Venganza Millonaria

Capítulo 36: Corazones

Baptiste

Les miento si les digo que no soy el hombre más feliz del mundo. Mon coeur no solo me había contado su historia, su plan, su pasado, indicando solo eso que confiaba en mí, sino que se había apoyado en mí para sus próximos pasos. Realmente la confianza era lo más importante en una relación, no me cabía duda.

Era un paso extremadamente importante y yo sentía que ahora no había un muro bloqueándonos, no sentía esa pared que a veces casi podía ver cuando Monique me hablaba. Ella seguía siendo misteriosa y me encantaba, pero era otra Monique.

Por supuesto que todo esto decantaba en que, con todas las cosas que sucedieron, ella y yo habíamos quedado en estar comprometidos ¡Comprometidos! De casualidad sabía su nombre, ella no me quería ver y ahora… era mi prometida.

Es verdad que era la mentira que le habíamos dicho al odioso de Phil para alejarla de ella, pero los dos sabíamos que entre más decíamos una mentira es peor. Así que quedamos en el acuerdo que estaríamos comprometidos… al menos por ahora. 

Claro que yo quería convertir ese ahora en… para siempre. Parecía casi un sueño que ella fuera mi esposa ¡Que quisiera ser mi esposa! Y cada momento que pasamos juntos, yo sentía que eso podría ser una realidad, quizás no ahora, ni mañana, quizás no el próximo año, pero para mí lo más importante es que estábamos juntos, que nuestra relación se consolidaba. Ella pensaba en casarse conmigo. Casarse… sonaba a una locura y a la vez… tan correcto.

Me sentía libre de poder presentarla a todos como mi prometida, en mi trabajo, en todos los ámbitos. Y básicamente ante el mundo. Ella y yo haciendo una promesa, una que por más que necesitamos que sea creíble ahora, para nosotros era verdadera. Ella me amaba y yo a ella.

Evitábamos sin duda el tema de la prensa y en público manteníamos un bajo perfil, pero que le llegara a quien tenga que llegar. 

Debo reconocer que quienes me generaban más preocupación era decírselo a sus amigas. Monique me invitó al cumpleaños de su amiga Lolo en una casa antigua e increíble, y del que ella es amiga del dueño y ahí aprovechamos de decírselo a todos. Yo tenía miedo y realmente no sé por qué… sus amigas estaban extasiadas y creo que me quieren.

Literal me quieren, me dieron la bienvenida y sus esposos también. Greta casi lloro, y otras que no conocía como Eve no dejaban de abrazarme. Ellas y sus esposos adoran a mon coeur y me sentía tan bienvenido a este grupo que… era aún más feliz.

Claro que no todo era risas, arcoíris y amor… estaba también el lado gris de la vida. En este caso el lado gris rata del imbécil de Felipe.

Rat dégoûtant (rata asquerosa)

Sangsue (sanguijuela)

Bâtard malheureux (bastardo infeliz)

Peu homme (poco hombre)

Y otra colección de adjetivos que me aparecen en cualquier momento que me acuerdo de ese idiota. Es que no puedo ni empezar a explicar lo que detesto a ese hombre ¡Podría acabar con él si tuviera la oportunidad!

Pensé que odiaba a Phil, pero ya hasta lo consideraría mi amigo en comparación a ese desgraciado infeliz. ¡Robarle a tu novia! ¡Aprovecharte de ella! ¡Serle infiel! Y por si fuera poco irte con otra mujer… y… y… ¡Volver un año después como si nada esperando que ella te acepte con los brazos abiertos! 

El colmo del descaro, ese hombre no tenía cara para lo que hacía. Con su pinta de imbécil bien vestido, manos en los bolsillos, camisa blanca y apariencia de empresario ¡Ladrón! ¡Creído!

Ahí estaba esperando a ma muse en la puerta de su casa ¡En la puerta de su casa! ¡Como si nada! Menos mal que ambos pensamos rápido y yo ni la solté ni ella a mí. La podía sentir a ella temblar, pero estábamos en esto juntos. 

Me queda claro que Monique no necesita mi protección ni mi ayuda, pero yo estaba dispuesto a brindársela. Es que solo de recordar las caras de las amigas de Monique cuando les contaba esto… mon dieu… Lolo y Greta vociferaban adjetivos peores que los que yo dije y el esposo de Dafne tenía ganas de ir a matar a alguien. Creo que podría hacerlo sin duda.

Pero al muy imbécil le salió el tiro por la culata porque Monique estaba en mis brazos más que nunca. Éramos casi inseparables, ella venía conmigo, yo iba a su casa y siempre siempre tenía un ojo más atento a si lo veía.

Y claro que ese infeliz nos vigilaba, desgraciado. Lo vi fuera de mi galería a tardes horas de la noche, desde mi ventana. Me provocaba lanzarle una piedra. 

También más de una vez lo vi a las afueras del departamento de Monique como constatando que realmente estábamos juntos ¿Qué demonios le pasa? ¿Realmente cree que ella le sería ciegamente fiel a él? ¿Que no estaría con un hombre que la amara? ¿Que la quiera y la trate bien? Sin decir que no la robe ni la engañe y la apoye en lo que quiera. 

No sé que esperaba ver, pero creo que no se logró el propósito, pues su cara iba siendo más amargada y más amargada. Yo solo por precaución la besaba con descaro, la arrimaba hacia mí, estrechando sus caderas con la mías, mordiendo sus labios y dejando marcas en su cuello. Ustedes saben… solo por si ese infeliz no nos cree. Y bueno… también porque quiero a mi fiancé.

Un día la invité a mi estudio en la casa, le tenía preparado un plan especial. Ella estaba prosiguiendo su plan con la novia, o exnovia del infeliz de Felipe y se veía muy estresada, iba a salir todo bien estaba seguro. Caro me solía escribir cuando necesitaba que Monique se despegara de su plan de venganza e hiciera lo que ella llama "vivir la vida" que al aparecer consistía estar conmigo. No le feo fallas a su lógica. 




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