Había pasado 4 días que había llegado aquí y se me entrego una carta por parte de los enemigos donde hacían hincapié en que me entregara voluntariamente, era una carta pasiva agresiva del conde Douglas quien trataba de hacerme enojar poniendo a unos de los hombres del nuevo duque de Clue, a que la entregue, habían creado una ley en la que si tenías el poder y la fuerza necesaria para debatirte por un título podrías hacerlo, por lo que la clase “NO NOBLE” estaba demasiada exaltada buscando subir socialmente.
—Su majestad, ¿Qué debemos de hacer? — Me pregunta el Barón.
—Presiona a la iglesia con que mande al arzobispo o bien que me conceda una audiencia para poder entablar temas con ellas.
—Sebastián ¿En cuántos días llegan el Vizconde Hiro y el Barón de Priego? — Los había convocado, pero más no llegaban, se me hacía eterno los días que estos llegaban, y estaba comenzando a despertarme, muerdo mis uñas. Mientras que la Marquesa hace presencia con varios sacos, mientras el mayordomo sitúa el ajedrez, la marquesa saca varios vestidos color blanco, me le quedo mirando porque no era el momento.
—Necesitamos mejorar la opinión que el público tiene de ti, podemos hacerte ver en verdad como una devota de dios, que tuvo que sobrevivir, pues necesitas tener al pueblo de tu lado — Esta enseña un vestido completamente blanco mientras saca un velo negro que mostraba mi viudez —. No debes olvidar que eres aún sigues siendo una noble y viuda, por lo que en público tenemos que cubrir nuestra cara.
Los hombres salen de la habitación, mientras ella me ayuda a vestirme, el corsé estaba demasiado apretado, y más que no estaba acostumbrada.
—Es triste como cambiaste de zapatillas a zapatos de viuda. ¿Qué edad tienes 25?
—22, solo usé tacón cuando me comprometí con el príncipe Ethan.
—Eres demasiado joven para vivir tu vida siempre viuda — Me voltea para poner el velo, este era denso, cubría mi rostro con una capa fina, haciéndome ver que la edad había hecho de las suyas conmigo —. De ahora en adelante, nadie podrá ver un centímetro de tu piel, hasta que te desposes nuevamente.
Hasta tenía guantes, lo cual era bastante irónico porque solo tenía 4 dedos en una mano, y ese dedo quedaba en la nada, las damas recogen todo, Sebastián entra mirándome, quedándose sorprendido.
—Ya llegaron Hiro y Alexander.
—Ya iré — Bajo las escaleras de la mano de Sebastián, quien su cara se llena de felicidad al vernos los 2 juntos de vuelta.
—¿Qué haces vestida así? — Me pregunta Alexander besando mi mejilla —. ¿No tienes calor?
—Barón de Priego y Vizconde Sato, permita que me presente soy la Marquesa de Flúe, y la razón por lo que la santa viste así, es porque es viuda, y las reglas de la sociedad son demasiado estrictas — Me había vestido similar a ella —. Pasen al estudio a hablar.
En estudio les explayo la situación, pidiendo que vayan a las tierras enemigas, y conquisten territorios pequeños, sabía que era un riesgo, pero es algo que se debía de correr, Sebastián me entrega una carta, proveniente de la iglesia, la abro con mucho cuidado donde me concedían una audiencia, y que habían tomado mi casa, como parte de los bienes de la iglesia por lo que sí o sí tendría que ir a la capital, sentía un miedo porque tendría que ir sola, estallidos se escuchan, haciendo que todos nos levantemos de nuestros lugares asustados.
—Están atacando Risk blue — Nos informa uno de nuestros vasallos. Sebastián empuña su mano.
—Allí vive mi esposa e hijo — Era bastante obvio que Sebastián no podía ir, y necesitábamos recuperar a ambos.
—Alexander y yo iremos a recuperar a ambos, tú lidera mientras no estoy — Me pongo de pie, mientras me quito el velo, la marquesa se levanta exaltada —. En serio muchas gracias, pero antes que viuda soy un caballero de la orden imperial de Heracles, por lo que espero que de ahora en adelante usted coopere conmigo en buscar otras maneras de mejorar mi presencia.
Ella no la parece gustar, pero Alexander me da de su bolsa uno de mis cambios, no debería, pero voy a mi habitación a cambiarme para irme en ese mismo momento a la busca a Victoria, ella ni siquiera sabía que estaba viva, por lo que no sabía cómo iba a reaccionar, me ato el cabello en alto, mientras Alexander entra cerrando una puerta tras de mí.
—¿Por qué te ofreciste? — Me pregunta en silencio.
—Porque soy la santa, soy inmune, solo buscan capturarme y casarme para tener a la iglesia de su lado.
—¿Lo escuchaste? — Me pregunta sentándose en la cama.
—¿Para que más me ocupasen? Si me capturan es para casarme, así mi marido tendrá el control de mis decisiones — Le digo en total calma, él sabía que no era estúpida, y tomaba rápidamente mis decisiones, cabalgamos a Risk Blue, estaba haciendo frío, y Sebastián estaba preocupado, Alexander y yo caminábamos en total silencio, se podía escuchar caer un alfiler, pero estábamos asustados.
El olor a hollín se hace presente en el aire, volteo a ver a Alexander quien me extiende otro pañuelo para que me lo ponga en la cara, cubriendo todo, habían atacado a nuestro alrededor, pues sabían que no podían atacarme, tenía que resolver eso, pero ya, desde la colina, miramos en la oscuridad como había humo habíamos tardado medio día en llegar, eso explicaba demasiadas cosas, pero no porque Sebastián no trajo a su familia mientras pudo.
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Editado: 13.08.2023