Venciendo al tiempo

Parte 2. La búsqueda, el final.

María está disfrutando de un baño relajante, su piel ya eta arrugándose del tiempo que lleva metida en el agua. El teléfono empieza a sonar.
—Cariño puedes acercarme el móvil.
—Sí, ahora mismo.
   ¿No piensas salir del baño?, vas a quedar arrugada como una pasa.
—Que número más raro, ¿quién será?
Dígame.
—Le llamamos de la televisión, nos hemos enterado de que ha hecho un descubrimiento en el desierto, que ha encontrado una momia de una persona importante relacionada con las ruinas de Spinto.
—Sí, pero quien les ha dado la información.
—Nos han llamado del Ayuntamiento de Frentas, habíamos estado haciendo un reportaje en la ciudad de Spinto, y como sabía  que en breve íbamos a emitirlo en nuestra cadena pues no han llamado para informarnos de un nuevo hallazgo.
—Pues sí, los restos están ahora en el museo y se está haciendo los estudios pertinentes para saber algo más de lo encontrado.
—Nos gustaría poder filmar esos restos encontrados y pedirle que participe en el programa que haremos en el que hablaremos de civilizaciones antiguas, contar con su colaboración sería muy importante. 
—No lo sé, nunca he hecho esto.
—No se preocupe, ¿conoce el programa que le estoy comentando?
—Sí, es uno de los que sigo con bastante frecuencia, tratan temas muy interesantes.
—Pues queremos que esta vez ese tema sea el que usted está investigando, podemos contar con usted.
—Sí.
—¿Quién era?
—De la televisión estatal que quieren hacer un reportaje de las ruinas encontradas en Spinto y me han llamado para que participe.
—¿Y vas a ir?
—Sí, les he dicho que sí.

Daniel está llevando a María a los estudios centrales de la cadena de televisión donde asistirá al programa sobre el reino de Spinto.
—Dani, estoy muy nerviosa.
—Cariño piensa que esto va a ser más fácil que cruzar el desierto para desenterrar la momia de un Rey.
—Sí. Pero necesito ir otra vez al baño.
—Yo te estare viendo desde las gradas, si tienes miedo mírame y yo te haré sonreír.
—Eres muy bueno conmigo.
—Espero ser recompensado cuando termines.
—¿Recompensado?
—Sí, ya sabes tú como me puedes recompensar.
—No sé, a partir de ahora seré famosa, ya no me voy a quedar con menos de 20 cm.
—Me la puedo estirar, pero para que si tú con lo que tengo quedas bien satisfecha.

