Arianna ha pasado todo el día haciendo llamadas. Ella tiene muchos contactos, personas del gobierno que siempre están dispuesta a ayudarle. En todos lados tiene a alguien... siempre está preparada.
Yo estoy en mi habitación observando por la ventana las estrellas de la noche. La luz de la luna se refleja en mi rostro alegre. Estoy sonriendo porque por mucho tiempo pensé en esto... aunque siempre había algo dentro de mi que me decía a mi misma: Aléjate de esos pensamientos.
Suspiro hondo mientras imagino lo que sucederá en las próximas semanas.
Salto de la cama al escuchar que Arianna abre la puerta con prisa. —Camila, ven—me habla y de inmediato le sigo a su habitación.
Camino y llego a su cuarto. En su cama hay varias hojas sobre la misma. En la laptop alcanzo a ver unas serie de imágenes de casas de otra ciudad. En su tableta veo un diseño de ID de Estados Unidos. Pero con información encima...
—Vaya—me sorprendo mientras veo que hasta las maletas donde creí que guardaba ropa, hay armas y muchos documentos que desconozco.
Ella sonríe mientras enciende su TV y en la misma se retransmite la pantalla de su tableta. —Bien, hija. Escucha con mucha atención. Ya te decidiste a hacer esto... y yo también, así que iré contigo. A la primera señal de peligro, saldremos de ahí. ¿Te queda claro?—pregunta con un semblante serio.
Asiento. —Jamás dejaste atrás tu vida de espionaje...—veo a mi al rededor con suma sorpresa.
—Camila, escúchame—su gesto serio se mantiene.
Yo fijo mi mirada al frente donde está su TV.
Ella muestra en la televisión dos ID. —Estás serán nuestras nuevas identidades. Yo seré Micaela Condori Celeste. Nacionalidad americana. Hemos vivido toda la vida en Los Ángeles—me voltea a ver. Yo asiento. —Tú serás Andrea Palacios Celeste. Un contacto allá nos brindará su casa, él será mi pareja, de esa forma no captaremos tanto la atención... de preferencia le llamarás "papá". Nos ayudará que seamos una familia normal... ¿me estás poniendo atención?—interroga.
—Sí. Es mucho por procesar, pero sí. ¿Quién será mi papá?—pregunto con duda.
—Al llegar allá te lo presentaré. Se llama César. Nos ayudará a parecer una familia normal. Y te daremos tiempo... tu edad será de 17 años, y la mía de 39 años. Tú naciste el 29 de octubre de 2007. Entrarás al grado 11–aclara.
—Ya me siento más joven...—sonrió.
Ella ríe. —Llame a Alan. Para regañarle por la información que te revelo, y otra, para que me ayude y detalle dónde está la hija de Emma. Que por lo que me dicen, se llama: Alejandra Luna Vega—comenta mientras muestra una imagen de su perfil de Instagram.
Parece una chica común. Como yo... es linda. —Ya veo quién es la hija. ¿Emma es?...
Arianna no responde. Solo asiente. —Continuemos. De nuevo. Eres Andrea. Somos de Los Ángeles. Naciste el 29 de octubre. Tu madre es Micaela. Tu padre, César. La escuela de dónde vienes antes, la tendremos al llegar allá. Nos entregarán los papeles cuando lleguemos a Los Ángeles—Muestra ambos ID y como se verían con nuestras fotografías.
—¿Planeaste todo esto hoy?—pregunto.
Ella levanta sus cejas. —Tu dime—sonríe. En la pantalla muestra una casa de color blanco. Se ve bastante grande... la puerta parece ser de color caoba. Las ventanas parecen ser corredizas. El jardín se ve verde. Es linda.
—La casa es linda...—señaló mientras estoy sentada en la cama rodeada de muchos papeles.
Ella desliza su dedo sobre la pantalla. —Al llegar allá iremos de compras. Tendrá ropa nueva para tu regreso a clases. Laptop y IPhone lo tendrás al llegar allá. Quizás nosotros lo hagamos, o alguien más por nosotras—comenta. —Hoy es 17 de Julio. Estaremos en Los Ángeles a más tardar el 10 de Agosto. La casa ya está lista. César se encargará. Dependemos de que no ocurran contratiempos con las ID. Ojalá todo salga bien...—apaga la pantalla de su tableta y camina hacia donde están algunas hojas.
—¿Todas estas hojas son archivos de antaño?—preguntó sin tocar nada.
Ella comienza a ordenar un poco. —Algo así. Algunas hojas de aquí son de las cuentas de banco donde tengo los ahorros. Otras de algunas misiones de espionaje. Algunas de cosas más oscuras que no vale la pena mencionar—junta varias hojas y las coloca dentro de una carpeta que luego coloca en el tocador.
—Camila—habla.
Inmediatamente le pongo atención. —¿Sí?
Ella se acerca. —¿No tienes miedo de lo que realizarás? Esto no es una película. La ventaja que tenemos es que Emma no está en la cuidad, está lejos. Y por lo que dicen... volverá para navidad. Vuelve cada navidad con sus hijos...—informa mientras se pone de pie frente a mí.
—Lo único complicado que veo es hacerme amiga de Alejandra. Pero ya me las arreglaré... solo que mencionaste "hijos" Yo nada más sabía que tenía una hija—me muestro dudosa.
Arianna sonríe. —Ella tuvo dos hijos. Pero casi nadie sabe nada de él otro chico, se llama Edén. Yo también me había olvidado de él, pero haciendo llamadas con mis amigos, le recordé, de hecho creo que tiene un segundo nombre...—camina hacia el buró que está a un costado de su cama. Del mismo saca una fotografía.
—¿Recuerdas esto?—muestra una fotografía donde estamos mamá, yo y Arianna. Una noche de navidad. Fue una fiesta muy privada.
La tomo en mis manos. Ese día fue mágico... —Si lo recuerdo—volteo a verle. —Ese día fue muy especial...—brillan mis ojos y parpadeó múltiples veces contra las lágrimas que luchan por salir.
Arianna se acerca a mí y me abraza. —Yo disfrutaba mucho pasar tiempo con tu madre. Cuando me invitaba nunca faltaba, se que lo recuerdas—me besa la frente antes de apartarse y guardar la fotografía.