Venganza

Capítulo12

—Me debes un vestido nuevo, William —le digo mientras me acomodo una de sus camisas negras a mi cuerpo y la sujeto con una correa. Literalmente mi vestido quedó hecho trizas y dudo mucho en poder recuperarlo gracias a que Will se comporta como un verdadero animal en la cama cuando quiere. 

—En mi opinión, te ves mucho mejor sin él —dice mientras me sonríe desde su cama—, aunque he de admitir que te ves aún mejor vestida con mi ropa. Debería romperte el vestido más a menudo.

—Eres un descarado.

—Ya me conoces, Sophie. Además, tienes el dinero suficiente como para comprarte uno nuevo, más de uno incluso. 

A veces me olvido que Will aún no sabe nada sobre mi nuevo estatus social. Sé que debí decirle algo cuando me di cuenta de que era de fiar y que no era como los demás miembros de su familia, pero es que me resulta complicado confiar en la persona a la que se me ha inculcado odiar desde que abrí los ojos. Puede que esté empezando a sentir cosas por él, que no es muy probable tampoco, pero no podía permitirme mostrar debilidad frente a él.

—Tú me lo rompiste, Will.

Pone los ojos en blanco y me sonríe acercándose a mí con el torso desnudo y con solo unos pantalones puestos. Yo estoy parada frente al espejo viendo como me queda mi nueva prenda improvisada y puedo ver fácilmente cómo viene como si de un lobo a su presa se tratase—. ¿Ahora qué harás? ¿A dónde irás de vacaciones?

—Creo que regresaré a Nueva York.

—¿Nueva York? —dice extrañado—. ¿No te habían exiliado?

—Sí, lo hicieron.

—¿Entonces? —dice terminándose de vestir y dándome una de esas sonrisas que me dejan sin palabras en la boca. Bien, llegó el momento de la verdad.

—Sí es que —suspiro y me volteo para darle la cara—, hay algo que aún no te he contado, Will.

Es ahora o nunca, tengo que decirle la verdad antes de que deje ir la oportunidad de poder encontrar donde pasar un buen tiempo de mi vida. William me mira con atención, pero una llamada me deja con la historia de mi miserable vida en la punta de la lengua. 

—Dame un momento, Soph —me da un beso corto y me da la espalda para contestar la llamada.

—Jackson, ¿cuál es el problema ahora?

Sinceramente, no puedo escuchar ni una sola palabra de lo que dice, pero lo que sí puedo darme cuenta es que con cada palabra que dicen la espalda de William se tensa cada vez más y más. Will cuelga y me vuelve a mirar; le sonrío, pero mi sonrisa no dura mucho al darme cuenta de que hay algo diferente en sus ojos. Es como si le hubiera dicho algo sobre mí en esa llamada. Algo muy malo. William está muy molesto.

—¿Qué pasa?

—Salió otra foto de nosotros, Sophia. De hecho, salieron suficientes fotos de nosotros como para armar una película  —dice mostrándome el teléfono y me sorprendo al ver la foto que aparece en la pantalla. Entiendo el por qué de su molestia y la impotencia está empezando a florecer en mí porque delante mío, en ese teléfono, se encuentra la destrucción de cada uno de mis pequeños e inútiles planes.

Es una colección de fotos de nosotros durante todo el tiempo que estuvimos juntos. Saliendo de un restaurante, entrando a su fraternidad, despidiéndome de él afuera de la residencia, besándonos en su auto, bailando hace un momento en la fiesta de fin de semestre. Besándonos, tocándonos, lo único que falta revelar es una foto de nosotros follando en cualquier espacio público donde lo hemos hecho. Mierda, mierda, mierda. Esto es un grave problema, un gravísimo problema.

—Y antes de que empieces a defender a tu padre, tienes que ver Twitter. 

—¿Twitter? Por Dios, William, ni siquiera soy tan conocida como para que esta noticia…

—¿Así como la primera foto?

—Will…

—Para tu información somos tendencia en Twitter e incluso salen testimonios diciendo que nos han visto interactuar como si estuviéramos muy enamorados.

—¿Testimonios? Has perdido la cabeza.

—No, hasta ahora no me has visto perder verdaderamente la cabeza. Tu padre ha perdido la cabeza.

—¿Qué?

—Tu padre las publicó. ¡El maldito Shane Lawrence publicó las fotos! —me dice mientras se agarra el cabello con desesperación. Me encojo al ver su reacción. “Tu padre las publicó”. Mierda, mi padre sabe lo que estoy tramando y no quiere que lleve a cabo mi plan. Mi cabeza está dando vueltas y siento como la sangre se me está yendo de la cara. Todo mi plan se está yendo a la basura, todo lo que había planeado. Maldito Shane Lawrence. 

—No sabía de lo que era capaz.

—¿¡Acaso buscas destruirme!?

Lo miro extrañada—. ¿Disculpa? Yo estoy igual de sorprendida que tú. ¡No tenía idea de lo que mi padre estaba tramando! —le respondo en el mismo tono. No puedo creer que él me crea capaz de traicionarlo de esta manera. Estuviera o no separada de mis padres, jamás ayudaría a Shane Lawrence a dejar en evidencia a Will. No después de haber convivido con él por 4 meses y darme cuenta de que no es tan malo como me lo pintaban o eso creía. Aunque, en primer lugar, nunca me hubiera acercado a William Carpenter si es que las cosas en mi familia no se hubieran torcido. 




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