Ven a mi

Capítulo 5: Enamorado

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Al día siguiente llegué más animado que nunca, esa conversación con Steffi revelaba un cierto grado de interés hacia mí, nuestras continuas miradas eran tan evidentes que ya todos los meseros incluyendo a Alexa se estaban dando cuenta. Ya había terminado el turno del almuerzo y me disponía a limpiar la barra, para luego desojar una mata de menta y organizar el bar para el turno de tarde noche como todos los días. De lejos divise a Alexa sonriendo y acercándose a la barra, en donde yo me encontraba.

 

–¿Oye y porque estas tan contento últimamente? Me preguntó Alexa, con cara de picardía.

Yo, no sé. ¿En serio?

 

–¡Si, se te nota mucho en la cara, algo te pasa, cuéntame!

 

–Mmm, nada me pasa, todo sigue igual. Le conteste un poco cortante.

 

–¿Tendrá que ver con Steffi? He visto cómo te mira. Te quiere comer con la mirada. Lo notaste.

Mmm, no sé. Voy a tener que preguntarle personalmente.

 

Entonces de repente llego una pareja de clientes preguntando si tenían algo para comer que fuese rápido de servir, porque estaban apurados, Alexa se alejó lentamente hacia la sala principal del restaurante, guiándolos hacia la mesa. Aproveche la soledad para enviarle un mensaje a Steffi.

 

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Esperé que llegara Clement a reemplazarme y salí corriendo a los casilleros a cambiarme, me cepille los dientes y me rocié un poco de colonia barata. Me arreglé el cabello con la mano y me puse una chaqueta de cuero. Luego, caminé apurado, atravesé el pasillo me despedí de todos los que estaban en la cocina y pasé cerca al bar, pero no vi a Clement y caminé hacia la puerta para luego desviarme hacia el pasillo donde estaban los baños, el primero era el de damas, el segundo el de hombres y el tercero el de discapacitados. Estaba la luz encendida, así que golpeé la puerta y se abrió desde adentro. Estaba Steffi ahí parada frente a mí. Cerró la puerta apurada y le puse el seguro. Luego se echó hacia la pared y me miró y me dijo.

 

–¿De qué se trata la terapia?

 

Y yo la miré a los ojos y después bajé la mirada a sus labios y me acerqué rápidamente y la besé con desesperación. Y ella me respondió el beso y me mordió el labio inferior y me siguió besando tiernamente, y luego yo metí mi lengua en su boca para sentir la suya y nuestras lenguas se entrelazaron en un solo ritmo, me mordía la lengua tiernamente y también el labio y yo le daba besitos cortos en su pequeña boquita. Y nos abrazamos muy fuerte y luego nos volvimos a besar y me dijo. 

 

–Me tengo que ir ya, tengo que salir con mi mamá. 

 

–Quédate otro rato más. Le susurre al oído

 

–Si viene mi mama y no me encuentra se va a enojar y va a comenzar a sospechar.

 

–Bueno, ¿pero mañana podemos repetir la terapia? Le pregunte rápidamente.

 

–Jsjajajaj. Se sonrió y se sonrojo 

 

–¿Así que esta era la terapia? Me preguntó ingenuamente. 

 

–Te gustó. Le pregunté

 

–Mmm. Si me gustó más que la de la señora.

 

Y me dio un beso, abrió la puerta miro para los dos lados para saber si estaba algun mesero por ahí y se fue rápidamente.

Minutos después, salí yo, pero no la vi, no vi a nadie y caminé hasta el departamento recordando cada detalle de ese momento, fue tan mágico, tan espontaneo que no lo podía creer. Steffi era tan tierna, era tan guapa, tan extraña, tan ingenua, que se salía de todo lo que yo en ese momento podía conocer.











 




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