Vecinos con historia

Guerra de oficina

Martina..

Lunes por la mañana, ya había pasado casi una semana desde que Hernán empezó a trabajar en la empresa. Los 3 días que restaban , había dejado que el se adapte a su lugar de trabajo, que piense que estaba todo tranquilo...

El sol entraba tímido por las ventanas de mi oficina, pero yo ya estaba lista, café en mano, con el traje impecable y la sonrisa más traviesa que podía sostener sin que se notara demasiado. Hoy empezaba oficialmente la diversión. Hernán estaba ahí, en su escritorio nuevo, intentando descifrar cómo funcionaba todo.

-Ah, miralo… tan serio, tan ordenado, tan perfecto… y totalmente fuera de su zona de confort. Hoy es el primer día de mi “plan de entretenimiento”. Vamos a ver cuánto tarda en darse cuenta de que esta jefa no es ninguna vecina simpática- pense

—Hernán —dije acercándome, simulando profesionalismo absoluto—. Antes de que te sientes del todo… un detalle: el café de la mañana lo traés vos. Sí, sí, del bar de la esquina. Me gusta empezar la semana con un café recién hecho.

Él me miró como si hubiera escuchado un insulto en lugar de un pedido.
—¿Yo… yo tengo que…? —balbuceó, confundido.

—Sí, sí, vos. Consideralo parte de tu entrenamiento —le respondí con un guiño—. Vamos, a moverse.

Mientras se iba, yo me dejé caer en mi silla, disfrutando del espectáculo. Cada paso que daba era como música para mis oídos.

---

Hernán..

¿Qué me estaba pasando? Llegué temprano, traje limpio, carpeta organizada, listo para mostrar lo mejor de mí… y lo primero que me piden es que haga de “mozo de café” para la jefa. Martina. Mi vecina. Mi vecina convertida en directora de Marketing, la misma que me dejó pálido el primer día.

No puedo creer que esto me esté pasando… y encima me mira como si fuera un juego. Pero no, no puedo ceder. Voy a hacer esto bien… aunque duela mi orgullo.

Compré el café, caminando con cuidado, evitando derrames. Cuando volví, ella me miró con esa mezcla de diversión y autoridad que me volvía loco.

—Muy bien —dijo—. Ahora que estás calentito… vamos a empezar con las tareas de hoy. Archivos, correos, informes… y, por favor, mantené el orden.

—Sí, sí —dije, intentando sonar profesional—. Claro, todo en orden.

Perfecto. Todo en orden… claro. Todo fuera de mi zona de confort y completamente bajo su control. Esto va a ser un lunes largo.

---

Martina..

Mientras él organizaba papeles, yo lo observaba con atención. Cada gesto, cada tic, cada intento de mantenerse serio me hacía sonreír por dentro. Tenía que planear mis pequeñas bromas de oficina con cuidado: café cambiado, informes que “desaparecen”, llamadas misteriosas del portero… diversión garantizada.

Mmm… un martes le cambio los nombres en los archivos, un miércoles le hago creer que perdió la presentación… sí, esto va a ser épico. Y lo mejor: él no sospecha nada.

---

Hernán..

Cada vez que ella se acercaba, mi corazón se aceleraba y mi cabeza giraba. No entendía cómo podía ser tan profesional y al mismo tiempo tan… intimidante. Y sí, algo me decía que esto iba a ser mucho más que un simple trabajo..

Tranquilo, Hernán… solo un día más, solo un lunes más… aunque algo me dice que esta jefa tiene planes para mí.

Continuará..



#1052 en Otros
#377 en Humor
#3111 en Novela romántica

En el texto hay: romace y comedia, curvy, #enemistolovers

Editado: 16.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.