Ven Conmigo

Capítulo 37

"El mundo está lleno de personas increíbles que un no conoces"

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Matias Henderson

— ¿Por que eso?— pregunto cuando terminamos el beso.

— Te dije que era uno de tus regalos de cumpleaños— sonrió— ¿Te puedo preguntar algo?— asiento— ¿Quién es la chica con la que hablabas?

— ¿Celosa?

— Si— no esperaba que lo admitiera— Tu le estabas dando toda su atención mientras ella hablaba, la forma en la que la mirabas y como solo la mirabas a ella mientras yo quería tu atención.

— ¿Por que de pronto te pones celosa?

— Ya te lo había dicho— la miro— Te quiero de la misma forma en que tu lo haces.

No la entiendo.

— No debes de estar celosa. Tu eres lo que mas me importa.

— ¿En serio?

— Me ofende que dudes.

— No me has dicho quien es.

— Después de lo que dije, ¿Eso es lo que te importa?

— Un poco— no puedo evitar reír— No te rías de mi.

— Es una amiga de Alison.

— Y una amiga cercana a ti, supongo— sonrió.

— Emma.

— Siento raro que me llames por mi nombre.

— Bonita— corrijo— No debes de estar celosa, ¿Sabes por que?— niega— Porque yo Matias me entregue completamente a ti desde que te conocí, eres lo mas importante en mi miserable vida y jamás debes de estar celosa.

— ¿Jamás?

— Jamás.

— ¿Dónde has estado?

— Por ahí— aun no estoy listo— ¿Qué has hecho de tu vida?

— Nada, exámenes, tareas.

— ¿Cómo vas en la escuela?

— Creo que bien, has desaparecido por meses, ¿Cómo vas tu en la escuela?

— Ya tengo resuelto todo— no le explicare— Extrañaba esto.

— ¿Qué cosa?

— Estar a tu lado hablando de nuestras vidas.

— Yo también lo extrañaba— me mira— Deberíamos regresar ya es tarde.

— Si.

Caminamos hasta llegar a mi departamento, cuando entremos me doy cuenta que muchas personas ya se fueron y otras están tumbadas en el piso. Mientras miraba a la gente me encuentro con la sorpresa de que Lucia y Federico se están besando, no me esperaba eso. Sin importar la condición ellos nunca se habían besado, por eso discutían.

— Aquí hace mucho frio— dice Emma.

— ¿Quieres un suéter?— asiente— Voy por el.

— Yo voy por algo para beber

Me voy hacia mi cuarto, pero antes de entrar escucho cierto ruidos, por favor no. Abro la puerta y me encuentro a mi hermana encima de un chico. Joder que desagradable escena; por suerte aun tienen la ropa puesta.

— Me asustaste— dice Alison con mucho esfuerzo.

— Dime que tienes toda la ropa puesta.

— Eso creo.

— ¿Quién es el?— pregunta el chico.

— Soy el dueño de la cama en donde estas, ¿Quién eres tu?

— ¡Yo!— grita Alison— Yo los presento. Matias el es Alan mi amigo— lo señala— Alan el es Matias mi hermano.

— Mierda esta no es una buena impresión— se lamente el chico y con cuidado se quita a Alison de encima.

— Claramente no lo es, ahora sal de mi cuarto.

— Hoy tampoco fue tu día Alan— le dice Alison mientras el sale del cuarto.

— Ali es hora de dormir— le digo.

— ¿Me llevas a mi cuarto?— levanta los brazos.

— Espera— tomo un suéter del armario y después cargo a Alison para llevarla a su cuarto.

Cuando regreso a afuera veo a Fabiola, Maia y Mabel acostadas en los sillones y a Dylan aun lado en el piso. Le digo a Dylan que me ayude ha llevarlas al cuarto de Ali y cuando terminamos le digo que se vaya a un cuarto. Antes de regresar con Emma le pongo llave al cuarto de Ali.

— No bebas mucho— le digo a Emma extendiéndole el suéter— ¿Quieres bailar?

— Esa no es mi música.

— Lo puedo arreglar en un segundo— me acerco a Lucia y le pido que ponga una canción para después regresar con Emma— Mira que casualidad ya hay música lenta.

— Que casualidad— sonríe.

— ¿Bonita, me concedes este baile?

Los dos nos alejamos de la barra y comenzamos a bailar, bueno, solo nos movemos de un lado a otro.

Esta chica me encanta, no es el motivo, pero desde la primera vez que la vi me encantado y sabia que mi vida se iba a desordenar, la primera vez que la vi sufrir supe que haría cualquier cosa por ella. Siempre he sabido que jamás la abandonaría; aunque ella se fuera yo jamás lo haría.

— ¿Cuánto has bebido?— le pregunto.

— Yo no bebo.

— Tengo pruebas y recuerdos de que si lo haces.

— Olvida ese día— ríe— Recuerdo que el día siguiente me preguntaste si recordaba algo.

— Y tu respondiste que no.

— Pero Zenda me dijo que tu no querías que recordara lo que dijiste— maldigo un poco a Zenda— ¿Qué me dijiste ese día?

— Estamos siendo sinceros, ¿No?— asiente— En ese momento tu salías a escondidas con Fede y yo sabia que salías con el, solo quería que uno de los lo confesara.

— Okey.

— Entonces preguntaste porque me importaba tanto.

— ¿Qué respondiste?

— Que me importaba mucho porque estaba celoso así que tu me confesaste quien era.

— ¿Estabas celoso?— asiento— ¿Por que?

— Porque siempre me has gustado y el lo sabia— se que si— Tenia celos de que pudiera salir contigo.

— ¿Qué quieres hacer ahora?— me pregunta.

— No lo se, ¿Tu que quieres hacer?

— Tengo hambre.

— ¿Quieres que vayamos a buscar algo de comer?

— No creo que a las 3 de la mañana encontremos algo.

— Vamos a intentar buscar algo.

— Ya es tarde puede ser peligroso.

— ¿Prefieres quedarte con hambre?

— No, pero tampoco quiero salir.

— ¿Qué quieres hacer?

— Quiero comer— no puedo evitar reír ante su respuesta— ¿Podemos ir a mi casa? Ahí hay comida.

— Vamos.

Los dos salimos de mi departamento y comenzamos a caminar hacia su casa, ya que no este muy lejos llegamos en pocos minutos.

— No hagas ruido— me dice cuando abre la puerta— Sube a mi cuarto, yo voy comida.




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