Me despierto asustada por galopes de caballo, quiero ignorarlo, pero me es casi imposible, Sebastián pone su mano en mi espalda mientras me pide que guarde silencio, este me toma del brazo, mientras nos levantamos poniéndonos contra la pared de la cueva, ambos en silencio, nuestras respiraciones agitadas.
Él no dice nada, solo rejunta nuestras cosas mientras me pide que lo espere que iba a investigar, tan solo había dormido 2 horas, no era seguro quedarnos en el bosque, aparte por los animales salvajes que amenazaban con entrar. Sebastián vuelve después de un tiempo mientras pide que hubiera caballeros enemigos comenzando a prepararse, si teníamos que salir. Nos escabullimos detrás de las cosas, a pecho en tierra, con nuestros codos nos movemos si mirar realmente hacia arriba, estábamos un poco paranoicos, ya no podíamos escondernos en la fosa, nos quedamos un rato inmóvil con el caballero que nos mira fijamente.
Tomo mi daga, y me apuro a encajarla en su cuello evitando que este grite, mi ropa limpia se vuelve a manchar de sangre.
—No tenías que hacerlo — Me murmura Sebastián, mientras saco el cuchillo.
—No podemos arriesgarnos — Este parece asentir, pero más bien su mirada era de desaprobación, jalo el cadáver a la fosa, mientras corremos nuevamente, sentía como el agua en mi estómago se movía por su cuenta, trepamos una gran pared con enredaderas, con mucha dificultad me dolía el pecho, me quedo por un momento arriba de la valla sin aire.
—Ven — Me dice sosteniéndose fuerte con sus pies —. Salta, te atraparé.
Esto se siente como si ya lo hubiera vivido, sin pensarlo mucho, me dejo caer, él me atrapa, a diferencia de la primera vez, este no cae conmigo, sino que se mantiene fuerte, con equilibrio, me deja caer con mucho cuidado, pues se escuchan ladridos, nos escondemos entre un callejón del establo y del gran muro que salte, este me esconde con su pecho no podemos respirar muy bien, nuestra respiración se escuchaba, me cambio de lugar sacando mi navaja, Sebastián me detiene, pues no quería que hiciera algo que “estaba mal”.
Una mujer de tez demasiado pálida nos ilumina con su linterna, sin intenciones de atacar.
—¿Príncipe Sebastián? — Sebastián me hace a un lado poco a poco para ver a la mujer y abrazarla, mientras esta le jala de la oreja.
—Marquesa, por favor pare — Él se suelta mientras salgo del sitio donde nos ocultamos, ella hace una reverencia —. Marquesa Amanda Ahlf viuda de Flúe la saluda.
Era la primera vez en mucho tiempo que me saludaban con el respeto que un apellido tenía.
—Lady Sofía de Clue viuda de Yilmaz — Hago lo mismo un poco torpe, mientras ella mira a Sebastián.
—Dios… Que hace la santa aquí, pensé que nos reuniríamos mañana — Pregunta tomándose la cara.
—Fui traicionada por uno de mis mayordomos, por lo que el día de mañana seremos emboscados y los involucrados ejecutados, por eso me permite su sello para enviar una carta — Pregunto olvidando todos los datos de etiqueta básicos, esta nos lleva adentro de su casa, había muy pocos sirvientes, y en una habitación estaban lo que parecían 3 nobles.
—Mi señora, le presento al Barón Ciro y al Marqués Edisto — Eran los nobles que había citado en la audiencia de mañana —. ¿Aún ocupa el sello?
—Me gustaría mandar una carta al príncipe Ethan — Reitero, mientras veo a todos.
—Caballeros les presento a Sofía Anahí viuda de Yilmaz, la cabeza de nuestra iglesia que nos convocó — Estos hacen una reverencia ante mí, se sentía un poco extraño, tomo asiento en la cabeza del estudio, en donde la marquesa seguramente hacía sus asuntos, para después ver como ellos se sientan —. ¿Qué les parece hacer antes la audiencia?
—Me gustaría, pues en cuanto antes mejor ¿Qué les parece a los demás? — Pregunto mientras se miran unos a otros.
—Su voluntad será nuestra orden, señora — Se sentía raro el ser una señora ahora. Sebastián se retira dejándonos solos, no sabía cómo iniciar.
—No sé cómo poner en marcha esto… pero sé que no podemos seguir dejando, que esto avance más, nos estamos quedando sin recursos para predisponer, y la escasez en mi pueblo recién adquirido está comenzando a reflejarse. Necesito saber que ustedes están comprometidos con esta alianza, sé que van a poner a mi disposición todo lo que está en sus manos para recuperar el trono — Ya no hablaba de derrocar la monarquía porque sabía que Sebastián era lo que menos quería —. No sé cómo vaya a quedar la monarquía, si es que el príncipe Sebastián subirá a ejercer en su derecho, pero en las manos que quede esto, son manos capaces.
—¿Qué es lo que quiere para que confíe en nosotros? — Pregunta el hombre de pelo rojizo que responde al título de Barón —. ¿Nuestras tierras? ¿Papeles?
—No necesito nada de eso, al final del todo son papeles, necesito que me demuestren con acciones que son merecedores de esta rebelión, a cambio contaran con el apoyo de la corona, como lo referente a ello.
No parecen muy convencidos.
—Barón tengo entendido que la corona no le ha dado lo que se supone al adquirir el título, las tierras de su bisabuelo, ni siquiera el subsidio de la corona, por lo que una vez que el reino este estable se le hará un retroactivo inmediato, más un beneficio extra por su cooperación, al igual que todos, estoy dispuesta a realizar todo lo que sea necesario para que recuperar nuestro territorio.
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Editado: 13.08.2023