Venganza Millonaria

Capítulo 62: Emergencias

Monique

Yo sentía que tenía que estar totalmente alerta, como si fuera explotar una bomba en cualquier momento. Me sentía tensa, me costaba respirar y a la vez mi corazón latía tan deprisa que tenía que no fuera a calmarse nunca. El vestido me apretaba, los ojos me ardían de llorar, y mi mente se iba completamente a Baptiste.

Algo me decía que no iba a estar en buenas condiciones, aun cuando a su cuidado había quedado Douglas. Aún no estoy totalmente convencida de que él esté de nuestra parte, pero supongo que mejor con el calvo que con Felipe o Robson. 

Al poco tiempo me convencí de que efectivamente el gran jefe no tenía idea de lo que estaba sucediendo, de estos planes tan personales y detallados de la rata de mi exnovio. ¿Por qué hacía esto? Me preguntaba ¿Era por simple odio a Baptiste? No tenía sentido.

Él decía que me quería a mí, qué me quería de vuelta, y me ha pintado un panorama maravilloso en donde yo tenía todo lo que quise, en dónde yo tenía todo de vuelta, mi restaurante, mi vida... Cuando yo sabía que todo eso era mentira imposible. Sin contar que esto no era amor, no me quedaba la menor duda.

La realidad era que ya no quería nada de mi pasado, por supuesto que quería cocinar, por supuesto que quería volver a tener a mis clientes y hacer cosas deliciosas. En los últimos días, había vuelto a acercarme a la cocina y estaba clara de que ese era mi lugar.

No solamente porque era buena y me encantaba, sino porque la gente a mi alrededor cambiaba, realmente disfrutaba lo que yo hacía. Hacer algo por otros, sin duda, era importante. 

Pero mi vida ya era otra… yo no quería ya dinero, tenía ya algo bien ahorrado de lo que le quité a los que metí en la cárcel, y de lo que Baptiste me había pagado. Ni siquiera creo que me enfocaba en tener a todos los que me hicieron daño a la cárcel.

Quería ser feliz ¿Es mucho pedir? Quería tener a mis amigas y a mi novio, mi hermoso prometido. Pasear y salir con él, tomarlo de la mano o inclusive simplemente verlo mientras pintaba. Sí salía de esta... Prometí a dedicarme a ser feliz y hacer feliz a los demás, a la gente que amo. 

Todo esto lo pensaba mientras Felipe no dejaba de sujetarme por la cintura, toma mi mano, acariciar mi cabello y mi cara, darme unos desagradables besos en la mejilla, cómo si lo fuera el novio perfecto, el novio ideal, es que todas las mujeres desean en su vida.

De todos mis pasos en la venganza, este ha sido el más desagradable, asqueroso, y el momento que más quiero olvidar en toda mi vida. Por supuesto que no había sido voluntario, él me arrastraba casi como un zombi entre la gente que el saludo del evento, con risas y apretones de manos como si eres el presidente del mundo. 

El lugar era amplio y muy encerrado, me daba cuenta de que no existía ni siquiera ventanas. No sé adónde había parado mi francesito, pero sin duda alguna debe estar en un lugar aún más difícil de escapar.

Literalmente no veía un solo espacio en dónde podía yo huir o salir, parecía que estábamos como en un sótano, algo protegido y cerrado. Obviamente, al hacer un evento bastante ilegal y clandestino tenía que ser perfectamente seguro, para resguardar la identidad de las personas que participaban evidentemente los organizadores. 

Había bastante gente, mucho más de lo que esperaba, y mientras yo caminaba con dificultad mi vestido y mis zapatos incómodos intentaba alzarme para ver si observa alguna cara conocida. El tiempo pasó y nosotros nos acercamos hasta un pequeño estrado y yo me sentía tan sola y desamparada, peor aún, entre tiburones... Sin un pequeño ni bendito plan. 

Robson me miró de reojo como si yo no fuera nadie, la buena noticia es que no me había reconocido, supongo solamente había pensado que yo era una de las mujeres con las que debe estar constantemente está rata.

Pero cuando comenzó el hablar y a dar por iniciar a la subasta, pude ver de reojo, el despliegue de obras y dónde puede ver que había un tumulto de gente, supuse que era la de Baptiste. Y ahí a unos pasos... Las vi. Las chicas ¡Habían seguido con el plan! Quería llorar de felicidad y a la vez de preocupación. Greta y Caro estaban ahí expuestas. 

Nuestro plan anterior era lograr apartar a Felipe y atraparlo por nuestra cuenta, pero ahora se nos dificultaba, él tenía una carta a su favor qué era Baptiste. Y por las pocas señas que yo le daba las chicas, ellas podían entenderlo.

Era lógico que habían ido a casa de él y seguramente encontraron indicios de qué fue llevado, y yo con él. Luego de momento solo vía a Greta, quien se acercaba a mí con disimulo. Yo estaba detrás de Felipe, que seguía hablando y hablando como si él fuera un político en plena campaña electoral.

Al inicio me mantenía cerca y volteaba a verme de reojo, creo que quería cerciorarse de que estuviese todo bien. 

La subasta comenzó con pequeñas obras y en minutos se fue vendiendo poco a poco, iba bastante lento, nunca había estado en alguna subasta y era lento. Los invitados eran terroríficos, había de todo y yo estaba simplemente ahí observando mientras Greta intentaba disimular y mezclarse con el resto. 

Lo primero que empecé fue a quitarme los zapatos con cuidado dejándolos de lado, sí quería escapar, no podía hacerlo así. Al menos no estaba amarrada de ninguna manera, mi único amarre era que él tenía a mi amor. Y por la diosa que si había una manera de salvarlo, yo tenía que estar preparada. 




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