Observaba la cantidad de ofertas de zapatos que había en el centro comercial, llamándole una tienda particular. Taeho miró sus zapatillas, estaban ya algo viejas, con las trenzas desgastadas y particularmente sucias. Era momento de comprarse unas nuevas pronto y quizás había sido una señal del destino pasar por aquel mall camino a casa. Sacando su billetera, para revisar si podría darse el lujo de comprarse un par, sonrió y observó una ventanilla donde unos zapatos deportivos llamaban su atención.
Sonriendo como niño pequeño, entró al lugar.
- ¿Puedo ayudarle en algo señor? -una jovencita le preguntó al verle observar aquellos deportivos azules ubicados en la vitrina.
- Eh, si -murmuró apenas, incómodo al darse cuenta que las personas que circulaban y trabajaban en aquella tienda vestían de forma diferente a la suya, que era sencilla y desprolija- ¿Esos zapatos deportivos están en oferta?
- Tienen un veinte por ciento de descuento, señor -informó la dependienta al revisar la información correspondiente, pasándoselo para que pudiese observar el precio de oferta.
- Madre mía -murmuró con voz chillante al observar los dígitos- Eh, muchas gracias.
- De nada joven.
Salió de aquella tienda a toda prisa, avergonzado ante su actuar. Seguro aquella jovencita había escuchado las palabras que murmuró y estaba contándole a sus compañeros que un chico desaliñado había entrado a la tienda en busca de un par de zapatos de lujos que no podría comprar. Frustrado caminó un poco más, sintiéndose desanimado al notar que todas las tiendas del centro comercial lucían igual de elegantes, elevando el costo de sus productos.
- Mejor regreso a casa -susurró para sí mismo desalentado.
Quizás había sido una mala idea cortar el camino de retorno a casa cruzando aquel nuevo edificio, mirando la hora de su celular bajo las escalares buscando la salida del lugar. Sus ojos observaron un letrero de descuentos en una librería.
- Quizás por lo menos me pueda comprar un libro.
Caminó hacia aquella pequeña tienda de libros, sorprendiéndose al encontrar una cafetería con mesas y jóvenes leyendo libros acompañados de una taza café, un suflé, como también algunos concentrados en su lectura con audífonos.
- ¿Busca algún libro en especial? -el dependiente de la librería le preguntó al verlo observar todos los alrededores.
- Solo buscaba algún libro que leer.
- Puede buscar el que guste, los libros están ordenados por género. Cuando encuentre alguno que le interese puede pasar por caja para cancelarlo.
- Si, gracias -se retiró del lugar con una sonrisa, huyendo rápidamente hacia los estantes de libros.
Normalmente no le gustaba entablar conversación con gente extraña, Taeho era un chico nuevo que se había mudado a aquella ciudad hace unas semanas y el hecho de que fuera su primera semana de clases en su nuevo instituto no había ayudado en mucho para que pudiera sentirse cómodo con las personas que le hablasen o las calles que recorría.
El sector de romance llamó su atención, encontrándose con muchos libros juveniles para público femenino. Sonrió al observar uno en particular, con tapa oscura y colores azules a su alrededor. Sacó el libro del estante al reconocerlo, Beastly, las letras plateadas resaltaban por su color y relieve.
- Ese libro debería estar en Fantasía -el susurro de un chico cerca suyo lo hizo saltar tumbando el libro al suelo- Lo siento, te asusté.
- No te preocupes -respondió débilmente llevándose su mano izquierda al pecho- Estoy bien.
- Trabajo aquí, ¿te lo llevarás? -el rubio había alzado aquel libro que se encontraba en el suelo. Su uniforme café con toques verdes hacía resaltar aquel cabello chillante y sedoso que poseía- Está en descuento.
- Si -fue todo lo que pudo decir incómodo, sonriendo apenas ante la amabilidad del otro.
No acostumbraba a intercambiar muchas palabras con las personas y que aquel chico le hablará de forma gentil y amable le había desconcertado, normalmente las personas se alejaban de él al recibir algunas palabras de intercambio poco entusiastas por su parte.
- Sígueme, te lo procesaré en caja para que te lo lleves.
Lo siguió por los pasillos, observando las decoraciones y personas que andaban por el lugar. Definitivamente era reconfortante y tranquilo aquella librería, además de tener una amplia biblioteca de diferentes géneros también contaba con una zona de cafetería y wifi con muebles acordes para la ocasión de las personas que lo frecuentaban.
- Tu carnet de estudiante -pidió aquel chico una vez ubicado en su caja.
- Aquí tienes -Taeho le entregó su nuevo documento de estudiante que recién le había entregado esa mañana su instituto. Miró a su alrededor reparando que aquella caja solo estaba él siendo atendido, a su derecha pudo observar el pequeño letrerito de "Caja cerrada".
- Son cinco mil setecientos wons -la voz del otro lo sacó de sus pensamientos, adquiriendo el dinero justo de su billetera, recibiendo un bolígrafo por parte del chico- Tu firma en el recibo por favor.