"El peor dia para amar a alguien es cuando muere"
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Emma White
Estoy sentada en la sala de espera del hospital, lleva una semana aquí. El doctor me dijo que no me podía dar información por ser menor de edad.
Matias regreso a mi lado con algo de comida, no se ha separado de mi en esta semana.
— ¿Ya vino algún doctor?— asiento— ¿Qué dijo?
— No me dirán nada por ser menor de edad— respondo— La espera y el silencio son muy malos.
— Todo estará bien. Toma— me entrega comida— No has comido nada en todo el día.
— Gracias— me mira— Por estar aquí
Después de una hora Sara llego, pero los doctores no le dijeron nada. Sin darme cuenta me quede dormida y cuando desperté vi que ya había llegado Emilio y por fin decidieron hablar conmigo.
— Sera mejor que te vayas a casa— me dice Sara— No te hace bien pasar tanto tiempo en un hospital y no sirve de nada.
— Quiero estar con mamá.
— Lo se, pero ve a casa, descansa, báñate y regresas.
— Sara tiene razón— le sigue Emilio— Ve a casa y después regresas, nosotros estaremos aquí y te informaremos de todo.
— ¿Me acompañas?— le pregunto a Matias y asiente.
Al llegar a casa le digo a Matias que se quede porque no quiero estar sola, tomo un baño muy relajante, me pongo la pijama y bajo con Matias. Lo encuentro sentado en el comedor con la cena servida y un catalogo en mano.
— ¿Qué haces?— pregunto mientras me siento a su lado para comenzar a comer. Siempre lo he dicho y siempre lo diré; el es bueno cocinando y yo soy buena comiendo, la combinación perfecta.
— Veo un catalogo de tintes.
— ¿Tintes?
— ¿Cómo me vería con el cabello verde?— no puedo evitar reír ante su pregunta— ¿Tan mal me vería?
— Cariño, eres un hombre hermoso, pero estoy segura que el verde no te quedaría. Escoge otro color.
— ¿Qué tal rubio?
— No te verías mal.
— ¿Esta rico?— pregunta refiriéndose a la cena y yo asiento.
Ninguno de los dos dijo nada, solo nos dedicamos a comer y cuando terminamos decidí subir a dormir a mi cuarto y Matias se fue al que era su cuarto.
Recostada en mi cama de pronto me llego la sensación de que algo malo pasaría.
<Perdóname Emma> fue el mensaje que mi madre me mando<Te quiero, aprende a cuidarte> eso fue lo ultimo.
Voy al cuarto de Matias y lo veo dormido tranquilo, me acuesto a su lado y cuando me siente me hace un espacio y me abraza.
— ¿Qué hago si no vuelvo a recibir un mensaje suyo? termine muy mal con ella, Matias.
— No pienses mal, ella va a regresar y podrán arreglar las cosas.
— ¿Qué harías si fuera tu madre?
— Considerando que mi madre es una loca no me sentiría tan mal— cierto— Pero tu volverás a hablar con tu madre, la volverás a abraza y arreglaran las cosas.
— Si.
— Hay que dormir para regresar mañana al hospital.
La hago caso sin saber que los dos estábamos equivocados.
Al día siguiente cuando regresamos al hospital vi a mis hermanos y a mi padre en la sala de espera.
— Siéntate, Emma— me dice Sara y yo hago lo que dice— En la madrugada mamá despertó.
— ¿La puedo ver?
— No— veo como su cara cambia— Hubo complicaciones y— no logra terminar porque comienza a llorar al igual que mi hermano.
— Tu madre falleció por la madrugada— dice finalmente mi padre.
Me levanto de la silla y salgo del hospital, intentan detenerme, pero no lo logran.
Hice tantas cosas con ella sin saber que seria la ultima vez, le dije que no era buena madre y ahora jamás podre disculparme.
Cuando me doy cuenta estoy en mi casa llorando como nunca lo había hecho. ¿Qué se hace cuando te dicen que alguien importante en tu vida murió?
Comienzo a lanzar todo lo que esta en mi camino, destrozo lo que veo y termino gritando sin poder hace nada mas. Sin poder evitarlo voy hacia su cuarto y lo veo todo perfectamente ordenado. Me acerco a la cama en donde hay una caja la cual dice "Para mis niños" abro la caja y me encuentro con cartas las cuales tienen el nombre de mis hermanos y el mío. Decido cerrarla y dejarla en el piso, me recuesto en la cama y me quedo dormida.
Por la mañana me despierto al escuchar un ruido en la parte de abajo, cuando voy me encuentro a Matias recogiendo lo que hice el día anterior.
— ¿Qué haces?— le pregunto.
— Estoy recogiendo.
— No lo hagas lo hare yo.
— No, el desayuno esta en la mesa— señala hacia esta— No has comido desde ayer, así que desayuna— voy hacia la mesa y empiezo a comer mientras Matias recoge todo lo que rompí.
Y sin poder evitarlo comienzo a llorar de nuevo rogando que entre por la puerta, pero se que no va a suceder.
— Ella no va a volver— le digo a Matias que esta a mi lado— Le dije tantas cosas antes de que pasara. Si hubiera regresado cuando ella me lo pidió.
— No te puedes sentir culpable, no sabias lo que iba a pasar— me abraza— ¿Quiere que te deje sola?
— No— digo de inmediato— Has cualquier cosa, pero no me dejes sola— no dice nada, solo sigue abrazándome y supe que eso era lo que necesitaba.
— Ella ya no esta, Matias.
— Lo se, cariño, lo se.
Las lagrimas siguieron saliendo y las palabras se ocultaron. Sin darme cuenta me quedo dormida en sus brazo y cuando despierto lo veo a mi lado hablando por teléfono.
— Deberías regresar a tu casa.
— No te dejare sola.
— Te puedes quedar en tu cuarto.
— Emma— se lo que me dirá.
— Estoy bien.
— ¿Has encendido el teléfono?— niego— Mañana les van a entregar el cuerpo y comenzar con el velorio.
— No habrá velorio.
—Bonita.
— Me voy a bañar— comienzo a ir hacia el baño.
— Emma.
— Dije que me voy a bañar, Matias.
Estoy sentada en la sala, Matias se fue a su casa y este es el momento que temía; el quedarme sola.