Vendetta pactada

CAPITULO 4

Los siguientes días me la pasaba entrenando para hacerme más fuerte, los primeros días flaqueaba, no era tan fuerte, mi brazo que había sido fracturado había quedado con una secuela, mi mano temblaba sin parar cada vez que sentía miedo, y mi mano buena carecía de un dedo, mi costado que ya parecía recuperado por completo a excepción de la cicatriz.

—Sofía levanta la cara, ponte derecha — Me instruye Ethan para que vuelva a recuperar la forma en que la que había estado por años. Doy un poco fuera del centro haciendo que mi dedo quede adolorido.

—Lady le llego una carta — Era una carta de la iglesia, me apresuro a entrar a la mansión para revisarla junto con los demás, para nuestra decepción solo era una carta que hablaba sobre una audiencia presencial, quedándonos sin muchas expectativas, mi cabeza retruena.

—Sofía, nos estamos quedando sin carne. Los caballeros requieren tu permiso para ir más allá de la llanura — Me solicita Alexander, convertirme en lord de estas tierras era más difícil de lo que parecía.

Cada vez había más complicaciones, no es que no las hubiera antes, solamente que ahora, estaba más conscientes de ella, miro a Ethan buscando que él lo resuelva.

—No me mires a mí. Tú eres la dueña de estas tierras ¿Qué decides? — Me pregunta mientras me tomo la cabeza, sentía que en cualquier momento podía explotarme.

—No lo sé, haz lo que creas mejor — Respondo dejándome caer en la silla.

—Sofía no estas entiendo tu papel. Ellos cuentan contigo, no puedes desampararlos ahora que su dueño, tu esposo murió — Dice sin mucha sensibilidad, tocando la mesa.

—Todos en esta sala sabemos que ellos no me ven como su Lady, me ven como la santa, por eso me respetan. Ethan no sé qué hacer, lidera tú, solo dime cuando es hora de ir a la guerra, en ese caso ponme en primera línea.

No me quedo escuchando más, y dejo hablándolo solo para subir al que era mi cuarto, era uno de los cuartos principales, con la ventana más amplia, desde allí alcanzo a ver todo el terreno, cierro la ventana, buscando entre mis cosas algo que había robado de la cocina, un poco de licor de arroz, entendía a mi padre porque este siempre tenía una botella de licor, tomo un poco para aclarar las ideas.

Raquel entra con un plato de pan y lo que parecía ser sopa con plátano maduro, lo deja en la repisa mirándome, cierra la puerta.

—Michael está un poco preocupado porque te miras diferente — Me dice sentándose en la cama, era la esposa de mi mejor amigo y aun así no podía evitar sentirme extraña con ella.

—Solo he estado pasando por momentos difíciles — Le digo dándole la espalda.

—Por eso robas alcohol de la cocina — Dice mientras me toma de la mano —. Lo vas a lograr, solo es una mala racha.

—Perdí todo… — Le digo reprimiendo las lágrimas —. Estoy tan enojada conmigo misma que sin querer lo recalo con los demás. Los recuerdos de todo me están atormentando y no sé qué hacer con ellos.

—Vivir con ellos, si no puedes borrarlo, sobrevive, pero mira por la ventana, todos ellos necesitan de ti, necesitan a la Sofía que sin dudar seguía sus ideales — Me abraza consolándome —. No dudes Sofía.

La conversación se ve interrumpida por Asher quien entra con un dibujo calcado de un mapa, me lo enseña con una sonrisa, aún había tutores en el pueblo que se habían quedado y le daban una clase de noble, este me abraza, pero lo aparto.

—Huelo mal Asher. Enséñaselo a tu tío Ethan — Me alejo tomando mis manos, queriendo jugar con el anillo que ya no está en mi dedo, no odiaba a Asher, pero su cara me recordaba a mi madre, y en este momento no podía verlo, porque me recordaba la traición, él asiente y se va sin decir nada.

—No seas tan dura. Él no tiene la culpa.

—Lo sé… ¿Ya decidieron que van a hacer con lo de la carne?

—No, Ethan se sintió mal — Me contesta ayudándome a trenzar mi cabello.

Una vez que termina decido bajar, todos seguían discutiendo sobre cómo hacer una expedición sin riesgos.

—Alexander, partan el mañana, llévate 8 grupos de 5 personas, que exploren y traigan lo que encuentren, rotaremos caballeros una semana para abastecer el almacén — Digo sentándome en la mesa, para poner fin a la discusión.

—Sofía es buena idea, pero la carne se echa a perder, y no es que vayamos a cocinar 40 animales en un solo día — Me dice Hiro, pero según los libros de geografía en unos meses sería imposible sobrevivir.

—Agua con sal, hagan contenedores para conservar la carne en contenedores, con la piel dénselo a los comerciantes para comprar semillas y seguir plantando, también necesitamos hacer un establo — Digo extendiendo el mapa, marcando el mapa —. Intentaremos que nuestras vacas tengan más becerros para tener ganado todo el año.

—Ya escucharon a la señora — Me apoya Ethan mientras me toma de los hombros.

—Samet, te encargarás del comercio, trata de hablar con pueblos vecinos para ver si alguno quiere hacer un tratado con nosotros. Alexander, tú de la construcción del establo, se te da bien construir e inventar, Hiro a ti te dejaré ser el jefe de caballeros, llévate a Nadia, te puede servir que tenga más experiencia que tú, mientras tanto Ethan tengo algo que discutir contigo.




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