Ven Conmigo

Capitulo 34

"Nos prometieron que los sueños se harían realidad, pero se les olvido decir que las pesadillas también eran sueños"

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Matias Henderson

Son las 3:00 pm y estoy terminando de limpiar todo lo de ayer, por fin se fueron todos de mi casa, claro vienen hacen desastre y se van. Después de que Emma se fuera con Federico no he vuelto a hablar con ella y seguramente ella no quiere hablar conmigo porque esta con su novio y lo entiendo.

— Hola— dice Alison saliendo de su cuarto, sus hermanos también se fueron por la mañana.

— Vaya, la bella durmiente se despertó.

— ¿Qué haces?

— Estoy limpiando todo lo de ayer.

— ¿Ya hiciste de comer? — niego— ¿Por qué?

— Porque aún había un montón de personas aquí y si hacía de comer les tenía que dar a todos y hoy no me dan ganas de cocinar.

— ¿Entonces no vamos a comer?

— Báñate y te invito a comer— ella no responde y se va para el baño.

Después de varios minutos ella regresa lista y salimos de la casa para ir a un pequeño puesto de comida.

— ¿Que tienes? — me pregunta— Te ves medio perdido.

— Solo estaba recordando algo de ayer.

— ¿Qué cosa? ¿Con quién te acostaste? — pregunta emocionada.

— Alison.

— ¿Que? ¿Te incomoda hablar de sexo con tu hermanita?

— No me incomoda— para nada— Solo que no me acosté con nadie ayer.

— ¿Que recordaste?

— Un bonito momento— respondo y ella me mira con intriga— Que chismosa que eres.

— Solo tengo curiosidad.

— Fue un momento con Emma.

— ¿Hablaste con ella? —asiento— Pensé que quieras olvidarla.

— Lo iba a hacer, pero me gusta mucho que me es imposible no hablarle— sonríe.

— ¿Que hicieron ayer?

— Bailamos— recuerdo— Dije que la quería y ella me dijo que también.

— ¿Te dijo eso? — pregunta muy emocionada y nuevamente asiento— Prácticamente te dijo que te quiere como tú a ella— de seguro que nota mi cara de confusión y me suelta un golpe— ¡Que le gustas, imbécil!

— No grites— digo al notar que varias personas nos miran— Y yo no puedo gustarle.

— ¿Por qué no? — por un montón de razones— Eres guapo, estudioso, te importan las personas, eres cariñoso— comienza a decir— Si no fueras mi hermano saldría contigo.

— ¿Eso es un alago?

— Eso no importa— me suelta otro golpe— ¿Por qué no le puedes gustar? y no me salgas que es porque tiene novio.

— Entonces no tengo una razón.

— ¿Lo ves? nada se interpone— la miro serio.

— Se interpone el hecho de que ella está en una relación y yo no voy a interferir.

— Pero tú la adoras.

— Si, pero ella lo escogió a él y no puedo hacer nada.

No vuelve a tocar el tema porque sabe que tengo razón, seguimos comiendo y hablando sobre unas cosas, pero mi atención se va cuando veo pasar a una mujer la cual estoy seguro de que era mi madre.

— Matias— me llama Alison— Te perdiste por un momento, ¿Qué pasa?

— Es que estoy seguro que vi a una mujer parecida a mamá— ella mira en la misma dirección que yo— Estoy seguro de que era ella.

— Tranquilo, no puede ser Mati.

— ¿Por qué?

— Porque ella no sabe en donde vives y no tiene nada que hacer aquí.

Tiene razón, ella no sabe en donde vivo, no puedo creer que le sigo diciendo mamá después de todo lo que hizo y no me refiero a que me prohibió ir a una fiesta porque mis problemas no van de eso.

Después de comer acompañe a Alison a comprar ropa y más ropa, de paso también compre un poco yo y ya escogió varias cosas para mí.

Después de varias horas regresamos al departamento, pero me sorprendí cuando entré porque mi padre está sentado en la sala, pero por eso me sorprendí; me sorprendí porque aún lado de el esta mi madre.

— Hola hijos— nos dice el— ¿Dónde estaban?

— Fuimos a comer y a comprar ropa— responde Alison y yo me paro detrás de ella intentando controlar mi respiración.

— ¿Que hace ella aquí? — pregunto finalmente.

— Ere mi hijo— responde y se comienza acercar haciendo que me pare enfrente de Alison— Tengo derecho a verte.

— No me vengas con tus mierdas de eres mi hijo.

— Matias— habla mi padre.

— Matias nada— hablo serio— Tú no tienes derecho a nada.

— Claro que sí, soy tu madre.

— Pues eres una mierda de madre.

— Matias respétame— habla seria.

— No, no vengas a exigir porque esta es mi casa.

— Podrá ser tu casa, pero quieras o no yo soy tu madre.

— Lamentablemente lo eres.

— Matias cálmate— me pide mi padre.

— Es que ella perdió todos los derechos sobre mi hace años.

— No puedes tratarme así, yo fui quien te crio y él te abandono.

— Tú me criaste, pero también me arruinaste, el me abandono, pero fuer la única persona capaz de sacarme de ese infierno.

— Hijo yo—

— Deja de llamarme hijo, para ti soy Matias.

— Matias solo quiero hablar contigo.

— Pues yo no quiero hablar contigo, Amanda, así que vete de mi casa.

— Me voy, pero contigo— dice y me quedo callado— Te tendrás que ir conmigo.

— ¿Por qué? — pregunto mirando a mi padre.

— Porque estoy peleando tu custodia.

— ¿En serio? — pregunto riendo— Después de todo lo que me hiciste, ¿Estas peleando mi custodia?

— Lo que hice fue por tu bien.

— Una mierda fue por mi bien y estas locas si crees que voy a volver.

— No tienes otra opción— está hablando muy segura.

— ¿Vas a dejar que me lleve? — le pregunto nuevamente mirando a mi padre.

— No hay más opciones, Matias— mierda— Te tienes que ir con ella.

— Están locos los dos— habla finalmente Alison parándose a mi lado— Es mujer no se lo va a llevar.

— También soy tu madre— es lo único que responde ella.

— Solo eres mi madre de sangre porque mi madre se llama Marta.




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