a pesar de haberse aceptado el protestantismo. La iglesia y la inquisición iniciaban un acto de juez de hierro porque con la entrada del Concilio de Trento hicieron un dominio para controlar a las almas de manera radical. Todos los libros de innovación cultural estaban prohibidos. Los protestantes y católicos de Italia eran juzgados en vía pública por ocultar a los protestantes o por refugiarse los protestantes en el catolicismo. La iglesia seguía tapando crímenes eclesiásticos, el dogma de fe era tan oscuro que dichas acciones acabaron por concientizar a algunos católicos. Pude haber muerto en la hoguera de la inquisición por ser cómplice muchos pintores y filósofos destacables como: el gran Leonado Da Vinci y otros.
Camino directo a una casa misteriosa del primer hereje. Todo el pueblo italiano quema la vivienda sin importas las vidas de las personas dentro del lugar y no hay piedad a ellos por ser familiares del hereje. Se escuchan las voces de miedo y angustia en ellos porque han perdido en creer en el catolicismo por las malas acciones. Entro seducido por escuchar la voz de una chica de rojo carmesí, no muestra su rostro, me incita a entrar a la casa en llamas. Sólo lo único característico es la máscara veneciana puesta en la cabeza. Ella entra a la casa ardiendo y al quitarse el vestido rojo, se muestra la vestimenta de una túnica negra y empieza a morderse los labios frente a todos los espectadores. Al entrar al lugar sin darme cuenta del sufrimiento de los hijos del difunto, la persona extraña estaba ahí. Por medio de los bailes seductores y canticos de miedo, se acelera mi corazón con fuerza. Las cosas del alrededor se movían rápido por un ser humano que parecía ser Dios. La chica sigue bailando y susurrándome cosas vulgares al oído, se acerca. Ahora evoca un hechizo seductor y quedo petrificado. No puedo moverme para iniciar el acto final. Al pasar la noche seguía ardiendo la casa y la persona encapuchada lanzaba una sonrisa hacia mí y los dientes le brillaban, por arte de magia se rompió la vestimenta hasta mostrarse desnuda ante todos los católicos de Venecia mientras el cuerpo brillaba como una estrella de luz y el miedo en ellos habitaba. Al momento menos inesperado me di cuenta de ser un vampiro. Era Claire Volterna con los encantos más seductores. Ni los creyentes podían controlarla. Al pasar el tiempo, la vampiresa y el espacio se desvanecían. Aparecían unas palabras de forma de indirecta.
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Editado: 09.09.2018