Vampiro®

Capítulo 12. Risas y calidez.

Detuve  la moto a un lado de los autos apagando la después,  Alan desmontó el vehículo de dos ruedas lo cual hice también, el chico se quedó parado mirando el instituto con sumo interés y nerviosismo. Creo que después de todo empezar una vida lejos de su manada y entrar a otro instituto donde no tiene amigos o conocidos lo intimida, pero me tiene a mi, puede que no sea el chico mas dulce del mundo en estos momentos, pero la vida me a hecho ser de esta manera.

- Vamos - demandé al momento de empezar a caminar, pero me detuve cuando no sentí al chico seguirme - Oye, todo estará bien, ¿Ok? - me acerqué de nuevo a él y tomándolo de la mano lo jalé para que caminara.

- Es que tengo un poco de miedo - admitió siguiéndome los pasos - no conozco a nadie y temo encontrarme con alguien de la manada de este pueblo - musitó.

- Si ellos te llegan a molestar, solo tiene que decírmelo, ahora estas a mi cuidado y no voy a permitir que alguno de ellos te haga daño o te insulte - aclaré deteniéndome cerca de la puerta para mirar a Alan quien mantenía la cabeza agacha - puede que no sea un chico que siempre ande con una sonrisa en su rostro o un chico demasiado amable, pero puedes confiar en mi, no solo por que ahora sea tu alfa, si no que me gustaría que lo hicieras como si fuera tu  amigo - Alan alzó la cabeza con los ojos abiertos.

- ¿Amigo? - preguntó contrariado.

- Si, amigo, se que en tu antigua manada, a un alfa se le debe respetar, ser sumiso ante él, acotar a las ordenes a pesar de que no sean algo bueno, pero conmigo no tienes que ser así, si hay algo que no te gusta de lo que diga o haga, solo debes avisarme - manifesté serio - jamás me a gustado eso de ser sumiso ante un alfa o no contradecir algo de lo que no nos parece bien, por eso mismo deseo que tu no seas así conmigo, quiero que me digas, confíes o me hagas saber tus opiniones como si fuera tu amigo de toda la vida - finalicé, el chico lobo me miró con los ojos cristalizados.

Por lo que pude ver en su mente ayer, toda su vida a sido de ser sumiso a su alfa a pesar de que este fuera su pareja, realizar las ordenes a pesar de no ser tan buenas del todo y también podía ver el pésame que él sentía cada vez que hacía lo que su alfa ordenaba. De verdad que eso no me a gustado nada, nunca le dieron la oportunidad a dar su opinión o demostrar como realmente se sentía, siempre tuvo que mantenerlo en su ser, y sabía que eso lo asfixiaba.

Por eso mismo, yo deseo que él no sienta ese deber de no contradecir a mis palabras, por que sé que aveces la opinión de alguien mas puedes ser lo que puede dar la solución a algún problema. Deseo que él me demuestre sus sentimientos, como se siente, cuando esté triste o enojado, cuando necesite algo de apoyo, yo quiero ser ese tipo de alfa que se preocupa por sus betas, no solo usarlos para mi propio beneficio.

- Esta bien, gracias - dijo en un susurro - eres muy bueno, lo supe desde el primer momento en el que te vi, no se que es lo que seas, pero te agradezco por todo - sonrió.

- De nada cachorro - le revolví el cabello con cariño, sonriendo un poco proseguí - Ahora vamos.

Esta vez no lo tuve que jalar ya que el comenzó a caminar a mi lado. Al parecer hemos llegado temprano pues no hay muchos estudiantes, lo bueno de todo es que ninguno de los miembros de la manada a llegado.

Ayer cuando el chico despertó de su desmayo, ya que se quedó así toda la noche, lo llevé al centro comercial para comprarle ropas y calzado, al igual que útiles que usaría para estudiar, obviamente tuve que faltar, mientras nosotros andábamos comprando, Deaton vino a inscribir a Alan al instituto haciéndolo pasar por su sobrino, según me informó, por eso el día de hoy vinimos los dos.

He conocido un poco de su vida leyéndole la mente, se que eso está mal, pero no es algo que pueda controlar todavía, solo de repente viene y va.

- Muy bien, este es el salón de química, tu primera clase - le dije parándome a un lado de la puerta, siendo el menor que yo está a un grado inferior a mi - vendré a recogerte en el receso, ¿En el salón de ingles verdad?  - el chico asintió - bien, te veo luego - me despedí de él con la mano para poder ir al segundo piso del instituto donde están los de segundo año de preparatoria como yo.

Mi primera clase es Biología, con tranquilidad caminé por los pasillos, lo bueno del momento es que ninguna voz a perturbado mi mente.

Un olor conocido me llegó, se que le prometí a Deaton darle una oportunidad al chico raro, pero no estoy tan seguro de hacerlo, ¿Será buena idea darle una oportunidad?.

- Hola - saludó Evan posicionándose a mi lado para caminar junto a mi.

- Hola - respondí segundos después.

- Has llegado temprano - cuestionó, de repente me atrapó del brazo deteniéndome. Molesto volteé a verlo, su nariz se encontraba fruncido, cuando iba a reclamar le, habló - ¿Por que hueles a lobo? - espetó molesto. Rodeé los ojos frustrado. 

- Eso que te importa - me solté del agarré para seguir caminando.

- ¿Quien es ese lobo? - se acerco a paso rápido a mi lado. - Stiles, por favor dímelo ¿Es... Es tu novio? - me detuve de manera abrupta por su pregunta.

Giré levemente, Evan mantenía la mirada al piso, pensé en responder con sarcasmo pero me detuve al sentir el olor de tristeza desprender de su cuerpo.

- No, no es mi novio - aclaré, alzó la mirada, todo rastro de tristeza desapareció y en su lugar una gran sonrisa apareció en sus labios, así se ve mejor.

Agité la cabeza por tales pensamientos, estoy perdiendo la cabeza.

- ¿En serio? - su pregunta me ofende.

- ¿Crees que miento? - volví a retomar la caminata - es tu problema si me crees o no.

- Te creo - me siguió - ¿Pero quien es él? - dios, que insistente es este chico.

Guardé silencio y entré al salón, como siempre me senté al fondo, Evan lo hizo a mi lado, al parecer tendré que aguantarlo durante una hora.




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