Vendetta pactada

CAPITULO 20

Habíamos esperado cerca de 3 horas en carretera y no pasaba ningún carruaje blanco, los niños se morían de hambre y yo también estaba hambrienta, llegamos a una taberna, donde una mujer de pelo rojizo me parece peculiar, esta se acerca a la entrada mientras me mira con una gran sonrisa. Era Lady Daisy, se miraba diferente, a como yo la recordaba. Ella corre hacia mí poniéndome una capucha, empujándome hasta la parte de arriba de la taberna, dejándome entrar a una habitación, se escuchaba como los hombres fornicaban a nuestro alrededor.

Sin duda no era un lugar para los niños.

—Señorita, ¿Qué hace usted en este paraje? — Se miraba sorprendida, pero a la vez no lo era tanto.

—No sabía que usted estaba aquí — Ella me ayuda a quitar a los niños, para recostarlos en la cama, ordenando a una de sus “niñas” que traiga comida —. No vengo a cumplir el trato aún.

—Lo sé, se ha escuchado tu historia por toda la ciudad. No espero que vengas a cumplir algo que en un principio realmente deseaba que no lo cumplieras — Me mira con tanto cariño que era como si una madre me mirará, la abrazo, y esta acaricia mi cabeza, se sentía bastante bien —. Dios… has pasado, por tanto… ¿Viniste sola? ¿Dónde estaban los chicos de la otra vez?

—Los chicos eran el Lord de Yilmaz, y su excelencia, el príncipe heredero Sebastián del norte, el primero, falleció unos días después de que usted lo conoció, el grupo enemigo ocasiono su deceso sin piedad, y con respeto a nuestra excelencia mi esposo, tuvimos una disputa, por lo que se encuentra indispuesto — Ella se sorprende mirándome con una sonrisa.

—¿Por qué no me dijo que era una noble más pudiente? — Se mostraba asombrada y ofendida al mismo tiempo.

—Porque usted me dijo que no le interesaba mi pasado, solo quería tener una buena vida para sus niñas, ¿Aún sigue queriendo eso para ellas? — Ella lo duda, mientras asiente con la cabeza —. Necesito más información de todos los que han apoyado a la realeza del sur que hayan visitado, y que sus “niñas” lo extorsionen.

Una de sus niñas trae varios platos de comida, era una sopa roja con un olor exquisito, acompañado de pan, con algo que parecía pescado, lo ponen en la cama, y eso despierta a los niños, Javid comienza a llorar, una de las damas me entrega un biberón de vidrio para que lo alimente. Él comía como si su vida dependiera de ello, tenía mucha hambre.

—¿Qué esperas para irte? — La chica reacciona muy rápido para irse mientras ella se voltea conmigo, me da un pequeño golpe en la cabeza —. Usa esa cabeza bonita para pensar más, el que lo usen para extorsionar a los nobles puede provocar la muerte de mis niñas. ¿Qué tal si utilizas algo más inteligente? Como que se envíen cartas a los periódicos de esto para crear una presión a los nobles mediante a los plebeyos, tal vez pierdas unos cuantos, pero la muerte de unos plebeyos a causa de unos nobles provocará que los plebeyos se molesten.

—¿Cree que en verdad se enojarán? — Le pregunto limpiándome con la mano, estaba demasiado hambrienta.

—No creo, estoy segura — Se comienza a escuchar ruidos en el exterior, lo que hace que levante con los niños —. Yo me encargare de eso, mediante las noticias te darás cuenta de mi avance.

—En serio, gracias… — Mis ojos se llenan de lágrimas, ella toma la fruta que estaba allí decorando la habitación, los echa en mi bolsa con demasiada rapidez para llevarme a un sótano, Lady Daisy me entrega a Javid, le doy un último abrazo, y ella deja caer unas monedas en mi bolso.

—Ve todo derecho hasta que te encuentres una bandera roja, allí giraras a la izquierda para ir otra vez todo derecho hasta encontrarte con una cabaña, tocaras 2 veces, te esperas 10 segundos en voz alta, y después abrirás. Entrega en contenido de esta bolsa al hombre con una nariz de gancho, él siempre está jugando a las cartas — Me pone en el bolso la bolsa con un contenido pesado —. Dile a donde quieres ir. Él te llevará. Cuídate.

Me dice antes de cerrar la compuerta. Tomo a los niños, y camino entre la maleza raspándome las piernas con las plantas, pero eso no me detiene, nada me detenía, escucho caballos, y eso me motivaba a avanzar, llego a la bandera roja y había otra aún más roja. No sabía entre cuál decidir, estaba perdida, miro a la luna, estaba comenzando a helar, no estaba tan frío que podría sacar el aliento caliente, pero sentía la helada de la brisa. Miro si los niños ellos estaban bien.

La bandera más roja estaba más maltratada, a diferencia de que parecía nueva, giro hacia la izquierda de donde estoy, caminando, estaba decidida a afrontar lo que se venía ahora, tenía que recuperar sí o si la monarquía por quienes venían, lo que mantenía en este momento “cuerda” eran las ganas de sobrevivir.

Me siento en una roca en la mitad de la nada. Me dolía la espalda, sentía a Javid caliente, no sabía si era por mi calor, o por el hecho de que tenía temperatura, cuidar a niños era demasiado difícil, me limpio el sudor, y con el peso en pecho y espalda logro levantarme.

Camino hacia los ladridos que había todo derecho, para encontrarme con una choza con luces prendidas, le doy agua al perro que estaba amarrado que no pierde la oportunidad para intentar morderme, mi instinto era pegarle, pero me detengo a centímetros, el solo hacía su trabajo. Asher intenta hablar, pero le doy una fruta rogando para que no hable.

Estaba nerviosa, toco la puerta 2 veces con gran fuerza. Cuento en voz alta, escuchando ruidos de cosas moviéndose por dentro, no dudo ningún momento, para abrir la puerta, hombres se voltean al verme, pero rápidamente siguen en lo suyo, parecía una casa de apuestas ilegal. Veo a todos los hombres que con el rabillo del ojo hacen contacto conmigo, hasta el final de la habitación miro al hombre que me describió, me acerco a él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.