Ven Conmigo

Capitulo 26

"Tal vez algún día"

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Matias Henderson

—  ¿Qué acabas de decir?—  pregunta Emma.

—  Que yo se perfectamente que no es la primera vez que andas detrás del novio de alguien—  repite.

—  Bueno pero tu no te quedas atrás—  responde—  La única diferencia es que tu andas detrás de los mejores amigos de tu novio—  dice y de alguna forma Federico y yo comenzamos a toser al mismo tiempo.

—  ¿Que?—  pregunta Roxana mirándome muy seriamente. 

—  Mejor ya hay que calmarnos—  les digo. 

—  Yo estoy calmada—  responde—  La resbalosa esta es la que no esta calmada. 

—  Lo bueno que tu eres la calmada.

—  Roxana basta, no le digas de esa forma a Emma—  la defiendo. 

—  Pero es verdad, ella andaba detrás de ti. 

—  No lo es—  comienzo a hablar seriamente—  Y si lo fuera no tienes derecho a decirle nada, porque tu y yo no éramos nada en ese momento, ¿entiendes?—  ella solo asiente—  Tampoco tienes derecho a decirme con quien me puedo juntar, así como yo no tengo el derecho de decirte lo mismo. 

—  Pero no es lo mismo—  habla—  Porque yo solo te pido que no seas amigo de Lucia y sabes perfectamente porque. 

—  Yo en ningún momento te pedí que dejaras de ser amiga de Federico.

—  Pero—  

—  Asi que tu no me pidas que no sea amigo de Lucia o de cualquier otra personas, ¿entiendes?—  ella asiente—  Bien, vámonos que se esta haciendo tarde. 

—  Solo tengo una pregunta—  habla—  ¿Qué hacen todos aquí? 

—  Lo que pasa es que Emilio vive aquí—  responde Federico antes que todos. 

—  ¿Te estas quedando con Emilio?—  me pregunta. 

—  Si—  mentira. 

—  ¿Qué hace ella aquí?—  pregunta señalando a Emma. 

—  Soy hermana de Emilio—  admite.

Todos le seguimos la mentira a Federico hasta que no queda ningún tipo de duda, Federico se aleja junto con Emma y Lucia mientras yo me quedo hablando con Roxana, toda mi atención estaba en ella hasta que se me ocurrió voltear y supongo que fue un error; Emma y Federico se besaban. 

—  Amor—  me llama—  Ya me voy.

—  ¿Te acompaño a tu casa?

—  No, Dante nos va a llevar. 

—  ¿Segura?

—  Si, Dante y Pau se llevaron muy bien—  informa—  Nos vemos luego, te quiero. 

—  Yo también. 

Me termino de despedir y después entro a la casa junto con Lucia, no quisimos esperar a Federico porque se veía muy entretenido con Emma. 

—  Eso salió bien—  dice Lucia cuando entramos a mi cuarto. 

—  ¿Qué haremos?—  pregunta Federico entrando después de nosotros.

¿Por que se besaban? ¿Son novios? no me tiene que importa pero el gran  problema es que si me importa. 

—  Matias—  me llama Lucia—  ¿Todo bien? 

—  Si, ¿por que?

—  Te ves algo distraído—  responde Federico. 

—  Estoy bien—  aclaro. 

—  Toma—  dice Federico entregándome mi libreta—  Emma la encontró pero evite que la leyera. 

—  Gracias. 

—  Entonces, ¿Qué haremos? 

—  ¿Te puedes ir?—  le pregunto.

—  ¿Que?—  pregunta confundido. 

—  ¿Se pueden ir los dos?—  aclaro—  Es que últimamente me he sentido muy cansado y en este momento solo quiero acostarme. 

—  Si, pero ¿Seguro que estas bien?

—  Si, seguramente solo es cansancio—  Mentira.

Me despido de ambos y salen de mi cuarto, me fui a mi cama para descansar y realmente no les mentí, estos días si he estado mas cansado de lo normal, pero supongo que el por las clases y el trabajo; eso quiero creer.

A los pocos minutos me quedo dormido creyendo que tan solo es cansancio. 

Abro los ojos cuando escucho ruido, salgo de mi cuarto y voy hasta donde sale el ruido llevándome a la cocina, veo a Emma con pijama y de espaldas a mi. La he visto millones de veces pero jamás me cansare, ¿por que me importas tanto, bonita? 

—  Hola—  hablo para que note mi presencia antes de que se asuste. 

—  Hola—  me saluda con una sonrisa—  ¿Por que no escucho cuando vienes? 

—  Soy muy silencioso—  respondo—  ¿Qué haces? 

—  No tengo ni la menor idea—  ríe—  Mi intención era hacer algo que vi en internet, creo que va bien pero no esoy segura. 

—  ¿Te ayudo? 

—  Si. 

Entro a la cocina y suelto una pequeña risa al ver el desastre que hay. 

—  Me encanta lo organizada que eres—  digo y ella me mira—  ¿En que te ayudo?—  pregunto y comienza a darme indicaciones. 

Le ayudo en varias cosas hasta que veo la concentración que tiene al hacer cada paso, se nota lo hermosa que es y también se nótala bolsa de harina que esta detrás suyo, tomo un poco sin que se de cuanta y se la aviento.




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