Vampiro®

Capítulo 41. Una nueva felicidad.

Aiden.

Me crucé de brazos mientras miraba el entrenamiento de Parrish con Deaton, el druida le enseñaba a solo canalizar el fuego en sus manos sin necesidad de transformarse. Pero al parecer le era un tanto difícil, sinceramente me sorprendí la primera vez que vi del gran tamaño que era el agente en su forma animal, pero ya me estaba acostumbrando a ello, los demás lobos estaban esperando su turno, formando un círculo alrededor del enorme lugar de entrenamiento.

Desde hace una semana que nos mudamos a la nueva casa de Stiles, vaya sorpresa que nos llevamos al ver lo grande y hermoso que era esta mansión. Pero ahora todos estamos cómodamente acomodados, cada uno con su propio dormitorio, bueno excepto las parejas, como Parrish y Alan, o Stiles y Evan, si el último se mudó con nosotros, pero sus padres prefirieron quedarse en su propia casa, mas siempre vienen de visita o en cada entrenamiento.

Mi relación con Derek va muy bien, aún no somos una pareja oficial, pero espero que eso se haga realidad pronto. Allison está siendo cortejada por Cristián, el hombre castor, que es mayor por tres años que nosotros, pero parece un buen sujeto, además Stiles le a dado el visto bueno, Cristián también se quedó a vivir con todos nosotros aceptando a Stiles como su líder, su padre, el señor Andrew tuvo que volver a Los Angeles junto con Peter y Stiles para estar al tanto de las empresas y ver como iban las cosas ahí, quien lo diría, mi rey acabó siendo un multimillonario.

Evan estaba sentado cerca de la puerta, mirando el entrenamiento, pero sus vistas parecían mirar el vacío, extrañaba a Stiles, una gran bola de fuego impacto contra la barrera que Deaton había creado para no destruir nada. Todos exclamaron con sorpresa pero a la vez emocionados.

En un abrir y cerrar de ojos me transporté donde estaba Evan y me senté a su lado.

- ¿Pensando en Stiles? - pregunté mirando al frente.

Stiles nos había dejado a Evan y a mi a cargo de todos. Pero e de decir que le obedecían mas a Evan por ser la pareja del gran rey vampiro.

- No me a hablado - dijo con tristeza.

- Seguro a de estar ocupado - intenté reconfortarlo.

Stiles siempre le marcaba cada mañana a eso de las siete e igualmente todas las noches, y ahora ya iban a dar la una de la tarde, lo bueno es que el día se mantenía nublado.

- Supongo que si - soltó un suspiro y abrazó sus piernas. Dejando descansar su barbilla en sus rodillas.

- Venga, hombre, no es como si el te fuese a llegar a ser infiel - sentencié recibiendo a cambio una mirada afilada - El te ama mas que a nadie en el mundo.

- Lo se - volvió las vistas al frente.

Me quedé observándolo por unos segundos, notando así algo extraño, parecía cansado, su piel se veía un poco mas pálida de lo normal y su aroma era un tanto diferente. Cuando estaba por preguntar si se sentía bien, el chico se levantó con velocidad y corrió hacia dentro, ya que estábamos en el patio trasero de la mansión. Confundido lo seguí, Evan a pasos rápidos entro al primer baño que divisó en la planta baja de la mansión y levantando la tapa del excusado se inclinó dejando salir todo lo que había ingerido.

Tal parece que la rápida llegada del lobo alertó a Allison y a Derek que estaban en la sala viendo una película  ya que aparecieron y miraron dentro del baño.

- ¿Que le pasa? - preguntó preocupada la vampiresa.

- No lo se - respondí escuchando las arcadas del chico.

Allison se adentro y comenzó a sobarle la espalda.

- Derek ve a traer a Deaton y a los padres de Evan - le pedí al lobo.

- Bien - asintió y salió corriendo.

Evan continuaba vomitando, si seguía así vomitaría hasta los intestinos.

- ¿Evan que es lo que te pasa? - Allison miraba con mucha preocupación a la pareja de mi alfa.

- ¿Que sucede? - los pasos apresurados se escucharon hasta aparecer los padres de Evan y el druida, la pregunta lo hizo la señora, ella también estaba aquí con nosotros, pues había pedido permiso en su trabajo por un mes.

La mujer entró al baño y se inclinó a la altura de su hijo.

- ¿Que pasó? - indagó Deaton.

- No tengo idea, de repente solo corrió al baño y empezó a vomitar - informé. - ¿Y Derek?

- Lo dejé a cargo del entrenamiento. - respondió.

- Hijo - le llamó la señora cuando Evan levantó la cabeza y tras limpiarse la comisura de los labios con una toallita que le pasó su mamá, apretó uno de los botoncitos que estaba a un lado del excusado para que el agua se llevase todo el contenido.

- Estoy bien - dijo poniéndose de pié con ayuda de su madre - estoy... - y el chico se desplomó, pero gracias a la rapidez de Allison se salvó de un fuerte golpe.

- ¡Evan! - gritó la señora.

- Llevémoslo a la habitación de primeros auxilios - dijo el druida.

Allison acomodó a Evan en sus brazos y con suma rapidez subió hacia el segundo piso donde quedaba dicha habitación.

Allison acostó a Evan en la camilla con cuidado y se alejó después.

El druida comenzó a trabajar verificando el pulso y la respiración de Evan, el padre del chico abrazó a su esposa que comenzó a llorar.

- Él esta bien, solo se a desmayado - avisó Deaton - pero debo hacer un análisis de sangre para estar seguro de que no tenga nada grave.

Tras decir aquello hizo todo lo que dijo y tras unos minutos tuvo los resultados justo cuando Evan se estaba despertando.

- Ahg - se quejó llevándose una mano a la cabeza, incorporándose hasta quedar sentado - ¿Que a pasado? - preguntó mirando a su padre cuando el hombre se acercó a él.

- Te has desmayado - soltó.

- ¿Como?

- Esto no puede ser - la voz de Deaton nos hizo mirarle, este estaba con los resultados en manos.

- Que pasa - acorté la poca distancia que nos separaba y le arrebaté el papel donde estaba el resultado del análisis de sangre del lobo.

Pero siendo sincero no le entendí nada sobre lo que estaba escrito en el.




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