Vampiro®

Capítulo 2. El despertar.

El fuerte sonido de algo chillar hizo que abriera mis ojos de una forma rápida, miré a mi alrededor, aun sigo en el bosque tirado en el suelo lleno de hojas secas, me puse de pie con torpeza y miré a todos lados buscando el causante del sonido, pero algo raro pasó, es de noche, todo está oscuro y en el cielo la luna llena es lo único que alumbra el bosque, pero yo a pesar de eso no debería ver así, todo con claridad, como si fuese de día, pude ver a una larga distancia a una araña apresando a su presa en sus telarañas, pero es como si lo tuviese frente a mi, y el chillido que me despertó proviene de un zorro que en verdad debe de estar demasiado lejos, pero yo lo puedo ver, es como si los arboles se volvieran transparentes para dejarme ver lo que yo quiero ver sin ningún impedimento.

Alcé la cabeza hacia el cielo por el sonido que este ocasionó y vi como la constelación cambió, las estrellas se volvieron tan claras e incluso las vi mas cerca que podía tocarlas con mi mano. Pero se que en realidad deben de estar a millones y millones de distancia - ¿Que es lo que me pasa? - Tal vez estoy en un sueño y aun sigo tirado en el bosque o tal vez estoy muerto y estoy por irme al cielo o al infierno.

Mi herida, rompiendo mi camisa sin esfuerzo alguno, bajé la mirada a mi estomago mas no vi nada, donde se supone que debería estar desgarrado o herido no había nada, como si nunca me hubiesen lastimado. Confundido toqué la zona con mis dedos, buscando al menos algún indicio de la herida que me causó Derek. Pero todo estaba bien.

- ¿Que es esto? - me pregunté a mi mismo demasiado confundido - ¿Acaso estoy muerto? - no había otra explicación. Pero el olor de la sangre fresca bajo mis pies me confirmaron que no lo estaba.

Un momento... ¿He olido la sangre?... ¿Que jodido demonios sucede conmigo? Sentí el pánico apoderarse de mi ser, no estoy muerto, eso está mas que claro, pero, ¿Como es que no tengo nada? ¿Como puedo ver tan claro en la oscuridad y oler la sangre? ¿Será que Derek o Scott me mordieron sin que yo lo sintiera?.

Creo que debo ir a casa para que cuando amanezca vaya a ver a Deaton, necesito confirmar si en verdad me mordieron. Sé que él es el único que puede decírmelo.

Comencé a andar por el bosque, despacio, el ruido de los alrededores me tienen con la cabeza doliendo, siento como si todos los sonidos producidos por los animales o por el viento mismo estuviese en la frecuencia mas alta que ningún oído pudiese tolerar, como si me gritaran a todo potencia literalmente en el oído.

Seguí desplazándome por el denso bosque con el torso al descubierto y el pantalón hecho jirones lleno de sangre y tierra, seguro que si alguna persona me viese de esta forma llamaría a la policía de inmediato para que me metan al hospital de enfermos mentales.

Cuando al fin llegué al lugar donde había dejado mi jeep antes de que todo pasará, me subí en ella y tomé camino a casa, llegué en menos de media hora, estacioné y salí, caminé hacia la puerta pero antes de tan siquiera tocar el pomo esta se abrió, mi padre salió y me miró de arriba hacia abajo. Su rostro no demuestra ni un deje de preocupación, mas bien parece decepcionado, pero no se el por qué.

- Papá ...

- Quiero que te vayas de la casa - es lo que salió de sus labios y me miró severamente.

-¿Que? - pregunté incrédulo, no lo podía creer - ¿Que es lo que dices?.

- Lo que escuchaste, quiero que te vayas de la casa - repitió - ¡Estoy cansado de verte aquí! ¡Tú no eres mi hijo, tú eres un asesino! - me señaló.

- Papá... Por favor...

- ¡Vete! - gritó cortando lo que iba a decir.

- ¡Y donde quieres que vaya! ¡Es de noche! - grité también.

- Eso no me importa, quiero que te vayas y no regreses nunca ¿Escuchaste? - se giró dispuesto a entrar otra vez a la casa.

- Papá.

- ¡Jodida mierda! ¡Vete, vete de aquí! - se volteó hacia mi enfurecido y sacó su arma amenazándome con él - No voy a pensar dos veces en dispararte si no te vas ahora.

- ¡No tengo adonde ir! - lo miré suplicante - es mas de la media noche, solo déjame pasar la mitad de la noche aquí, mañana me iré si es lo que deseas, por favor - supliqué.

- ¡No! Te vas ahora - apenas terminó de decir eso jaló el gatillo, lo único que sentí después fue la bala enterrarse en mi pectoral izquierdo. Lo miré sorprendido, en verdad me a disparado - vete y no vuelvas - dijo y entró a la casa sin mirar atrás.

Me quedé parado, estático, frente a la puerta, mi padre me acaba de disparar, él lo acaba de hacer, sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla. Miré la herida, un pequeño hoyo se aprecia en mi pectoral pero lo mas raro es que no me duele, para nada, lo que si me duele es que el hombre quien lo hizo haya sido mi papá.

- Si esto es lo que quieres, que así sea - dije con enojo, con una furia creciendo en mi. Me limpié la lágrima bruscamente y giré sobre mi propio eje para caminar lejos de ahí.

Dejé el jeep, no pienso llevármelo, después de todo no es mío, en realidad, era de mi madre, pero ahora aunque quisiera tenerlo conmigo no tengo donde ir ni como pagar los gastos de la gasolina. Caminé por la carretera sin rumbo, mi herida gotea sangre pero lo dejo ser.

¿Donde iré? No tengo ningún lugar al que ir o donde pueda pasar la otra mitad de la noche. Deaton, tal vez pueda pasar la noche en la veterinaria de Deaton, pero si los lobos se encuentran ahí no sabré donde ir después, mas no pierdo nada con ir a ver si está vacío. Sin mas contratiempos me encaminé hacia el lugar de trabajo del Druida de la manada.

Al llegar vi las luces apagadas y la puerta cerrada, pero para asegurarme de que realmente no haya nadie usé mi visión, esa la que me dejó ver todo con claridad en el bosque, no hay nadie, ni una sola alma en pena ahí adentro, con mas confianza caminé y abrí la puerta sin ningún esfuerzo, adentro estaba mas que oscuro pero gracias a que ahora puedo ver se me facilita llegar hasta el cuarto donde tiene sus plantas medicinales, libros, bestiarios y esas cosas. Me dejé caer en el pequeño sillón que había en el lugar, siento la bala molestarme aunque no me duela, busqué con la mirada algo con el que pueda sacármelo, en la mesa que se encuentra en medio divisé una pequeña navaja, no se para que la ocupa Deaton, pero a mi me servirá para sacarme la bala. Me pongo de pie y caminé hacia la mesa, agarré la navaja y sin pensarlo dos veces la clavé por donde se enterró la bala, gracias a la navaja la pude sacar, la sangre salió apenas retiré la bala y la navaja, pero eso no fue lo único que pasó, también, ante mis ojos vi como la herida se cerraba a una velocidad para nada normal, ahora puedo estar seguro que ya no soy solo un humano, pero no se que soy, tengo que hablar con Deaton urgentemente.




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