Mi celular no paraba de vibrar.
Entre sueños, estiré la mano para agarrarlo, confundida por el zumbido constante. Apenas pude abrir los ojos. La pantalla iluminó el cuarto como un reflector. Magalis.
—¿Hola? —dije con voz ronca, medio dormida.
—¡Sofi! ¿Quién es ese chamo?! ¿Estás bien?! ¿Cómo lo tomó tu papá?! ¡Ay, Sofía, estoy que me monto en un vuelo directo!
—¿Qué? ¿por qué? ¿Magalis, qué ocurre?
—Tú no sabes...
—¡Saber qué! ¡Habla!
—¡Subieron un video tuyo besándote con un tipo! ¡Y dicen que por él dejaste a Catriel! Las redes están EXPLOTANDO. ¡El estúpido de Catriel ya subió otro video! ¡Sofía, está llorando! ¡Dice que le rompiste el corazón! ¡Tienes que ver esto YA!
Me senté de golpe. El corazón me retumbaba en las costillas como si fuera a escaparse. Entré a TikTok. Temblaba. Literalmente. Mis dedos no atinaban a escribir bien mi propia contraseña.
Notificaciones: más de 320.
Menciones, etiquetas, mensajes privados.
Mi nombre era tendencia local.
Y ahí estaba el video.
Publicado por una cuenta anónima.
Desde un ángulo bajo, oculto... como si alguien nos hubiera espiado.
Borroso, pero claro.
Naim y yo.
En el jardín.
Juntos.
El momento exacto antes del beso.
Esa cercanía.
Nuestros rostros.
La tensión.
La conexión.
Todo captado.
Sin nuestro permiso.
La leyenda del video decía:
"El verdadero motivo por el que Sofía dejó a Catriel 💔 ¿Traición o nueva ilusión? #Sofriel #TeamCatriel #DramaReal"
Deslicé. Otro video cargó automáticamente.
Catriel.
En su cuarto. Ojos rojos.
Cara de tragedia griega versión siglo XXI.
—"Yo solo quería luchar por nosotros... Ella fue todo para mí. Di lo mejor que pude, la esperé, la cuidé. Pero hay cosas que uno no puede controlar. Y verla con otro así... me rompió. Yo no sé si volveré a amar como la amé a ella..."
Violines de fondo. Luz tenue. Voz quebrada.
Un teatro de primer nivel.
Mi estómago se cerró. La piel me picaba. Los oídos se me taparon de tanta sangre subiendo a la cabeza.
Entré a los comentarios.
Fue como abrir la puerta del infierno.
"Qué decepción, Sofía 😒"
"Pobrecito Catriel, se nota que aún la ama 💔"
"La típica que deja al bueno por el 'misterioso' 🙄"
"Team Catriel forever"
"TRAICIONERA 🔥🔥🔥🔥🔥"
Los mensajes privados eran peor.
Gente que no conozco.
Que nunca me ha hablado.
Que de repente, se sienten con el derecho de insultarme. De juzgarme.
"Qué feo lo que hiciste."
"Ojalá te hagan lo mismo."
"Todo por un beso. Qué bajo caíste."
"Mentirosa. Falsa. Interesada."
"Quien juega con fuego, se quema."
Mi vista se nubló.
Tiré el celular a la cama.
Me tapé la cara con las manos.
Y lloré.
Pero no como en las películas, con lágrimas lindas y respiración dramática.
Lloré en silencio.
Seco.
Con el pecho apretado.
El alma hecha un nudo.
Ese tipo de llanto que te quita el aire, que te hace querer encogerte hasta desaparecer.
Desde la cocina, escuché a mamá tararear una canción mientras preparaba el desayuno. A lo lejos, el noticiero hablaba de cosas que ya no me importaban. El mundo seguía.
Me acurruqué en la cama como una niña pequeña.
Quería volver a esa noche, antes del video, antes del beso.
Quería que el mundo se callara.
Quería que nadie me conociera.
Pero sobre todo…
¿Cómo le explicas a tu mamá que toda la escuela —y medio internet— te está llamando infiel, traidora y rompe corazones?
¿Cómo le explicas a tu papá que el mismo chico al que iba a interrogar anoche es ahora la causa del escándalo familiar?
Quería entender quién grabó ese video.
Cómo llegó a publicarse tan rápido.
Y por qué siento que esto no ha hecho más que empezar.