Capítulo Único

Cuando ves a tu “otro yo”, no hay que ser muy inteligente como para poder comprender que todo ha terminado, que vas a morir.

No obstante, eso no lo hace menos aterrador o shockeante.

Se había levantado como un día cualquiera, había realizado su rutina con la normalidad usual, y en medio en su camino a la tienda de convivencia en busca de un buen helado, se había topado con ese ser tan parecido a él.

Ojos carmesíes le devolvieron la mirada y una pequeña sonrisa bastante forzada le fue dirigida.

-Tú que te pareces tanto a mí…– hizo una pausa – Debes sentirte agradecido, no solamente te lo diré, si no, que también te daré un poco más de tiempo.

Ese ser que se asemejaba tanto a él se cruzó de brazos y desvió la mirada, casi parecía que le era difícil el tener que plantarse ante él.

-Morirás en 7 días.

Simple y rápido, tan repentino que parecía una mala broma o una pesadilla. ¿Acaso por haber visto The Ring estaba sufriendo de tan malos sueños?

Quería reírse y restarle importancia y tal vez salir corriendo en busca de Jin, quien sin duda alejaría cualquiera de sus temores. Pues una palabra suya, parecía bastar para que su alma estuviese en paz y pudiera regresar a su rutina con total tranquilidad.

-Mmm, probablemente vas a morir de una forma muy dolorosa, sangraras y tu cuerpo se debilitará -la voz de su contraparte le trajo de nuevo a la realidad. ¿Entonces qué harás con tan poco tiempo de vida?

Soltó un suspiro y fingió pensar.

-Entendido, gracias por avisarme.

El castaño pareció sorprenderse ante su rápida aceptación. Pero ¿qué más podía hacer?

Su destino estaba sellado…

-Estás muy tranquilo a pesar de saberlo, has madurado.

-Bueno, estoy muy desanimado, pero no gano nada poniéndome a llorar, dime ¿por qué no haces lo que tienes que hacer?

Le vio fruncir el ceño y soltó una pequeña risa, observó con un poco de curiosidad las alas negras que se encontraban gachas tras la espalda de este.

-Sinceramente, cuando vi a alguien con mi misma cara y con tales peculiaridades, sabía que debía prepararme para decir adiós -sonrió con cierta timidez, eso solo consiguió que su otro yo le viese aún más molesto, aunque rápidamente cambió su expresión a una sonrisa un tanto maliciosa.

-Entonces, voy a disfrutar esto, ¿cómo pasarás tus últimos siete días de vida?

Día 1

- ¿Una foto grupal? - preguntó un tanto confuso el rubio, ese que siempre sabía como subirle el animo con sus malos chistes.

Pedirle tal cosa no sería algo de gran importancia para el mayor, pues usualmente solía tomarles una cada cierto tanto alegando que quería tener recuerdos para cuando crecieran más. Era él quien más le dificultaba esto.

- ¡Sí! ¿Tienes alguna?

Sintió su corazón acelerarse en espera de la respuesta.

-Sí, tengo una, espera un poco. – le vio rebuscar entre sus cosas – Fue difícil tomarla, ¿sabes? Eres un dolor de trasero en cuanto mi intento a sacar fotos – le escuchó soltar una pequeña risita – Eres el primer chico de 16 años que no desea ser fotografiado.

Hizo un pequeño puchero, no podía replicarle.

Vio con cierta alegría la foto que le fue entregada.

-Toma, es la única que tengo.

El menor sonrió de forma radiante.

- ¡Gracias, hyung! ¿Está bien que me quede con la foto?

El rubio sonrió y le revolvió el cabello, mandando al carajo el tiempo que invirtió en acomodarlo.

-No es como si no pudiéramos tomarnos una la próxima vez, ¿no?

Sintió su sonrisa torcerse un poco, pero se apresuró a recomponerla.

-Que lindo hyung, quiere tomarnos fotos para luego alardear de sus retoños, ¿o me equivoco?

- ¡Cállate y vete ya! - le escuchó exclamar de forma rápida, le fue un tanto complicado poder comprender sus palabras.

-Esta bien Jinie, la cuidaré bien, tal vez incluso la use para conquistar a algunas chicas cuando le muestre a mi linda familia – bromeó con lo último, le escuchó soltar algunos improperios, y antes de recibir algún posible “castigo”, se apresuró a salir.

-Espera Kookie – lamentablemente fue apresado en un abrazo de oso en su intento de huida.

- ¿Sí?

- ¿Estás bien? - su voz sonaba preocupada, pudo sentir la culpa revolver sus entrañas sin piedad.

-Nah, no es nada, solo quería poder verlos a ustedes más a menudo.