"Nos prometieron que los sueños se harían realidad, pero se les olvido decir que las pesadillas también eran sueños"
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Matias Henderson
Son las 3:00 pm y estoy terminando de limpiar todo lo de ayer, por fin se fueron todos de mi casa, claro vienen hacen desastre y se van. Después de que Emma se fuera con Federico no he vuelto a hablar con ella y seguramente ella no quiere hablar conmigo porque esta con su novio y lo entiendo.
— Hola— dice Alison saliendo de su cuarto, sus hermanos también se fueron por la mañana.
— Vaya, la bella durmiente se despertó.
— ¿Qué haces?
— Estoy limpiando todo lo de ayer.
— ¿Ya hiciste de comer? — niego— ¿Por qué?
— Porque aún había un montón de personas aquí y si hacía de comer les tenía que dar a todos y hoy no me dan ganas de cocinar.
— ¿Entonces no vamos a comer?
— Báñate y te invito a comer— ella no responde y se va para el baño.
Después de varios minutos ella regresa lista y salimos de la casa para ir a un pequeño puesto de comida.
— ¿Que tienes? — me pregunta— Te ves medio perdido.
— Solo estaba recordando algo de ayer.
— ¿Qué cosa? ¿Con quién te acostaste? — pregunta emocionada.
— Alison.
— ¿Que? ¿Te incomoda hablar de sexo con tu hermanita?
— No me incomoda— para nada— Solo que no me acosté con nadie ayer.
— ¿Que recordaste?
— Un bonito momento— respondo y ella me mira con intriga— Que chismosa que eres.
— Solo tengo curiosidad.
— Fue un momento con Emma.
— ¿Hablaste con ella? —asiento— Pensé que quieras olvidarla.
— Lo iba a hacer, pero me gusta mucho que me es imposible no hablarle— sonríe.
— ¿Que hicieron ayer?
— Bailamos— recuerdo— Dije que la quería y ella me dijo que también.
— ¿Te dijo eso? — pregunta muy emocionada y nuevamente asiento— Prácticamente te dijo que te quiere como tú a ella— de seguro que nota mi cara de confusión y me suelta un golpe— ¡Que le gustas, imbécil!
— No grites— digo al notar que varias personas nos miran— Y yo no puedo gustarle.
— ¿Por qué no? — por un montón de razones— Eres guapo, estudioso, te importan las personas, eres cariñoso— comienza a decir— Si no fueras mi hermano saldría contigo.
— ¿Eso es un alago?
— Eso no importa— me suelta otro golpe— ¿Por qué no le puedes gustar? y no me salgas que es porque tiene novio.
— Entonces no tengo una razón.
— ¿Lo ves? nada se interpone— la miro serio.
— Se interpone el hecho de que ella está en una relación y yo no voy a interferir.
— Pero tú la adoras.
— Si, pero ella lo escogió a él y no puedo hacer nada.
No vuelve a tocar el tema porque sabe que tengo razón, seguimos comiendo y hablando sobre unas cosas, pero mi atención se va cuando veo pasar a una mujer la cual estoy seguro de que era mi madre.
— Matias— me llama Alison— Te perdiste por un momento, ¿Qué pasa?
— Es que estoy seguro que vi a una mujer parecida a mamá— ella mira en la misma dirección que yo— Estoy seguro de que era ella.
— Tranquilo, no puede ser Mati.
— ¿Por qué?
— Porque ella no sabe en donde vives y no tiene nada que hacer aquí.
Tiene razón, ella no sabe en donde vivo, no puedo creer que le sigo diciendo mamá después de todo lo que hizo y no me refiero a que me prohibió ir a una fiesta porque mis problemas no van de eso.
Después de comer acompañe a Alison a comprar ropa y más ropa, de paso también compre un poco yo y ya escogió varias cosas para mí.
Después de varias horas regresamos al departamento, pero me sorprendí cuando entré porque mi padre está sentado en la sala, pero por eso me sorprendí; me sorprendí porque aún lado de el esta mi madre.
— Hola hijos— nos dice el— ¿Dónde estaban?
— Fuimos a comer y a comprar ropa— responde Alison y yo me paro detrás de ella intentando controlar mi respiración.
— ¿Que hace ella aquí? — pregunto finalmente.
— Ere mi hijo— responde y se comienza acercar haciendo que me pare enfrente de Alison— Tengo derecho a verte.
— No me vengas con tus mierdas de eres mi hijo.
— Matias— habla mi padre.
— Matias nada— hablo serio— Tú no tienes derecho a nada.
— Claro que sí, soy tu madre.
— Pues eres una mierda de madre.
— Matias respétame— habla seria.
— No, no vengas a exigir porque esta es mi casa.
— Podrá ser tu casa, pero quieras o no yo soy tu madre.
— Lamentablemente lo eres.
— Matias cálmate— me pide mi padre.
— Es que ella perdió todos los derechos sobre mi hace años.
— No puedes tratarme así, yo fui quien te crio y él te abandono.
— Tú me criaste, pero también me arruinaste, el me abandono, pero fuer la única persona capaz de sacarme de ese infierno.
— Hijo yo—
— Deja de llamarme hijo, para ti soy Matias.
— Matias solo quiero hablar contigo.
— Pues yo no quiero hablar contigo, Amanda, así que vete de mi casa.
— Me voy, pero contigo— dice y me quedo callado— Te tendrás que ir conmigo.
— ¿Por qué? — pregunto mirando a mi padre.
— Porque estoy peleando tu custodia.
— ¿En serio? — pregunto riendo— Después de todo lo que me hiciste, ¿Estas peleando mi custodia?
— Lo que hice fue por tu bien.
— Una mierda fue por mi bien y estas locas si crees que voy a volver.
— No tienes otra opción— está hablando muy segura.
— ¿Vas a dejar que me lleve? — le pregunto nuevamente mirando a mi padre.
— No hay más opciones, Matias— mierda— Te tienes que ir con ella.
— Están locos los dos— habla finalmente Alison parándose a mi lado— Es mujer no se lo va a llevar.
— También soy tu madre— es lo único que responde ella.
— Solo eres mi madre de sangre porque mi madre se llama Marta.