Pov: Cristina
Me desperté con el cuerpo entumecido y los pensamientos difusos. El aire en la habitación era denso, cargado, como si la noche se hubiera quedado pegada a las paredes. Tardé varios segundos en reconocer el calor que me envolvía, la piel masculina a ambos lados, los brazos cruzados sobre mi cintura y muslos, el roce de una respiración contra mi nuca… y otra, más lejana, en mi cuello.
Henry y William. Los dos. Juntos. Todavía ahí.
Intenté moverme, pero el más mínimo gesto hizo que William gruñera suave, medio dormido, y que Henry ajustara su agarre como si mi cuerpo le perteneciera.
No entendía cómo había llegado a ese punto… pero tampoco podía fingir que no lo había disfrutado.
La noche anterior había empezado como una estrategia. Una excusa. Una mentira entre lágrimas y temblores. Pero la escena que siguió fue tan intensa, tan visceral, que no podía recordar cuándo dejé de fingir y empecé a desearlo.
A desearlos.
Me sentía atrapada en una red de poder y deseo que no podía controlar. Y lo peor… era que tampoco quería salir de ella.
Pov: Henry
Abrí los ojos con lentitud. Mi brazo descansaba sobre su vientre, y mis dedos seguían entrelazados a los de ella, como si incluso dormido me negara a soltarla.
Mi mirada se alzó solo un poco. William, al otro lado, también estaba despierto. Me miraba en silencio, sus ojos dorados cargados de advertencias.
Ninguno habló durante los primeros segundos. Cristina dormía entre nosotros, la boca entreabierta, la respiración agitada como si aún soñara con lo ocurrido.
Hasta que él habló.
—No pensaste detenerte.
—¿Vos sí? —repliqué en voz baja.
—Ella no nos eligió —dijo William, con un tono seco—. Solo… no dijo que no.
Lo observé en silencio. Tenía razón. Pero eso no significaba que fuera a retroceder.
—Entonces será nuestra responsabilidad decidir qué hacer ahora.
—¿Y vas a compartirla? ¿Tan fácil?
—¿Y vos? —dije, más afilado—. ¿O vas a pelear por ella como hiciste con todo lo que me quitaste?
William se irguió, apoyándose con el antebrazo sobre la cama, sin apartar la vista de mí.
—No me interesa repetir los errores del pasado.
—No. Vos querés hacerlos más grandes —espeté.
—Chicos…
La voz de Cristina fue apenas un susurro entre nosotros. Se había despertado. Nos miraba con el rostro enrojecido, confundida… y tentadora.
—No peleen —dijo, bajando la mirada—. Por favor.
Los dos guardamos silencio.
Pov: Cristina
El aire se volvió espeso otra vez.
Me senté despacio, cubriéndome apenas con la manta. Ambos me miraban como si ya no supieran cómo tocarme sin discutirlo. Como si la noche anterior hubiese redefinido todo… y ahora tuvieran que decidir si compartir o destruirse.
—No sé qué fue eso —admití—. Pero no me arrepiento.
William frunció el ceño. Henry desvió la mirada por un segundo.
—No los obligué a nada. Ustedes… vinieron a mí.
—Viniste vos primero —aclaró Henry, con una sonrisa ladeada.
—Para pedir protección. No para… —me callé, al recordar los gemidos ahogados, el calor entre mis piernas, el modo en que me rendí por completo.
Ellos también lo recordaban.
—¿Y ahora qué vas a hacer, Cristina? —preguntó William, con voz grave—. ¿A cuál vas a elegir?
Mi garganta se cerró. No tenía respuesta. Porque no quería elegir. No podía.
—Yo solo tuve una pesadilla —susurré—. Lo demás… no lo planeé.
Henry se acercó. Me tomó la barbilla entre los dedos.
—Entonces pensalo. Pero tené cuidado con tus proximos pasos.
William se levantó primero. Tomó su camisa, todavía tirada sobre una silla, y se fue sin decir más.
Henry suspiró.
—Esto no va a terminar bien.
Pov: William
Caminé por los pasillos como si el suelo ardiera bajo mis pies.
Ella era mía. No por amor. No por poder. Sino porque algo en mí lo gritaba desde que la vi. Pero ahora… también era de él.
Y eso no lo podía tolerar.
¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar?
Esa pregunta me atormentó todo el camino hasta la sala de entrenamiento, donde descargué mi furia con cada golpe, cada espada, cada enemigo imaginario.
Pero una cosa era segura.
Cristina no iba a ser de uno solo. Y si mi hermano creía que podía tenerla sin luchar por ella… se equivocaba.