"Ella llora con sonrisas y nadie se da cuenta"
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Me termino de vestir para el funeral y voy al piso de abajo en donde Matias me esta esperando. No se ha despegado de mi lado y se lo agradezco demasiado.
Los dos salimos de la casa y vamos al cementerio. Al llegar me di cuenta de la cantidad de personas que había y supe que Matias pensó lo mismo que yo al verme.
La ultima vez que la vi fue cuando la encontré desde ese día no he tenido el valor. El padre comienza con las típicas palabras que se dicen y le pide a alguien decir unas palabras, nadie se atreve.
Bajan el ataúd y lo cubren de tierra, no la volveré a ver. Después de eso todos se comienzan a ir y al darme la vuelta veo a una persona a lo lejos la cual mira mucho hacia mi dirección, camino hasta ella y cuando me ve comienza a caminar.
— ¿Hola?— no se toma la molestia de verme— ¿Esta bien?
— Tu eras su hija, esa pregunta es para ti.
— Estoy bien, ¿Quién es usted?
— Una vieja amiga de Sofia.
— ¿Amiga de donde?— se la la vuelta y me doy cuenta que es la misma señora que vi en el restaurante cuando Matias me llevo a la playa— ¿Quién es usted?
— Me llamo Alysa— Alysa, es ella— Soy tu madre.
— No, mi madre se llama Sofia y esta tres metros bajo tierra— regreso hacia la tumba y mi hermana le esta agradeciendo a todos por venir. Me siento a un lado y comienzo a arrancar el pasto.
— ¿Qué voy a hacer sin ti?— comienzo a hablar—No voy a poder seguir adelante sin ti, debiste esperarme un poco mas, debiste dejar que me disculpara, no se me hace justo— sigo sin poder llorar— Me quedado sola, ya no tengo nada.
— No estas sola— dice la voz detrás de mi y siento un gran alivio— No estas sola mi pequeña Emma— me doy la vuelta y me abraza— Perdón no pude llegar a tiempo.
— Lo bueno es que estas aquí.
— Te entiendo, no eres la única que quedo mal con ella— noto como ella si llora— Pero ya no nos podemos arrepentir o disculpar.
— Te extrañe tanto, Fernanda— la abrazo mucho mas fuerte.
— Y yo a ti, Emma.
— ¿Qué haces aquí?— dice una voz haciendo que nos separemos.
— Vine al funeral de mi madre, ¿Algún problema, Sara?— las dos se miran y se siente la gran tensión, Fernanda desvía la mirada cuando nota a Emilio llegar y se le forma una gran sonrisa— Emilio— lo abraza— Volviste, me alegro tanto.
— También me alegro que volvieras.
Y entre los tres las únicas que no se soportan son Fernanda y Sara, por un problema que hubo entre ellas antes de que Fernanda se fuera.
— ¿Dónde esta nuestro padre?
— Su padre— digo sin poder evitarlo y todos me mira— Bueno, padre de Emilio.
— ¿De que hablas?— me pregunta Sara mientras que Fernanda me mira sabiendo que yo lo se.
— ¿No sabían?— niegan— Emilio es el único hijo de Noe, Fernanda claramente no lo es, Sofia estaba embarazada de Sara cuando conoció a Noe y yo— hago una pausa— Mi madre me intercambio en un hospital.
— Lo sabes— menciona Fernanda.
— Lo se— afirmo— Noe me lo dijo ese día.
Veo a mis dos hermanos y noto que están mal, se que no era el momento de decirlo, pero no lo pude evitar. Fernanda va hacia Noe seguida de Sara y Emilio. Nuevamente miro hacia la lapida.
— Esto es todo, adios mami.
— Venga es hora de irnos— dice Matias poniendo sus manos en mis hombros.
Y un mes después no volví a entrar a su cuarto, poco a poco he recuperado las ganas de hacer las cosas, pero me siento muerta por dentro.
El día de hoy esta igual que mi animo, ha estado lloviendo y haciendo frio todo el día. Fernanda esta trabajando y Matias esta abajo haciendo la cena, lo adoro, pero me siento estúpida.
Voy hacia el piso de abajo, salgo de la casa y comienzo a caminar sin importar que. Cuando llego al cementerio con los pies temblorosos me acerco a la lapida y siento como si hubieran roto la ultima parte de mi y sin darme cuenta y apunto de caer después de un mes comienzo a llorar.
— No puedo hacer esto, Matias— digo sabiendo que el esta ahí.
— Claro que puedes, cariño. Debes seguir por ella.
— La vida es muy dura.
— Si, pero tu también, amor.
Cuando logre calmarme un poco comenzamos a caminar hacia mi casa hasta que le pedí que fuéramos a la de el y sin decir nada me hizo caso. Al llegar me ofrece ropa seca y en pocos minutos los dos estamos secos acostados en la cama.
— ¿Te puedo decir algo?— asiente— Te amo demasiado.
— Yo también.
— En este tiempo nuestra relación fue lo que menos me importo, pero ahora quiero prestarle atención.
— No creo que sea el momento.
— Solo escúchame— se queda callado— Tu has sido mi primera vez en muchas cosas y cada una ha sido muy especial, me dolió pensar que solo fue un juego.
— Nunca fue un juego, todo ha sido real.
— Lo se. No desconfió de ti, ya no.
— ¿Por que?
— Harley me confirmo que todo fue falso y solo lo hicieron para separarnos.
— ¿Necesitaste que alguien mas te lo dijera?— asiento— Desconfiaste de mi.
— Lo se, pero tenia miedo— me mira— Se todo lo que viviste con Roxana, se que sentiste lo mismo que yo por Federico, Tenia miedo de que volvieras a sentir todo eso de nuevo.
— Siempre dije que yo nunca haría algo así, nunca desconfiaría de Federico y de ti.
— No lo has hecho porque es tu mejor amigo y me adoras con toda tu alma, pero sabemos que con Roxana todo se puede esperar— se que callado— Pero ya no importa, gracias Matias.
— ¿Por que?
— Por estar a mi lado, por todo lo que has hecho por mi.
— No tienes que agradece, dije que haría cualquier cosa por ti y así sera siempre.
— Somo nosotros contra el mundo.
Y de costumbre ninguno volvió a hablar. Solo estaba ese silencio tranquilizador el cual necesitaba mucho.