11:55 a.m. - Hora Uno

11:55 a.m. Hora Uno. 

Siento como si el tiempo me comiera vivo, estoy cada vez más convencido de presionar el botón de llamada, y por fin lo hago, Las manos me tiemblan, el corazón se me acelera, suena la primera vez, luego la segunda y así hasta que no contesta mi llamada. 
Seguro estaría demasiado ocupada, yo debía de estar ahí en tres horas, supongo que por primera vez estará sorprendida que no llego quince minutos antes de la hora. 
Veo su número en la pantalla. Quiero intentarlo de nuevo.
Pero esta vez hay una barrera entre mi dedo y el botón de la pantalla. 
No sabía que era exactamente lo que me hacerlo, si era el miedo a que no respondiera y me ignorará o que si lo hacia ella solo dijera que se había equivocado o que simplemente yo no tenía las palabras correctas para decirle lo que sentía.
Aparto el teléfono de mi vista, y me concentro en mi plato de comida. No podía hablarle, aun no tenía las palabras, que esperaba decirle lo que había prometido hace dos semanas, que estaría en la cena de ensayo, que llegaría a las cuatro de la tarde, que la vería una hora antes en el hotel, porque era lo único que podía decirle por llamada, no quería ni imaginarme cuando estuviera frente a ella, el solo hecho de pensarlo hace que se me paralice por completo.  
Me gustaba planificarlo todo. Incluso las palabras que le diría a una persona. Pero no se me ocurre nada interesante. Preguntarle ¿cómo había estado?, es obvio que ha estado bien, ¿si ya comió?, solo preguntas sin sentido se me venían a la mente.  
Cuatro años es mucho tiempo, cuando hubo un tiempo en el que no nos podíamos dejar de ver mas de dos días. Eso parecía tan lejano que cuando pensaba en eso, sentía que solo había sido un sueño. Uno muy lejano.
Mi sexto sentido y esa vocecita en mi cabeza me dice que debería de olvidarme de tomar ese tren, de llegar a esa cena y cuanto mas de estar el día de mañana con ella. Que no lo soportaría. 
Quiero apartar esa negatividad de mi mente, así que trato de darle otro sorbo a mi sopa caliente, antes de que pueda hacerl una voz tan fuerte hace que lo olvide, tenia el bocado atorado en la garganta. 
—¡¿Esta seguro que esto es lo que pedí?! —se escucha el primer reclamo—. ¡Juro que pedí otra cosa!
Su voz pareciera que estaba hablando justo en mi oído, busco a la causante de mi punzada en la cabeza, no tarde demasiado en dar con ella, estaba justo enfrente de mi mesa. 
—Incluso lo anote—decía el mesero en voz baja, trate de ignorarla, pero fue en vano. 
—Ahí dice que pedí… sujebi, y esto es jangjangmyun— esa voz tan fuerte, estoy seguro que es causa de mi dolor de cabeza y no que así fuera de alta. 
—Esta orden es del joven—se dirige a mí. No quería ser partícipe de esa situación, nadie además de mi ponía atención a esa escena. Sobre todo porque odiaba cuando las personas trataban mal a los empleados. Eran nefastas. 
—Seguro la confundió—dice ella segura. 
—No podría hacer eso
Carraspee la garganta esta vez molesto, el mesero dirigió su mirada hacia mí, se notaba apenado ante la situación. Él estaba apenado y yo con un dolor de cabeza, en medio de una situación de vida o muerte, debatiéndome entre llamar a Hye-Min o no.
Regreso a mi plato cuando veo que solo tengo veinte minutos para terminar.
—Yo no he pedido jangjangmyun. Yo he pedido sujebi, estoy completamente segura de eso…
—Señorita es lo que ordeno — dijo el mesero, tan bajo que apenas pude notar que hablo. 
—¡Pero estoy segura que fue sujebi! — grito ella, esta vez más fuerte.
Esta vez su chillido hizo que me enserio me dolieran los oídos.
Esa chica enserio comenzaba a irritarme más de lo que ya estaba. Jaqueca, desesperación y sus gritos. No soporte más.
—¡Tú la del abrigo rojo podrías callarte! —alcé la voz lo más que pude.
No esperaba que funcionara, así que ella se giró mirándome furiosa, tanto que sentía que me había hecho chiquito, sí que era intimidante. 
—Trato de comer — dije señalando mi comida.
—¡Oh! Enserio, trato de hacer lo mismo — dijo irónicamente
—Pues hazlo — respondí burlonamente.
—Pues eso trato — respondió de la misma manera.
Se giró de nuevo dándome la espalda, dirigiéndose de nuevo al mesero.
—Es lo que pidió, no haga que me despidan
Ella dio un último suspiro derrotada y asintió.
—De acuerdo.
Dijo de una vez rendida, pero con la voz igual de fuerte, estaba seguro que no era su voz, si no mi jaqueca lo que me molestaba.

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Si alguien llega hasta aquí, para un poco mas de contexto, 
jangjangmyun: Es un tipo de pasta (ramen) que suele comerse con una salsa de color café obscuro comúnmente hecha de frijol revuelto con alguna proteína (cerdo o res) y al final le agregan ya sea vegetales o huevo frito encima
sujebi: es un tipo de sopa, que le suelen echar trozos de harina y vegetales, en corea suele comerse en tiempos de frio, y como esta novela esta ambientada en corea del sur, que mejor que mencionar su comida.