El presentador la recibe en la entrada de la cadena de televisión y la acompaña hasta la sala de maquillaje, posteriormente la llamarán para ir a la sala de entrevistas.
—Señorita María venga que la acompaño hasta el plato.
—Gracias. Estoy muy nerviosa espero que no me quede en blanco.
—Usted no se preocupe de las cámaras, piense que está con unos amigos a los que les está explicando lo que ha encontrado.
—Gracias.
El presentador está en el plato de pies con otra persona que está de espaldas a ellas.
—Acompáñenos María, seguro que conoce a otro de los expertos, y descubridor de las ruinas de Spinto.
Las dos personas quedaron paradas al oír esos nombres, el hombre no se giró esperando que no fuera verdad lo que éste hombre decía. La chica sigue su caminar hasta saludar al presentador y ver la cara de su ex jefe, la cara de Frank.
—Hola, Frank.
—¿Qué hace ella aquí?
—¿Ya se conocen?.
   La señorita María ha hecho un gran descubrimiento que no desmerece al descubrimiento de la ciudad de Spinto.
—Te veo más delgado.
—Si ella va a estar aquí yo me voy, se suponía que íbamos a hablar de la civilización de Spinto.
—Si de éso se va a hablar.
—Pues entonces ella no tiene nada que hacer aquí.
—Ella también ha hecho un gran descubrimiento.
—No, no, las ruinas las descubrí yo, no ella como tanto está diciendo por ahí.
—Frank, si no quieres estar te puedes ir, yo sé que llegue primero a descubrir esas ruinas, miento, la empresa que está preparando la carretera ya estuvo antes en esas tierras. Pero yo puedo decir mucho de lo que allí se ha descubierto.
 —Tú no tienes nada que decir.
   Si no quiere que me vaya se tendrá que ir ella.
—Señor Frank no es usted el que pone las reglas del programa, si como dice quiere irse es libre de hacerlo el programa seguirá adelante.
—No quiero irme, pero quiero que se me informe antes, de lo que se va a hacer, y quien va a estar.
—Éso ya es cuestión de la cadena y del productor, ni yo puedo cambiar lo que ellos deciden.
   Al final que va a hacer, ¿se va a ir, o se va a quedar?
—Me voy a quedar, pero que sepa que estoy muy contrariado por el trato que se me está dando.
—Pues si hacen el favor siéntense, cambiaremos la ubicación para que no estén cerca, porque veo que si no puede ser un programa complicado.
—Por mí no hay problema.
—Yo si me cambiaré, no quiero estar cerca de ella.
En estos momentos entra en el plato Abel.
—¡Abel! —dice María, ¿qué haces tú por aquí?
—Hola, María, estoy trabajando con Frank para la  traducción  de los textos que se han descubierto.
—Me alegro, ¿Cómo lo llevas?
—No tienes por qué decirle nada, ella es tan inteligente que puede descubrirlo sola.
Y en estos momentos entra las últimas personas que van a participar en el programa, el bibliotecario Ricard, y el director del museo.
—Esto va a ser una fiesta —dice la chica.
Frank sigue con el semblante enfadado y no saluda a nadie.
Avisan al presentador que en tres minutos empezará el programa.
—Ahora entrarán los anuncios, en cuanto me avisen y vean que el piloto de la cámara se pone a rojo es que ya estamos emitiendo, como les dije la emisión es en directo.
Intentaremos que sea una charla distendida y eviten los insultos, o descalificaciones, yo no voy a quedar mal sino ustedes. 
La señal de que están en el aire se enciende en la cámara.
—Buenas noches señores y señoras, esta noche tenemos un bonito programa de investigación, tenemos en nuestro plato a dos de los arqueólogos de moda.
   Frank que ha descubierto la ciudad de Spinto.
María no puede reprimir una ligera sonrisa.
—María que ha descubierto la tumba de uno de los Reyes de Spinto.
—¿Cómo que ha descubierto la tumba de uno de los Reyes?
El presentador sigue a pesar de la interrupción de Frank.
—Abel uno de los expertos que está trabajando en la traducción de los textos encontrados en la ciudad.
   Ricard uno de los más expertos en las civilizaciones antiguas.
   Y Manuel, el director del museo de Frentas  donde se exponen en estos momentos todo lo encontrado que pertenece a éste importante reino.
La tertulia fue bastante tensa por los comentarios lanzados en las direcciones de María y Frank, por lo que el presentador tuvo que poner en más de una ocasión imágenes de las ruinas para intentar calmar los ánimos.
En uno de la parada de los anuncios el presentador tuvo que llamarles la atención.
—Señores, tengamos un poco de respeto hacia los miles de personas que nos están mirando, ellas solo están interesados en la historia, no en las piquillas de dos arqueólogos.
—¿Dónde encontraste ese Rey de pacotilla?
