Venganza Millonaria

Capítulo 38: La impostora

Caro

—¿Cómo demonios entraron si la llave estaba correctamente pasada… todo como tiene que ser?—  dice esta chica llamada Zoe que al aparecer es algo así como la jefa de Baptiste.

Yo pensé que los artistas eran libres como el viento, pero no. Parece que necesitan de gente que los apure, les coloque fechas de finalización, organice sus eventos, etcétera. ¿Quién lo diría? A mí me encantaría ser artista solamente para que nadie me dijera qué hacer y ahí estaba el pobre francesito… con alguien de jefe. 

—Zoe… Moni tiene ya semanas, mejor dicho, meses diciéndome que tenemos al parecer una brecha en nuestra seguridad en la galería. Ella misma ha entrado y salido varias veces para verme— dice Baptiste francamente abatido. 

Estamos en su estudio, él sentado en el escritorio con sus manos en la cara, ocultándola completamente, mientras Monique está a su lado acariciando su espalda en un acto de tratar de reconfortar al pobre hombre que de casualidad no se infartó cuando le dijimos que algunas de sus obras habían sido robadas. Vio las fotos por más de varios minutos intentando entender si lo que veía era real o era una farsa. 

Pero él sabía que Moni y yo no vendríamos con cuentos, menos unos tan horribles, así que no tuvo más que hacer que aceptar la derrota. Los habían robado, en sus propias narices. 

Yo estoy sentada en una esquina mientras esta chica Zoe y camina de un lado para el otro, ella aún no entendiende como ellos llegaron y nos encontraron a nosotras adentro. Fácil entramos por la puerta trasera, así como si anda. Y desde que ojee la galería por fuera, encontré unos tres puntos débiles más. 

—Más que una brecha es una zanja de muerte. Para lo que tienen de seguridad, es mejor dejar la galería abierta con un cartel que diga: Vengan a robarnos. El que robo los cuadros pudo haberlo hecho fácilmente por cuatro puntos acceso. Con esa carga… yo me decidiría por la que usamos Moni y yo, la puerta trasera. Entró, buscó las obras y salió. Fácil como robarle un caramelo a un nene—  digo y todos se me quedan viendo.

Especialmente la chica Zoe que me ve con desconfianza. Suele suceder, tengo cara de ser una pequeña, malcriada y rebelde niñita… nada más lejos de la realidad. Bueno, quizás lo de rebelde es cierto. 

—¿Quién es ella de nuevo?—  pregunta Zoe mirándome con los ojos entornados. Está nerviosa, molesta y no es para menos. Le acabamos de decir que tenemos pruebas de que algunas obras de Baptiste han sido robadas. Les enseñamos las fotos y solo hubo que hacer una breve revisión, para darse cuenta qué.. Efectivamente fueron robadas. No están… las obras que iban a presentarse y venderse, el trabajo arduo de Baptiste… no está.

—Caro es amiga de Moni… digamos que ellas tienen experiencia en este tipo de cosas— -dice Baptiste con voz queda sin dar muchos detalles —Y créeme que es mejor tenerla de amiga que de enemiga— agrega. 

—No lo voy a contradecir—  digo y Zoe me mira con incertidumbre. Es una mujer con el cabello muy corto, de piel oscura y está muy bien vestida como si fuera de una portada de moda, con colores cálidos y llamativos y con accesorios que bien podrían encontrarse en esa tienda que robé. Atractivos y caros.

—Pero ellas… ¿Qué tienen que ver?—  vuelve a preguntar perdida y Baptiste responde de nuevo. 

—Desde hace algún tiempo han estado ocurriendo algunos fraudes llevados a cabo por millonarios en esta ciudad y lo han estado investigando… y supongo que se tropezaron con esto—  dice Baptiste que aún no se ha despegado las manos de la cara.

—Es correcto, digamos que no estábamos buscando con esto… nos tropezamos con la información de casualidad. No te puedo decir exactamente las condiciones ni las razones… pero créeme que esto es malo Zoe. Muy malo y peligroso. Y todo indica que el nuevo fraude o negocio sucio son las obras de arte moderno—  dice Moni y Zoe se ve como que se va a desmayar o a orinar en cualquier momento aquí mismo. 

—Confío en ellas Zoe… son extremadamente buenas en lo que hacen, tengo confianza ciega en ellas. Si dicen lo que vieron… es porque es verdad ¡Y tienen pruebas! Es decir… ¡Mira las fotos! No están las obras y aparecen casi mágicamente en una caja de seguridad, en un departamento de unas residencias, en el centro de la ciudad—  dice Baptiste.

Ahora se ha quitado las manos de la cara, veo que está rojo, no sé si de rabia o que, pero Moni ahora se sienta en el antebrazo de la silla y acaricia su cabello. Está devastado. No sé si pueda entenderlo, sentir lo que él está experimentado… pero veo su oficina y me paseé hoy por la galería y es hermosa. Es un gran artista, se lo dije a Moni la primera vez que lo investigué cuando ella lo conoció en ese evento. 

Sin embargo, más allá del dinero, que sin duda a él ni a Zoe le hacen falta… el problema es que estas obras son parte de él… es su trabajo personal, su gran obra al mundo y alguien no solo ha entrado aquí y ha pasado sus sucias manos por ellas y por su estudio, galería y depósito, sino que ha usurpado su trabajo que además estaba oculto al mundo hasta que fuera la gran exhibición de la cual Zoe no deja de hablar desde que llegamos.

Entiendo que era algo importante. Han dañado ese momento, y esto… esto es una violación a su talento y su misma persona.

—Zoe… como dice Baptiste… nosotras sabemos de esto, no puedo explicar bien las razones, pero venimos haciéndole un seguimiento a estos fraudes. Tenemos ya mucha información, pero este momento es decisivo. Cuenten con nosotros, haremos todo lo posible para evitar que ocurra cualquier desgracia. Pero lo más importante es que podemos investigar esto. Tenemos las herramientas y algo aún más importante: ellos no saben que sabemos. Vimos esto de casualidad. Jamás nos había pasado que supiéramos de antemano que es lo que traman… tenemos un par de pies adelante de ellos— dice Moni y Zoe, no sé si se relaja un poco o que, pero al menos toma asiento, aun con apariencia derrotada.




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