Vampiro®

Capítulo 8. Miradas furtivas.

Solté un suspiro mirando el edificio frente a mi, Deaton no me dejó faltar a clases y me obligó a venir al instituto. Acomodé la mochila en mi espalda, podía sentir como la manada me observaba desde la entrada principal, junto a ellos estaba Derek con la profesora, ambos abrazados.

Rodeé los ojos, si cree que con eso me hará sentir mal, se equivoca, dejé de verlos, caminé hacia la entrada con calma, justo antes de entrar sentí un agarre en mi antebrazo, obviamente dirigí la mirada a Evan, pues es él quien me mantiene agarrado.

- ¿Podemos hablar? - pidió.

- No tengo tiempo - me solté de él para seguir caminando.

- Por favor - insistió siguiéndome.

No le hice caso, seguí mi camino sin detenerme. No quiero hablar ni estar con él, no después de lo que pasó. Su olor me enloquece.

Entré al salón de biología, aun no hay casi nadie, me senté en el ultimo puesto de la primera fila dejando mochila a un lado. Alcé la mirada para ver a Evan, esté se a parado frente a mi, apoyando las manos en el pupitre se inclinó para estar a mi altura.

-¿Que es lo que quieres? — espeté molesto sin dejar de mirarlo.

- ¿Estas bien? - su pregunta me dejó desconcertado. 

- ¿Que?.

- Sobre lo que pasó ayer, se que no lo hiciste por que querías, te descontrolaste - musitó - y no te culpo por ello, no te culpo que me hayas atacado, por lo tanto no tienes que sentirte mal.

¿Acaso este chico está mal de la cabeza? Me quedé estático intentando procesar lo que me había dicho, creí que después de lo que pasó él me tendría miedo y se alejaría de mi. Osea yo lo haría, bueno tal vez no, después de todo nunca me alejé de Scott cuando él me atacó en su primera luna llena.

- ¿Por que piensas que me siento mal por haberte atacado? - cuestioné.

- Por que pude ver en tus ojos, antes de irme, el temor que sentiste, el miedo que sentiste por ti mismo - aclaró - y no me gusta que te sientas de esa manera - dijo, sus ojos se volvieron tristes - eres increíble tal como eres, además todos alguna vez perdemos el control y cometemos errores.

Lo miré sorprendido, cada palabra que a salido de su boca me a dejado sin habla, creí que me temería después de haberlo atacado, pero no esperaba nada de esto.

Negué con la cabeza y aclaré mi garganta.

- No me importa lo que pienses, así que mejor déjame en paz - me crucé de brazos en el pecho.

- Esta bien - soltó un suspiro - por ahora - susurró, pero gracias a mi audición pude escucharlo con claridad, me sonrió y se alejó saliendo del salón, por lo visto esta clase no me  toca con él.

Me quedé mirando la puerta por el cual Evan salió, sus palabras me tienen sin calma, no entiendo como él, aun después de casi matarlo el día de ayer, me haya dicho todo lo de hace rato.

Es inevitable no pensar en sus palabras, él no me tiene miedo por lo que vi, supongo que después de todo no me va a dejar en paz.

Recargué mi espalda contra el respaldo de la silla. Evan es realmente un chico extraño.

Poco a poco el salón se fue llenando, el profesor entró cuando el timbre retumbó por todo el instituto.

La clase empezó, mas no podía poner ni un poco de mi atención, en lo único que pensaba era en todo lo que el chico de ojos verdes había dicho. Tal vez le estoy dando demasiadas vueltas a unas simples palabras.

Miré a mi alrededor, los demás parecen concentrados en todo lo que el profesor está explicando.

Las horas van pasando de forma rápida, me levanté, tomé la mochila colgando mela en el hombro y salí del salón, sentí una mirada a mi derecha, dirigí mis vistas en esa dirección topándome  con los ojos de Scott, rodeé los ojos y seguí con mi camino.

Guié mis pasos a las escaleras que llevan a la azotea del instituto, hoy no tengo ganas de estar rodeado de mas personas, el cielo está nublado, eso me agrada, me senté al final de la azotea dejando caer mis pies al aire, descargué la mochila dejándola a un lado, me pregunto, ¿Moriré si me tiro desde aquí? Miré hacia abajo, no está tan alto, el instituto es apenas de tres pisos.

Observé como los estudiantes caminaban por aquí y por allá, simples humanos que no tienen idea de la existencia de otros seres aparte de ellos.

El timbre volvió a sonar,  la verdad no tengo ganas de volver a clases, pero tengo que hacerlo, apoyando la palma de mi mano contra el suelo, me  puse de pie, agarré la mochila, pero antes de dar la vuelta para ir dentro del instituto, pude ver la patrulla de mi padre estacionarse en la entrada.

Me quedé parado para ver que pasaba, el sheriff bajó de la patrulla y saludó al director Yukimura.

- ¿Stiles ya entró a su clase? - lo escuché preguntar gracias a mi súper oído.

- Eso creo - le respondió el padre de Kira, no entiendo por que el viejo quiere saber si ya entré o no en clase.

- Cuando salga, quiero que le diga que lo espero en la comisaría, hay algo que tengo que hablar con él - le dijo el sheriff al director.

- Claro - sin mas el sheriff se despidió y volvió a entrar en la patrulla.

¿Que querrá de mi ahora?

Desde que me corrió, nunca volví a verlo y espero no hacerlo en el futuro, no se por que me buscaba, pero está mas que claro que no iré.

Apreté los puños, ese hombre ya no es mi padre, no lo es desde  que me disparó.

- Stiles, ¿Que haces aquí? - escuché la voz de Evan a mi espalda.

- Que es lo que quieres ahora - cuestioné sin voltear.

- Nada, solo sentí tu olor y la seguí, ¿No deberías estar en clase? - inquirió.

- ¿Tu tampoco deberías?.

- El profesor Harris no vino, me tocaba su clase - lo sentí acercarse - deberías tener cuidado, te puedes caer - musitó al verme a la orilla de la azotea.

- Es mi problema - espeté.  Me di la vuelta esta vez dispuesto a regresar adentro.

- ¿Por que siempre estas a la defensiva? - me sostuvo la muñeca deteniéndome.




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