—Podría yo preguntarte como encontraste tan rápido el emplazamiento de las ruinas, pues estabas en la otra punta del desierto, y yo no te di ninguna pista.
—Ya te dije que para descubrir hay que usar todos los medios, y no seré yo el que te diga cómo se debe hacer.
—¿Cómo comprar a los hombres de Martins para conseguir pistas?
—No te atrevas a decirlo en televisión.
—Sigue atacándome y lo verás.
—No me importa dar el programa por terminado aunque nos falta aún media hora, pero como comprenderán me trae sin cuidado sus problemas. No quiero volver a llamarles la atención en público, al próximo que lo haga se le cortará el micrófono y ya no podrá decir nada más.
El resto del programa fue más relajado, María ya conocía todo lo que aparecía en pantalla, pues parte era lo que había visto en su exploración de la ciudad, y los restos que estaban en el museo. Por su parte Frank que al estar en el yacimiento no tenía noticias del exterior había quedado sorprendido con el hallazgo de la chica.
Ver la imagen en televisión del Rey impresiono tanto a Frank, como a la mayor parte de la audiencia, esa momificación del cadáver no era visto en ningún lugar de la tierra, por lo que al final aparecieron los informes de datación de la momia para que la gente entendiera que en verdad tenía esa fecha, corroborada también por el director del museo, y por el representante de la biblioteca de Frentas.
Al finalizar el programa María se va del plato a la sala de maquillaje para recoger sus cosas.
—María, me siento traicionado por lo que me hiciste.
—Frank, te he ayudado en todo lo que me pediste. Está fue una investigación que hice aparte con información que fui consiguiendo de otras partes, no siento que te haya traicionado, pero sí que tú me querías como una becaria para que te solucionase los problemas y aparecer hoy como el hombre del año.
   Tú ego de descubridor ha hecho que perdieras mi confianza  y mi lealtad.
—Lo siento, si quieres aceptaría con gusto tu ayuda para que vengas a la ciudad y hagamos la excavación juntos.
—Gracias, pero no, después del despido de la universidad sé que no puedo contar contigo.
—Cierto es que llame enfadado a la universidad, pero no para hablar con el rector, sino para hablar con tu amigo Juan, quería que hablase contigo para calmar la situación y poder trabajar juntos.
—¿Juan?
—Si, él habló con el rector  le contó lo que le había contado. Luego me llamo el rector y la verdad es que estaba muy enfadado y no intente defenderte.
—¿Por qué iba a hacer eso, Juan?
—No lo sé.
   Pero lo dicho, me gustaría que pudiéramos tener una conversación tranquila y ver una posible cooperación. Abel a pesar de toda su buena voluntad no tiene tu habilidad para la traducción, y sé que en algunos escritos que tenemos puede haber pistas que nos lleven al tesoro de Spinto.
—¿Tenéis más escritos que los que hay en el museo?
—Sí, pero antes de llevárselos quiero estudiarlos, seguro que ése Rey que has descubierto, que por cierto tienes que decirme donde está ésa tumba, no es lo único que se puede encontrar.
—No Frank, no vas a volver a usarme para tus fines.
—Todo lo relacionado con Spinto me pertenece, incluso ése Rey.
—Todo lo que tú encuentres te pertenecerá, el resto búscate la vida.
—Si quieres hablaré con la universidad para que te vuelva a readmitir.
—No te preocupes yo ya tengo la vida resuelta, y ahora solo me voy a dedicar a lo que más me gusta.
Frank se aleja todo contrariado, el descubrimiento de ese Rey ha restado importancia a los huesos, o pocos restos que él ha conseguido encontrar. Además la ciudad está tan alejada de la civilización que no se pueden programar tours de visita, por lo que va a ser muy difícil que sea un punto de visita.
El documental de la civilización de Spinto ha sido todo un éxito, a pesar de los problemas que ha tenido el presentador para llevarlo a su fin.
Las visitas al museo han tenido un repunte excepcional, con un lleno absoluto en todas las horas.
El museo se había volcado con esta exposición dejando buena parte de las salas a las ruinas encontradas en la ciudad de Spinto y poniendo en un lugar privilegiado el sarcófago del Rey Terno, a su lado figura una leyenda
“TERNO, EL REY ETERNO”
Cuenta la leyenda que el Rey Terno lucho contra el Dios del tiempo, y como castigo a tal osadía el Dios hizo que el cuerpo del Rey no envejeciera, que por él no pase el tiempo. Al final ha salido victorioso en su batalla contra el tiempo.



#10787 en Fantasía
#15102 en Otros
#1878 en Aventura

En el texto hay: tiempo, aventrua

Editado: 27.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.