Estaba sentado mirando a Deaton dándole los últimos chequeos a Evan, para verificar que todo esté bien y que no corra riesgo alguno, cuando de repente miles de voces llegaron a mi cabeza provocándome un intenso dolor. Me llevé ambas manos a la cabeza, intentando calmar las voces y el dolor, esto era demasiado.
- Stiles... - sentí una mano atraparme uno de mis brazos con la intención de apartarla de mi cabeza.
- Aaahhg - gemí de dolor.
Llantos de bebés, peleas, discusiones, personas gritando, hablando, cantando, todo eso llegaba a mi cabeza.
- Stiles - reconocí la voz preocupada de Evan de entre todas esa voces en mi cabeza - Stiles, ¿Que pasa?.
- Basta - fue lo único que pude decir, sólo quería que este tormento acabara.
De pronto de entre todas esas voces uno se escuchó claramente.
"Maldito mocoso, te encontráremos y acabaremos contigo" esa voz provenía de los pensamientos de un hombre conduciendo un auto negro, o eso es lo que pude ver a través de los ojos de otro hombre sentado a su lado "Prepárate Alan, pronto será tu final" el odio desbordaba en los fríos pensamientos de aquel sujeto.
Sabía quien era, el hijo de Satomi, la antigua alfa de la manada del pueblo vecino. La ex pareja destinada de Alan, el muy hijo de mierda que le hizo tanto daño a mi beta lobo.
Las voces cesaron y el silencio volvió, dejé caer mis brazos y abrí los ojos, no tengo idea en que momento los había cerrado, lo primero que vi fue la cara de Evan cerca del mío, parecía muy preocupado.
- ¿Estas bien? ¿Que te pasó? - lanzó las preguntas, aún me sentía aturdido por lo acontecido.
- Estoy bien - susurré, no parecía creerme - en serio - volví a decir.
Miré a Deaton que estaba parado detrás de Evan, la misma expresión que siempre carga adornaba su rostro aunque en sus ojos podía ver una chispa de preocupación.
- De acuerdo - la voz de Evan me hizo volver a verlo.
- ¿Ya terminaron? - pregunté, refiriéndome a lo que estaban haciendo antes.
- Así es, Evan está bien, no hay peligro alguno - contestó Deaton en lugar de Evan.
- Bien - asentí - entonces deberíamos irnos, Alan a de estar esperando - recordé sobre la fiesta, aunque de seguro todo eso había sido planeado para apartar a Alan de mi lado y poder atacar.
- Claro - respondió el lobo de ojos verdes.
Nos despedimos de Deaton y salimos de la veterinaria. Caminamos en silencio por la calle oscura unos minutos antes de atrapar a Evan de la espalda y piernas, cargándolo y así correr a velocidad sobrenatural, tomando desprevenido al chico, que ante la sorpresa dejó salir una exclamación aguda.
Solté una pequeña risa cuando sentí lo tenso que se puso, lo que sólo duró unos cuantos segundos ya que después de eso sólo escondió su rostro contra mi pecho. Lo bueno de todo es que gracias a que era de noche nadie nos vería.
Tan sólo unos segundos después ya estaba parado frente a la casa donde vivo, descargué a Evan de mis brazos dejando que sus pies tocasen el suelo nuevamente, se quedó parado mirando la casa con la boca abierta.
- ¿Es tuya? - señaló mi hogar.
- Lamentablemente no - le dije - es de Deaton.
- Oh, es hermoso - halagó la casa.
- Vamos, entremos - invité, con una mano lo empujé levemente por la espalda incitándolo a caminar.
- Pero debo ir a mi casa, mi madre se preocupara si no me ve cuando llegue del trabajo - acotó.
- Te llevaré luego - declaré - en este momento necesito que te quedes por unos instantes con Alan.
- ¿Donde irás? - preguntó dando media vuelta para encararme - te acompañaré - demandó.
- No es necesario, además estoy seguro que aún te sientes débil por todo lo que a pasado - sentencié - necesitas descansar un poco.
- Pero...
- Te quedarás con Alan, fin de la discusión - corté sus palabras de manera brusca- Vamos.
- Esta bien - susurró cabizbajo.
Solté un suave suspiro, se que está triste, pero no deseo ponerlo en peligro otra vez.
Abrí la puerta dejando que pasara primero, en la sala encontramos a Alan viendo la tv, al sentir nuestras presencias se puso de pié.
- Hola Alan - saludó Evan.
- Evan - sonrió mi beta.
- Siento no haberte llevado a la fiesta - me disculpé.
- No importa, me llamaron diciendo que lo cancelaron - dijo, entonces mi intuición estaba en lo correcto.
- ¿Lo cancelaron? - fingí sorpresa.
- Si - respondió al instante - y, ¿Que hace Evan aquí? - alcé una ceja - No quise sonar descortés, sólo tengo curiosidad - aclaró rápidamente.
- Ocurrió algo, así que lo traje... Ahora mismo debo ir a un lugar, por lo tanto se quedará unos momentos contigo - informé - al volver los llevaré a cenar.
- De acuerdo. - asintió Alan, Evan por su parte mantenía la mirada al suelo - ven Evan - mi beta agarró de la mano al lobo a mi lado y lo arrastró hacia uno de los sofás para que se sentara.
Él ni siquiera alzó la mirada, se que lo e lastimado al hablarle de esa manera, pero en verdad no quiero que le vuelvan a hacer daño.
- Me voy, regresaré pronto - le lancé una última mirada a Evan y salí de la casa escuchando el despido de Alan.
Sólo debo dejar en claro con la manada Satomi que no voy dejar que le hagan daño a mi beta, primero muerto a que eso pase. Ni siquiera se por que llaman alfa Satomi a ese hombre cuando no es ni la sombra de lo que fue su madre.
Pero eso no me incumbe a mi, lo único que importa es defender lo que es mío. Ya más tarde le preguntaré a Deaton sobe lo que pasó hace un rato.
Alan.
Miré a Evan sentado en el sofá distraído y triste, gracias a mi audición de lobo pude escuchar la pequeña discusión que tuvo con Stiles y se que es eso lo que lo a puesto así.
- Evan - lo llamé, pero ni caso me hizo - ¡Evan! - alcé la voz, logrando por fin que me prestara atención.
- ¿Si?- me miró por unos breves segundos antes de volver a bajar la mirada.
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Editado: 11.03.2020