Capítulo 18

—Sabes que Nicholas no te dejará en paz nunca.

—Lo sé —digo sentándome al pie de la cama—, pero por lo menos me dejará en paz por un tiempo. Necesito que mi mente descanse y estar en la misma habitación con el idiota de tu hermano no me causa paz mental. 

—Supongo que no esperabas lo que dijo mi padre.

—Nadie espera que le digan que su padre te odia.

—No creo que Shane te odie, es tu padre —dice sentándose a mi lado y pasándome un brazo alrededor de mis hombros—. Es solo que…

—¿Es solo que esperó a que sea fin de semestre para revelar una maldita bomba?

—Bueno, si lo dices así…

—¿Están seguros que mi padre lo hizo? Es que Shane es un completo animal como hombre, pero como padre siempre ha sido alguien completamente diferente.

—¿Te acuerdas de esa noche?

—No creo que se borre de mi memoria en un buen tiempo. Sueles ser muy hiriente cuando te lo propones.

—Creo que me disculpé contigo anoche.

—Pues no fue suficiente —le digo tratando de sonreír. Will sí sonríe con ganas y me acaricia la mejilla acercándome más a él, pero antes de darme un beso en la boca, me uno en la frente. 

—Lo lamento y no me cansaré de pedirte perdón. 

—Si bien, gracias por las disculpas. ¿En qué estabas?

—Jackson me llamó, ¿te acuerdas?

—Pues sí, pero no entiendo tu punto ni tampoco sé de quién hablas.

—Es Jackson Hastings.

—¿Y él es?

—La mano derecha de mi padre. Es el secretario de mi padre.

—Pensé que la mano derecha era Nicholas.

—Nicholas es la mano izquierda. 

—Bueno, ¿y él que tiene que ver con mi padre?

—Jackson es el encargado de nuestras relaciones públicas, ese hombre sabe de todo. Él me dijo que fue tu padre.

—Pero, ¿cómo está tan seguro?

—Si quieres hay que llamarlo, es la única forma de saberlo y que estés más segura. 

—Y es la única forma de saber si mi padre es tan malo como parece.

Apoyo mi cabeza en el hombro de Will mientras él marca el número del tal Jackson—. ¿Sabes que lo que haya hecho o no tu padre no lo define? Tú lo conoces más que yo.

—Y sé que no sería capaz de hacer algo así, pero…

—¿Qué hay, Will? —dice una voz diferente en el teléfono que me hace quedarme callada. Jackson no suena muy mayor, de hecho, parece tener la misma edad de Nicholas o incluso de William. 

—Necesito tu ayuda.

—Oh, claro, debí suponerlo. La única forma en la que te contactes conmigo es para pedirme algo.

—No seas melodramático, Jackson. Estamos siendo escuchados.

—¿Y por quién?

Will me anima a presentarme con la mirada—. Hola, soy Sophia Lawrence. Soy la…

—La novia falsa de la familia Carpenter. Sí, sí; espero conocerte en persona. Desde anoche eres una Carpenter y debo de servirte.

—Eres muy directo.

—Y muy descortés porque no se ha presentado.

—Oh, mil disculpas, príncipe. Mi nombre es Jackson Hastings, secretario de Mason Carpenter. Brazos y oídos del amo del infierno. La paga es buena, pero sus hijos son unos engreídos y caprichosos. 

—Vaya que sabe hacer presentaciones. 

—Llamar a mi padre “amo del infierno” no hará que dures mucho en el trabajo.

—Eres el único que sabe que lo llamo así. 

—Y ahora yo también —digo metiéndome en la conversación. 

—Bien, bien, entendí el punto. Se pueden unir en mi contra. ¿Para qué soy bueno?

—Sophia necesita saber quién mandó las fotos a la revista.

—¿No cree que su santo padre lo hizo, no?

—Ella sigue escuchando, Jackson. 

—Perdón, Lawrence. Bien, pues cuando salieron las fotos solo tuve que hacer una pequeña llamada para saber quién fue.

—¿Y bien?

—Pues después de una gran suma de dinero, me dijeron que una tal Elizabeth Jones dio la información.

—¿Elizabeth Jones? ¿Te suena ese nombre? —me dice Will volteando a mirarme con atención. Yo solo estoy asimilando la información, no puedo creer lo que estoy escuchando.

—Por Dios, William. Claro que le suena ese nombre, Elizabeth Jones es…

—La secretaria de mi padre. Dios, sí fue mi padre —digo con la última palabra quebrada. 

—Bien, Jackson, gracias por la información. Te llamo más tarde. 

—Más te vale. 

—Soph… —dice Will mientras yo me levanto a caminar y empiezo a dar vueltas por todo el lugar.