Monique
Mark Parr, abogado de poca monta que estudió hace ya varios años en una universidad pequeña y de poco renombre. En ningún lugar consta que se haya graduado, cosa que a nadie podría extrañarle, así que ni abogado realmente es. Pequeño detalle que poco le interesan a sus "clientes". Por lo que pude averiguar suele meterse en negocios de dudosa procedencia y clientes aún más dudosos. Pareciera que hay gente que haga lo que haga, siempre termina en el lado oscuro del mundo, quizás hay cosas que no se pueden evitar.
A diferencia del periodista, Mark parece haber tenido unas finanzas bastante buenas antes de enredarse con Robson, de repente porque siempre estuvo metido en otras fechorías, ganando dinero de forma ilícita desde hace varios años. Así que cuando pierda todo va a ser más doloroso, cosa que me parece justa. No hice una gran averiguación de en qué estaba metido antes, pero lo poco que vi era para que estuviera preso hace años. Honestamente, la justicia es lenta y ciega.
Extorsiones, lavado de dinero y otras artimañas estaban en su larga lista. Claro que lo que a mí me había interesado era que él estuvo participante activamente en el desarrollo del Puerto South Kant, aquel conde el gusano infeliz de mi ex participó, con mi dinero, antes de que todo cayera. Y con ellos mi negocio y los ahorros de toda mi vida. Pero bueno, esa parte ya ustedes la saben.
También saben que Mark tiene una amante, Lina una chica joven y exhuberante que constaté que no sabe que él está casado, pero, que, sin embargo, dudo que lo ame. Algo me dice que está por el dinero de él, lo verá como una inversión.
Mientras pensaba en cómo vengarme de él tenía tres puntos muy importantes. El primero es que necesitaba obtener pruebas de su participación en el fraude y todavía mejor si me daba evidencia contra los demás del tope de mi lista. Lo segundo era que necesitaba que su esposa tuviera alguna compensación por la humillación y malos ratos que le estaba haciendo pasar este señor, y las penas que sin duda le ocasionará. La tercera era que él tenía que terminar acabado por completo. Sí está tras las rejas, mejor.
Esta vez no trabajaría sola, sino que tendría una pequeña ayudita de una abogada de verdad. Sarah una gran amiga de Rita me estuvo asesorando e interpretaría bien su papel. Si todo salía bien… mañana Mark estaría a punto de acabarse, y en unas semanas… sería historia.
Todo comenzó un día en que le llegó a Lina una promoción de un maravilloso día de spa en pareja en un lujoso hotel en el centro de la ciudad. ¿Por qué en ese hotel? Pues porque yo encontré una vacante para ser trabajar de encargada del sector a clientes especiales ahí. Tendrían una habitación con piscina, y un día entero con diferentes masajes, terapia, sauna etcétera; así como un buffet y bebidas exquisitas libre. La promoción existía, pero era para socios exclusivos, algo que nuestra querida Caro arregló con un pequeño movimiento de sus dedos en el teclado de su computadora.
La oferta lucía extremadamente apetitosa para Lina, especialmente porque no la iba a pagar ella y en vista de que Mark y ella se solían encontrar algunos días específicos de la semana, justo coincidía con uno de los días en que iban a verse. Y así fue, en pocos días tenía el hotel una reservación a nombre de Mark Parr. Y el plan comenzó en marcha.
Desde temprano estaba en el hotel en el sector de spa recibiendo las reservas del día de hoy. Yo había entrado en este trabajo gracias a mis credenciales y títulos falsos que me otorgó Caro e interpretaba bien mi papel. Yo sonreía amablemente mientras con un uniforme impecable de falda y chaqueta oscura, y un cartelito con el nombre de Rita, le mostraba al señor y a la señorita las instalaciones, les pedía dejar todas sus cosas en un lugar especial, con llave y cerrojo.
Ahí mismo Caro podría acceder al celular de Mark, para sacar cualquier información que nos resultara importante. Caro solo tenía que actuar como un cliente más y acercarse a los lockers y ya el resto era un juego de niños para ella.
Mark y Lina disfrutaban de su aromaterapia, masajes, aceites y piedras calientes mientras los trabajadores del spa le traían jugos, vinos y champaña y algunas comidas. El ambiente era muy húmedo, lleno de aromas relajantes, con música tranquila y francamente un lugar cómodo para estar. O al menos yo estaría, si no estuviera trabajando además de llevar mi plan de venganza.
—Señorita ¿Desea algo más?— pregunto mientras veo como Caro se levanta una rodaja de pepino de su ojo y me observa con una sonrisita.
—Ummm… tendrá alguna merienda… algo así como ¿Una hamburguesa? ¿Quizás una malteada de chocolate?— me dice con voz seria. Esta chica tiene gustos de niña de seis años.
—Por supuesto señorita… veré que puedo hacer— le digo sonriente. Y mientras busco la comida escucho como Mark y Lina se ríen como tontos y piden un poco de champaña y whiskey. Perfecto.
Preparo una copa de champaña y un vaso de whiskey donde coloco una medicina que tiene un efecto con síntomas parecidos a los de un ataque al corazón, menos doloroso, pero que realmente es solo un dolor muscular en el pecho. El susto solamente haría su trabajo. Yo estoy tomando la hamburguesa, la malteada de chocolate e incluso agrego unas papas fritas ¿por qué no? Y cuando una de las chicas pasa le digo sutilmente que me ayude con las copas para la pareja de allá. Si si, esa de la chica joven con el hombre que pierde cabello.
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Editado: 19.02.2023