Venganza Millonaria

Capítulo 54: Rastros

Monique

 

Llega un momento en nuestras vidas, aunque encontrar se escapa de nuestras manos, y puede que todo nos salga mal, golpearnos de vuelta. La mejor forma de combatir el caos y con caos. Y cuando el caos reina, no sabes lo que puede suceder

Todo había comenzado desde que yo estuve intentando contactar a Caro. No suelo estar monitoreándola, ella es bastante privada independiente con su vida, pero desde que parecía que alguien la estaba vigilando cuando hizo algunos trabajos para nosotras, yo sentía que era mi deber cuidarla. 

No responde el celular, lo cual era extremadamente raro. Ella odiaba las llamadas telefónicas, así que siempre le envía mensajes, pero habían pasado tres horas y el mensaje ni siquiera parecía enviado. Convengamos que eso es extremadamente difícil y poco probable en Caro.

Mi amiga prefiere estar sin oxígeno, qué sin su celular y sin internet. Intentaba mantenerme en calma, generalmente las razones más sencillas y lógicas son las más probables. Pero en cuanto entré el departamento y lo vi oscuro... Se sintió frío, y no puedo negar que un escalofrío me recorrió el cuerpo. Esto no pinta nada bien, absolutamente nada bien. 

Es un departamento grande, así que intente revisar todo sin entrar en pánico, la llamé una y otra vez sin respuesta. Ella no estaba, era obvio. Pero en lo que llegue a su cuarto y vi que faltaron las pocas cosas que ella tenía... No puedo evitar que mi corazón saltara aterrado.

Sin embargo, cuando revise de nuevo la sala, vi un pequeño papel. Es raro cómo funciona la mente, sentía que no podía leer coherentemente el mensaje y a la vez, entendía claramente lo que decía, más bien leía entre líneas. 

Monique 

Creo que es mi momento de partir, de buscar nuevos horizontes. Sabes que mi vida nunca fue estable y creo que la prefiero así. La venganza me ha cansado, pensé que podía, pero quiero tener mi vida en otro lado, lejos, con otras personas. 

Lamento no poder despedirme en persona de todas. Fueron muy importante para mí 

Caro

El mensaje era simple, concreto. Caro se había ido. Nos había dejado. No había más que buscar, yo le creía, literalmente se había ido. Por supuesto, lo que yo no creía era que estaba cansada, o que buscar nuevos horizontes, y todas esas tonterías. Algo sucedía, era claro.

Pero yo no entendía que era, obviamente se trataba de una amenaza y ella intentaba protegernos, pero ¿cómo la habían alcanzado? ¿En qué momento? Y de repente un temor recorrió todo mi ser. ¿Será que nos descubrieron? ¿Será que nos han encontrado y la han tomado a ella primero? La idea me desgarraba y me rompió el corazón. No ella por favor, no ella por favor. 

También existía la probabilidad de que fuera por sus investigaciones previas, por ese pasado oscuro del que ya viene oyendo y que la persigue. Podría ser lo que temíamos, que por fin la hubiesen encontrado.

Nosotros sabíamos que ella no se comportaba de la manera más legal que existe. Pero buscaba hacer el bien ante todo. Y ella era nuestra, de nuestro pequeño grupo y familia. Jamás la dejaría ir así cómo así, mucho menos si ella corre peligro. 

Mis manos temblaban mientras yo revisaba la nota. Tenía terror de haber llegado demasiado tarde, y francamente no sabía qué hacer. En la mesa había otro papel que era una carta de renuncia hacia Rita y Lolo, ni me atreví a comentarles, sentía que iba a romper también sus corazones, y yo tenía la esperanza de que podía solucionar este desastre, alguna manera. 

Tenía que ponerme a pensar ¿cómo la encontraron? En línea no puedo haber sido, ella había metido la pata un par de veces y quizás por eso la habían empezado a rastrear, pero ya me había confirmado que había asegurado todo, junto con que Greta había revisado varias veces todo el tema de seguridad en línea. No, tenía que haber sido de otra manera ¿Pero qué? ¿Qué podía ser? 

Caro casi no salía de casa, iba y venía a casa de Baptiste o a la mía. No, no quería meter a mi francesito en esto, no mientas pudiera evitarlo. Él es una figura conocida y no quería dañarlo, él no era como yo o como Caro que podíamos ir en venir sin ser vistas. Él tenía que quedarse fuera, por lo menos hasta que yo obtuviese más información, así que hice lo con cualquiera de mis objetivos de venganza.

La investigué. Claro que mi querida amiga no era alguien que iba a dejar rastros en línea, sin contar con que se había llevado su celular y sus computadoras. No me extrañaría que haya borrado toda la información que quedaba en su otra computadora en el resto de los dispositivos electrónicos. 

Tampoco había dejado nada más en el mensaje, no había ninguna clave, realmente no quería que la encontráramos. El mensaje era frío como ella suele comportarse. Solo se lamentaba no haberse despedido de nosotras. En cualquier otra situación y ya nos hubiese sido así. Mi amiga estaba sufriendo, yo lo sabía.

Pero así como ella era una persona que vivía totalmente en internet, subía digital era muy abundante, su vida presencial era lo contrario, y quizás ahí se volvía un poco menos dedicada.

Empecé a revisar la casa de arriba abajo, vacié los envases de basura, realmente el departamento está bastante vacío y las cosas que quedaban eran cosas de Richard, el esposo de Rita. Fui a la cocina que sin duda el lugar donde ella más estaba, puesto que comía como si tuviese cinco estómagos.

Y ahí lo vi, una caja de pizza de un lugar cercano. Recuerdo que me comentó que era uno de sus lugares preferidos, algo de una pizza con albahaca fresca. 

Supongo que ella no hubiese hecho un pedido para que se lo trajeron a su casa... Debe haber ido a comprarlo ahí, ni siquiera se lo hubiese comido en el lugar. Así que tome las llaves y me encamine, me sentía desesperada, como si me hubiesen quitado una parte de mí, culpable y avergonzada de todo esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.