Vector Oscuro

Ariel

Suena su celular, Ariel se sorprende«ojala sea Ariana» pensó con una sonrisa en el rostro y recoge el celular de la mesa ante la mirada de Micaela y de su Madre.

 La alegría se fué al ver que es una llamada de un número desconocido. Se levanta de la silla y sale al patio para hablar más tranquilo.

—Hola, ¿Quién habla?— preguntó Ariel con el teléfono pegado al oído.

—¿Eres Ariel?— Preguntan del otro lado.

—Si ¿Quién habla?

—Soy Natalia, la Madre de Ariana, por favor, decime que Ariana está con vos.

—No, Ariana no está conmigo, es más yo no me encuentro en Buenos Aires.

—Si, eso lo sé — dice Natalia triste.

—¿Qué pasó con Ariana? ¿Se encuentra bien?— dice Ariel preocupado.

—Ayer por la noche salió, creo que tenía una cita y todavía no volvió— habla con muchos nervios— llamo a su teléfono y no atiende. Ya hice la denuncia en la Policía, les estoy preguntando a todos los que conozco y nadie sabe nada de ella—Natalia rompe en llanto.

—No estás sola Natalia. Haré lo posible por ayudar a encontrar a Ariana, se lo prometo— dice Ariel, ansioso y desesperado por la idea de no volver a ver nunca más a su gran amor Ariana.

—Te lo súper agradezco Ariel— se escucha entre lágrimas— cualquier cosa que sepas comunícamelo, ya tenés mi número, voy a seguir haciendo llamadas para localizarla—antes que Ariel pudiera decir alguna palabra más, se corta la llamada, mira el teléfono y decía llamada termina. Agendó el número de Natalia y buscó el número de Ariana, el primero de la lista en los contactos. Hace la llamada y espera, se mueve de un lado para el otro en el patio de la casa, camina hasta un árbol y se apoya en él«vamos Ariana atendeme» toma una tremenda bocanada de aire, y los nervios lo atacan, se sienta debajo del árbol, y da pequeños golpecitos con el pie,y finalmente atiende la contestadora. Ariel corta y vuelve a llamar, ve que Micaela se acerca, él se cubre la boca, los nervios no lo dejan pensar. Vuelve a atender la contestadora, deja el celular en el piso y se toma de la cara«¿Dónde estará Ariana? ».

—¿Pasa algo, Ariel? Te ves fatal— dice Micaela preocupada por el nerviosismo que él refleja en sus movimientos.

Ariel la mira de reojo, levanta la vista y se toma de las manos— Ariana está desaparecida— toma el teléfono del suelo y se pone de pie ansioso— Me voy para Buenos Aires, como sea ya mismo, tengo que encontrarla.

—Pregúntale al tío, él tiene auto, nos puede llevar—  dice Micaela que le apoya la mano en el hombre y lo quiere tranquilizar— te preparo el bolso te  ayudaré en lo que pueda.

—Gracias Mica— dice Ariel cabizbajo— háblale al tío por teléfono, decile que por la plata no se preocupe que pagó el combustible.  haré unas llamadas.

 

Ariel y Micaela llegan a la madrugada del siguiente día a Buenos Aires, entran en el departamento, y Micaela va directo a la cocina.

—Vamos Ariel, relájate y dormí un poco, son la 3 de la mañana, nadie está despierto a esta hora— dice Micaela poniendo la pava en el fuego, mientras Ariel toma un poco de agua del dispenser.

—No puedo dormir, estoy muy preocupado— aprieta el puño, Micaela lo abraza.

—No dormiste en todo el viaje hermanito, si no te relajas y pensas en frío, no vas a llegar a ningún lado— dice Micaela mientras le acariciaba la espalda.

—Como me voy a poder calmar, Ariana está desaparecida— casi al borde del llanto— no sé por dónde empezar a buscarla, ni con quien se fué. Natalia no sabe nada, Ariana no se va así no más de su casa sin avisar con quién sale o a  dónde va, algo grave pasó— Ariel se aleja de Micaela y se dirige al sofá. Se siente insignificante y superado.

—La van a encontrar, ten fé hermano. Dormí un poco, por favor, yo me puedo quedar pendiente del teléfono y del televisor, y apenas sepa algo te aviso. ¿Qué otra cosa podes hacer, salir a dar la vuelta por todo Buenos Aires sin sentido?— Micaela lo toma del brazo y lo lleva a la habitación, Ariel se deja llevar, sabe que algo de razón tiene su hermana, en el camino bosteza y se tapa la boca con la mano— dormí, 8 o 9 de la mañana te despierto hermanito, te pegas un bañito, desayunas, y ahí sí podés ir a dar vuelta todo lo que quieras para tener alguna pista de Ariana. Pero ahora no, estás muy nervioso y triste.

 Despierta desesperado como si se hubiera quedado dormido y se le pasó la hora para ir a trabajar, siente sudor en la frente. Busca desesperado el celular  y se fija la hora, da las 08:55. Tocan la puerta de la habitación, Micaela del otro lado lo llama— ya estoy despierto Mica— la habitación se siente fría, mira por la ventana y el cielo está todo nublado, se viste pensando el modo de encontrarla y rogando que no sea muy tarde. Después de salir del baño, se reúne con Micaela en el living. Micaela le ofrece un café y lo toma con mucho gusto, Ariel se da cuenta que se está tocando mucho el brazo en el cual tenía el yeso. Se toma el café en tres tragos y se decide a salir.

—¿Tienes alguna idea de donde comenzar a buscar?— preguntó Micaela, mientras tomaba su café.

—La verdad que no, creo que es hora de pedir ayuda a un amigo— toma el celular de la mesa.

—¿Le vas a pedir ayuda Vector?




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