Ven Conmigo

Capitulo 14

"A lo que se le quiere nunca se le hace daño"

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Matias Henderson.

Son las tres de la madrugada y no puedo dormir, aun no encuentro la libreta y mi ultima esperanza es que Federico la tenga. Soy un grandísimo estúpido, estoy enojado conmigo mismo por hablarle de esa forma a Emma; ella no tiene la culpa de nada y no se merece que le hablara de esa forma.

Salgo de mi cuarto y voy hacia el de ella, abro un poco la puerta para ver si esta despierta y efectivamente aun esta despierta.

— ¿Puedo pasar?

— Si, ¿Qué pasa?

— Perdón por hablarte de esa forma hace un rato — le digo mientras me siento en la orilla de su cama

—Esta bien — me dice — ósea no esta bien que me hablaras así, te perdono.

— ¿Tienes una cita mañana? — sin poder evitarlo le pregunto

—Si.

— ¿Puedo preguntar con quien?

— Si puedes — me contesta — pero no te voy a contestar.

—Bueno solo viene a disculparme — le digo y me dirijo a la puerta — que descanses.

No se porque pero tenia la esperanza de que hoy habláramos de nuestro día, después de regresar a mi cuarto por fin logro dormir.

Al día siguiente me desperté a las 10:00 am, soy el único en la casa porque Emma ya se fue a la escuela y Sofia a trabajar, hago algún par de cosas las cuales me llevan mucho tiempo, al terminar me voy a la escuela y espero por un buena rato a que Fede llegue.

— Amigo — me dice al verme.

—Hola.

— ¿Te fue bien ayer? — me pregunta mientras se sienta en su lugar.

— ¿Tu que crees?

—¿Tan mal estuvo?

— Terrible —le contesto.

— ¿Por que sales con ella?

— Tu ya sabes porque.

—No — me responde — sinceramente no tengo ni la menor idea de porque sigue saliendo con ella.

—Pues porque la quiero

— La quiere — repite — ¿de que forma?

— Pues de la forma que siempre a sido.

— ¿La quieres o la amas?

— La segunda.

— ¿En serio? — me pregunta con una sonrisa — haber repite conmigo; yo la amo.

— Claro que la amas — le digo con una sonrisa por lo que el me suelta un zape

— Calla imbécil — me dice riendo — Yo Matias amo a Roxana.

— Yo Matias amo a — comienzo a repetir las mismas palabras.

— ¿a quien?

— a-amo a — le digo sin poder terminar la frase.

— ¿ves? ni siquiera lo puedes decir.

— Cállate idiota.

Yo la amo, yo amo a.. puta madre ni en mis pensamientos puedo decirlo.

— ¿Qué vas a hacer hoy? — le pregunto cambiando de tema.

— Tenia una cita.

— ¿Tenias?

— Si, tuvimos que cancelarla porque ella tiene muchas cosas de la escuela.

— ah ya —le respondo — ¿Quién era tu cita?

— No te voy a decir.

—Vamos — le insisto.

— No — me responde — ¿Tu que harás hoy?

— No lo se

— ¿Saldrás con Emma?

— Tiene una cita hoy — le respondo — ¿Todos tendrán citas hoy?

— ¿Celos de que ella salga con alguien mas?

— No, ni un poco de celos.

— Si lo que tu digas.

Le iba a volver a contestar pero me hizo una señal para que claramente ya me callara.

— Hola amor — me dice Roxana y se porque quería que me callara.

— Hola.

— Me encanto la cita.

— Que bien.

— ¿Saldremos hoy? — me pregunta con una sonrisa en el rostro.

— No — le respondo — Fede y yo ya tenemos planes.

— Tendrá que ser otro día —dice con la voz un poco apagada — buenos, en un momento nos vemos — dice y se va a donde están sus amigas.

— ¿Tenemos planes? — me pregunta Fede algo confundido.

— No.

Al empezar las clases intentaba ponerles atención pero en lo único en lo que podía pensar era Emma, ¿les he dicho como huele? no, nunca lo he hecho; pues ella siempre huele increíbles, no se si es su perfume o su aroma natural pero me encanta su aroma, pienso en su voz, en los hermosos ojos que tiene y no se porque pero pienso completamente en ella.

<Hola, bonita>

<Hola>

<Que haces?>

<limpio un poco, tengo que seguir asi que adios>

Y eso fue una clara muestra de que aun esta molesta conmigo y yo pensando que ya lo habíamos arreglado.

— ¿Con quien hablas? — me pregunta Fede.

— No te importa.

— Si me importa y eso por eso que te pregunto.

—Con Emma.

— ¿Ya le dijiste que te gusta?

— Y dale con eso.

— No, ya se; le dijiste que la amabas — me dice y comienza a reír

— Federico.

— ¿Si?

— Cierra la boca.

— ¿por que?

—Porque estas diciendo puras tontearías — le respondo.

— Los dos sabemos que en el fondo ella te gusta.

— Que no.

—Lo que digas — me dice aun con su sonrisa — solo esperare a ganar.

— No ganaras — le aseguro — pero cambiando de tema, perdí algo.

— ¿Tu virginidad? — me pregunta y comienza a reír — ah no, esa la perdiste desde hace mucho.

— Idiota.

—Ya — me dice y deja de reír — ¿Qué perdiste?

— La libreta.

— ¿Qué libreta?

— La libreta maldito idiota.

— ¿eh? — dice confundido — oh ya, ¿Cómo que perdiste la estúpida libreta?

— Pues así, no la encuentro, creí que tu la tenias.

— Yo no la tengo — me asegura.

— ¿Qué voy a hacer?

— De seguro esta en donde te quedas — me dice mirando al techo.

— No, ya la busque ahí.

— ¿No la tiene Emma?

— Espero que no — le respondo he inmediatamente pone su mirada en mi.

— ¿No le has preguntado?

— No.

— ¿por que?

—Porque tal vez empiece a preguntar que contiene la libreta y tan solo nosotros nosotros dos y Lucia pueden leerla.

— Si te pregunta que trae pues miente.

— No le puedo mentir porque hay una posibilidad de que ella la tenga.

— Tal vez esta en casa de tu padre.




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