PREFACIO

La oscuridad del bosque me envuelve, cada paso retumba en mi pecho como un tambor desesperado. Lo veo delante de mí, sus pasos apresurados, su figura firme pero atormentada. No sé por qué corre, pero sé que debo alcanzarlo.

Mis pulmones arden, el frío del aire corta mi piel, pero no puedo detenerme. Lo alcanzo justo cuando llega al borde del precipicio. Lo veo mirar al abismo, el peso de una decisión terrible reflejado en sus ojos.

Sin una palabra, sin un gesto de despedida, se lanza al vacío. Mi corazón se detiene y, sin pensarlo, salto tras él, porque no puedo dejarlo ir, porque él es todo lo que me queda.

Caemos juntos, el viento grita a nuestro alrededor, siento su cuerpo tan cerca del mío, sus labios rozando los míos en un beso silencioso que duele y cura a la vez.

El frío del mar nos recibe con su abrazo implacable, y mientras nos hundimos en las profundidades, una sola verdad me golpea: estamos condenados a amarnos y a perdernos, una y otra vez, en un ciclo sin fin.

De repente, desperté. Sudorosa, con el corazón latiendo a mil por hora, en la seguridad de mi habitación. El recuerdo del mar oscuro y esa caída todavía vibraba en mi mente, como si algo en mí quisiera decirme que aquello no fue solo un sueño.

NOTA DE AUTORA: Espero que es nueva obra les guste, la llevo pensando varios años. Publicare un capítulo cada semana.