Venganza

Capítulo 5

Antes de poder responderle a mi madre, ella se levanta y se camina hacia mí para darme una cachetada que me voltea la cara. Bajo la cabeza esperando los gritos de mi madre, pero no escucho nada. Levanto mi mirada y siento como el corazón se me parte en dos al ver su mirada de decepción. Prefiero que me griten o que me peguen, pero esa mirada de decepción que me lanza es algo que no puedo soportar.

—Estoy más que segura que es ese muchacho quién es el propietario de esa marca. ¡Mierda, Sophia! ¿Cómo pudiste tirarlo todo por borda solo por una noche de pasión! ¡Si querías acostarte con alguien, hubieras llamado a Logan!

—¡No metas a Logan en esto!

—¡Meto a quien quiera, niña malcriada! ¿Todo esto es una especie de venganza contra tu padre? ¿Todo está contemplado dentro de tu plan para que te devuelvan la vida que te quitaron? ¡Lo has arruinado todo! ¿Eres consciente de eso? ¡Te metiste con la persona equivocada, Sophia!

—¿Cuál es tu problema? Camille hizo lo mismo, se acostó múltiples veces con Nicholas Carpenter, vivió con él por un tiempo y nadie dijo nada. ¡Mi padre no le dijo nada! ¡Mi padre le dio dinero para empezar su empresa!

—¡Ahora es diferente, Sophia! Tu padre ya pasó por ese error y Camille lo pagó con creces. ¿Por qué no le preguntas cómo conoció al que hoy es su esposo? Creeme que no fue por arte de magia.

—¡Suficiente, madre! ¡Suficiente! ¿¡Por qué hice eso!? ¡Porque me exiliaron! ¡Tú y mi padre me alejaron de mis amigos, de mi familia solo porque disque avergoncé a la familia bailando sobre una mesa! ¡He estado viviendo aquí completamente sola! ¡Lo que pasó anoche fue la primera vez en la que me sentía yo después de meses! ¡Sé que hice mal al meterme con un Carpenter, pero no me arrepiento de ello! —le digo sonriendo y mi madre abre la boca sorprendida—. ¡No me arrepiento de lo que hice!

—Quita esa sonrisa de suficiencia, Sophia. Mierda, ¿cómo vamos a evitar que tu padre te quite todo?

—Mamá, deja de ser tan dramática, por Dios, Shane no va a quitarme nada.

Mi madre suspira y me mira asustada. Se acerca a mí y me acaricia la mejilla—. Soph, lo que hiciste ha sobrepasado los límites. Una cosa es que te hayan descubierto por ir a una fiesta y otra muy diferente es que te hayan captado infraganti besando al hijo del peor enemigo de tu padre. Shane no va a dejar que esto pase desapercibido.

—¿Qué quieres decir con eso? —le digo con la voz temblorosa.

—Mi amor, es muy poco probable que te salves de esta.

—¿Ni siquiera con una intervención de tu parte?

—Ni siquiera una intervención de mi parte podrá apaciguar la furia de tu padre —y como si de arte de magia se tratara, el teléfono de mi madre se ilumina mostrando el nombre de mi padre. Siento como la sangre va dejando mi cuerpo y el mundo se detiene. Mi madre contesta la llamada temerosa y me doy cuenta de que mi papá lo sabe porque puedo escuchar sus gritos incluso sin prender la alta voz. Ella le responde suavemente como si estuviera tratando de calmarlo.

—Creo que es momento de irme. Tu padre debe estar subiendo las escaleras y nunca he sido santa de su devoción. No desde que nos encontró ebrias en su habitación bailando encima de su cama.

—Es un buen punto, Emma. No te vayas sin despedirte, por favor.

—No lo haré, Soph, te lo prometo. Suerte enfrentándose al demonio —dice abriendo la puerta y todas nos quedamos petrificadas al ver a mi padre en la puerta con la peor expresión que le he visto hasta ahora. Es esa cara que guarda para cuando está en el trabajo o para cuando sale de la casa a sabiendas que le van a tomar fotos. Está molesto, muy molesto me atrevería a decir.

—Pequeño diablillo —dice serio mirando a Emma.

—Señor Lawrence.

Ella se va rápidamente de la habitación dejándome con mis padres dentro de unos de los peores ambientes que he vivido con ellos. No miro a nadie, pero sé que ellos me están mirando o tal vez mirándose entre ellos para establecer mi sentencia. Enserio, prefiero que me empiecen a gritar porque que se queden callados solo significa que ya no tienen nada que hacer por mí, como si ya no quisieran luchar por mí y por lo que hago solo por un simple error del cual hasta ahora no me arrepiento. Estoy a punto de perderlo todo, pero sigo sin sentir una pizca de arrepentimiento por lo de anoche. Tal vez estaré loca o solo he llegado al punto en el que no me importa lo que digan, pero no me arrepiento.

Anoche fui yo otra vez, fui la persona que he sido por 17 años hasta que me mandaron aquí y me convertí en lo que debí ser desde que nací. He fingido por un semestre entero en la universidad y he estado lejos de mi familia solo porque a mi padre se le dio castigarme en la otra punta del país y después de haber estado sola por más de 6 meses, no me interesa nada. Pero, a pesar de eso, no puedo soportar que me odien. Es muy contradictorio porque no me interesa lo que piensen sobre su pequeña hija descarriada, pero al mismo tiempo no quiero sentir su desprecio ni su odio.

—Digan algo, por favor.

—¿Decir algo? —empieza mi padre—. ¿Quieres que digamos algo? Pues déjame decirte que has sobrepasado los límites de lo imposible, Sophia. Los has pasado tanto que ya no tengo nada que decirte, no tengo nada más que decirte que ya no sepas. Tu suerte está echada y tú lo supiste desde el momento en que pusiste tu boca sobre la de Carpenter.




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