Veinticinco Razones

PRÓLOGO

 
 -No son… buenas noticias las que tengo-fueron las palabras del doctor al entrar a la habitación y tomar asiento frente a nosotras. 
Los jóvenes de ahora dicen “la vida es una mierda” o “puta vida” ¿por qué lo dicen?, también dicen “me quiero morir”, será que el deseo de los muchos que piden eso ¿habrá caído en mí? 
 -Tienes cáncer terminal… no te queda mucho tiempo-escuché como mi madre empezaba a sollozar. 
¿Por qué me está pasando esto a mí? ¿será que cuando era niña había agarrado los dos pesos que mi mamá había dejado en la mesa? O ¿Cuándo le eché la culpa a mi hermano de que él había roto el celular de papá? También puede ser la vez que le dije a mi abuela que ya había comido sólo para no probar sus quesadillas, que por cierto no son nada ricas. 
Soy más santa que el sacerdote del barrio, inclusive más santa que el papa Francisco ¿Por qué me pasa esto a mí? 
¡Yo no pedí morir! 
 -¿Cuánto exactamente me queda? -pegunté, no sé por qué pero, no estaba llorando. 
 -Menos de un mes-yo solo asentí. Después sólo escuchaba a mi madre suplicas sobre que el médico haga algo, pero no… era demasiado tarde, creo que debí venir apenas empecé a sentirme mal. 
Tengo 17 años y voy a morir en menos de un mes. 
 



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En el texto hay: romance, primer amor, amor adolecente

Editado: 09.10.2022

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