Venganza Millonaria

Capítulo 18: Preguntas

Baptiste

Monique parece inusualmente calmada mientras entra en mi departamento. Al inicio no parecía muy convencida de venir conmigo, y entiendo su resistencia. Nos conocemos hace poco, yo soy un hombre absolutamente obvio en mi interés por ella, pero siempre he sido respetuoso.

Me encanta todo de ella, como habla, sus miradas misteriosas, sus labios con ese labial oscuro, sus ojos castaños, su cabello, su figura, el color de su piel. Me gustan hasta las cosas que no me dice, ese muro que parece cernir sobre ella, como a veces sonríe, y como su mirada se pierde en el vacío mientras es obvio que está concentrada en otra cosa, en algo fuera de aquí. 

Tengo fe de que con el tiempo ella se abra a mí, no es mi interés forzarla, ni tampoco que ella se sienta incómoda ¡Nada podría ser peor para mí! Tampoco ella es un premio, alguien que tendré luego de mucha insistencia, y tener la satisfacción de conseguirla, todo lo contrario. Para mí ella no era una meta, sino un camino mismo, que a la vez quiero recorrer con ella de la mano.

Monique era todo lo maravilloso que este mundo podía ofrecerme, lo entendí rápidamente en cuanto la vi, en cuanto me rehuyó en el balcón del evento, en cuanto bailó conmigo y tomé su mano. Ese nivel de claridad me asombraba, saber exactamente lo que quería de ella, que era fácil: era todo. 

Sabía que en cuanto ella confiara en mí iba a ser como un jardín secreto, interesante por fuera pero glorioso por dentro. No había apuro, ella necesitaba creerme, entenderme. Tampoco quería asustarla con mis confesiones amorosas tan rápidamente, era muy difícil para mí, era un hombre muy pasional que no podía ocultar lo que ella me hace sentir, como la veo, como mi corazón canta cuando cuando ella aparece. Pero por ahora era un pequeño triunfo, pensaba, mientras la veía caminar por mi departamento estilo loft en el último piso de un edificio bastante normal en la ciudad.

—Esperaba… algo diferente— decía mientras observaba los estantes con libros que ocupan parte de toda una pared. Las otras paredes están llenos de cuadros, fotos, una sala muy relajada, algunas plantas, un ventanal al fondo de pared a pared donde se ven los techos de otros edificios y la noche nos arropa, con una luna menguante que se asoma. 

Monique me da unos vistazos como esperando que apruebe su inspección en mi hogar mientras yo la veo en el medio de la sala, con mis manos en los bolsillos. Me cambié de ropa, salimos de mi estudio y luego de mucha plática, aquí estamos. La tengo en mi departamento, es lo único que puedo pensar, ella pareciera que pertenece aquí… el lugar se siente diferente con ella aquí. 

—¿Qué esperabas mon couer?— pregunto. Ella me mira de reojo y ojea mis fotos, la mayoría son en blanco y negro de Francia, algunas con otros artistas, estudiantes, paisajes. Buenos momentos.

—Ummm algo mucho más elegante y elitesco… el departamento de un billonario como tú— - dice su voz llena de sospechas.

—Solo soy un simple millonario. Pero un artista al fin y al cabo—  le digo y ella sonríe por mi corrección. Luego se encamina a a la otra parte donde está mi estudio más personal y yo la detengo. Me encanta que sea curiosa y que esté atenta a mis cosas, pero especialmente que haya salido de ese estado de melancolía que tenía desde hace días. Sin embargo, a lo que vinimos.

—Antes… vamos a comer ¿no crees?— le digo y ella se voltea y viene hacia mí.

—Me parece bien ¿dónde vamos a pedir comida?— dice y yo la miro casi ofendido.

—¿Pedir comida? No no no… yo, tu anfitrión… te va a preparar la cena— le digo y ella me mira entre sorprendida, anonadada e incrédula.

—¿Tú vas a hacer la cena? ¿Vas a cocinar?—

Oui oui—  respondo.

—Vas a… ¿Calentar algo ya hecho o sumar algunas cosas en una sartén?— me pregunta y ya me cruzo de brazos.

—Me estoy empezando a sentir realmente ofendido ma muse… jamás haría esas cosas ¿por quién me tomas?— ella parece confundida, como si jamás imaginó esta situación.

—Ummm por un hombre ocupado y…—

—Millonario y artista—  completo —Que sabe cocinar—.

—Oookay… si tú lo dices— suelta encogiéndose de hombros, pero no se ve muy convencida.

—Bien, acompáñame a la cocina— le digo e inmediatamente vamos para allá. Desde el primer momento ella se ve muy sorprendida por como es, es sencilla, pero tiene todo lo necesario.

—Debo decir que estoy impresionada, es una cocina… muy hermosa y muy bien equipada— dice ojeando de nuevo todo con mucha curiosidad— 

Merci— le digo mientras empiezo a sacar mis implementos  —¿Me quieres ayudar?— le pregunto. Tenía la sensación de que ella sabe cocinar, mucho más que eso, debe ser una gran conocedora, por lo que demostró esa noche en la cocina del evento. Y, sin embargo, aquí está frente a mí y se ve algo temerosa.

—Tengo… algún tiempo sin acercarme a una cocina— dice nerviosa.

—No hay problema… —- le digo sonriendo —Pueden ser cosas simples, paso a paso— le digo entendiendo su incomodidad y ella sonríe tímidamente.

—¿Y bien qué vas a preparar?— - pregunta sentándose en una de las sillas altas de la cocina, apoyando sus codos en el mesón.




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