Estaba analizando todo el lugar para asegurarme de que no haya contratiempos inesperados. Después de que Aiden volviese con Derek en brazos, el chico no se a alejado del lobo, ahora mismo se encuentran en el dormitorio del vampiro. El inmortal velando por el hombre.
La tarde ya va cayendo y tan solo quedan unas pocas horas para que la luna roja haga acto de presencia. Evan en hace apenas unos minutos me había notificado por mensaje que ya estaba en camino con su madre.
Alan por su parte llamó diciendo que el agente Parrish y él ya iban saliendo de la comisaría, no tengo idea que tanto han hecho ambos ahí, pero por la voz tranquila y emocionada de mi beta lobo, supuse que algo bueno ocurrió. Es bueno saber que el pequeño lobo va descubriendo la felicidad.
- Creo que debes quedarte aquí con los lobos - dijo Deaton mientras se dejaba caer sentado en la silla junto a la mesa.
- Después de todo lo ocurrido no le e pedido el favor a Derek - conté - ¿Crees que se enfade si simplemente llevo a los vampiros a la antigua mansión? - lo miré en espera de una respuesta que no tardó en llegar.
- No creo que eso suceda, además que ahora es la pareja de Aiden - acotó - sinceramente no me esperaba algo así.
- Como no esperabas ser correspondido por Chris, ¿Cierto? - lo molesté, su rostro no tardó en enrojecer.
Me divertía mucho eso, ya que Deaton nunca había sido el tipo de hombre que se avergüenza tan fácilmente pero si eso tiene que ver con Chris, el hombre simplemente no puede evitar que su rostro se vuelva una antorcha viviente.
- Eso es... - quiso replicar pero era obvio que no iba a aceptar algo así.
- Sabes que no puedes ocultar lo evidente - cuestioné - espero que ambos sean felices, como te dije la otra vez, si ese hombre es para ti tarde o temprano terminarían juntos y veo que no me equivoqué - le regalé una sincera sonrisa.
- Si tienes razón - se sonrió - de verdad creí que nunca se fijaría en mi, pues pensaba que gustaba de Isaac ya que siempre se la pasaba hablando de ese chico.
- ¿Isaac? Chris solo siente un cariño paternal hacia él. Lo considera como su hijo - musité - aunque después de lo que les hizo él y la manada dudo que siga sintiendo ese cariño - murmuré pensativo.
- Nunca llegué a pensar que ellos serían capaces de hacer algo así, después de todo lo que hice por ellos, honestamente no esperaba que me lastimasen o lastimasen a Chris - manifestó el druida - Mucho menos esperé eso de Derek, el mismo que desde pequeño conocí, pero como dicen, caras vemos pero corazones no sabemos - recitó
- Pues ya vez, ellos, creo que el ser hombres lobos los a hecho cambiar bastante, se sienten superiores a los demás solo por que tienen colmillos y garras - espeté - el poder y la fuerza les a hecho perder el poco cerebro que tenían.
Mil recuerdos llegaron a mi mente antes de que Scott se volviese un hombre lobo, éramos tan unidos en ese entonces, pero después de la mordida todo cambió, tal vez no al instante pero día a día apreciaba como él se comenzaba a distanciar de mi.
- Espero que no te suceda lo mismo - apreció el moreno.
- Eso nunca - repliqué - aunque si se meten con ustedes, no responderé de buena manera.
- Tengo en claro eso - asintió - creo que la diosa Luna te convirtió en lo que eres ahora por tu gran bondad y tu afán de proteger y resguardar a los que aprecias.
- No sabría que decir sobre lo que acabas de mencionar - solté un tanto avergonzado, llevando al momento mi mano detrás de mi cabeza - pero tienes razón en algo, yo daría mi vida por ustedes sin pensarlo ni siquiera un poco.
Tras unos minutos mas de platicar, pusimos manos a la obra, Deaton me llevó al garaje donde su auto ya no estaba y comenzamos a crear la barrera. Dejando tan solo un espacio sin cerrar para que los lobos pudiesen entrar. Dejando que el druida terminase con el trabajo ahí, fui a la mansión quemada de los Hale's, analicé todo el interior de la bodega donde había sangre seca por doquier, descargando la gran mochila de mi espalda, la misma que agarré antes de venir aquí, en el piso de madera me dispuse a comenzar con el trabajo de crear la barrera, en la mochila cargaba gran cantidad de sangre, a pesar de que ambos vampiros ya habían ido de caza no podía confiarme.
Al terminar con eso, volví a casa, dejando la mochila en la bodega pues no pensaba cargarlo de nuevo hacia la casa.
Allison me recibió con la puerta abierta.
- ¿Todo listo? - preguntó siguiéndome hacia dentro.
- Así es, ¿Puedes ir por Aiden? Ya debo llevarlos - pedí a la chica.
- Dudo que quiera alejarse de Derek - sentenció.
- Pues tendrá que hacerlo - la volteé a ver - por las buenas o por las malas - manifesté.
- Tranquilo, majestad, que ya estoy aquí - Aiden apareció en nuestro rango de visión con los brazos cruzados - Se que aunque no quiera, debo alejarme de Derek por el momento, después de todo él no está enterado de lo que somos todavía - mostró una mirada cansada por tener que evitar decirle sobre nuestra naturaleza.
- Lo siento - me disculpé - pero pronto lo sabrá.
- Eso espero, no quiero mentirle sobre lo que soy ahora - soltó un suspiro pesado y largo - Ahora sigue dormido, supongo que puede quedarse con los demás.
- Si.
- Gracias - sonrió.
- Como sea, vamos, la luna está a minutos por salir - mis ojos buscaron a mi novio, pues su olor predominaba en el ambiente, al igual que el de mi beta y la madre de mi pareja, incluso el de Parrish.
- Deaton ya los llevó al garaje - avisó Allison - Evan quería verte pero su madre insistió en que ya deberían ser encerrados.
Asentí a lo que me dijo la neófita.
- Bien, iré a verlos luego, Derek, creo que debo llevarlo también - me rasgué la frente.
- Tranquilo, ya me encargo de él - el cazador dijo al mismo tiempo que cerraba la puerta detrás de él - Hola chicos, hija.
- Hola papá, que bueno que has llegado - la chica recibió a su padre con un fuerte abrazo, por poco y le rompe los huesos al hombre. El mismo que ahora está intentando recuperar el aire tosiendo fuertemente una vez Allison lo soltó. - Ups, lo siento creo que no medí mi fuerza - se disculpó avergonzada.
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Editado: 11.03.2020