Baptiste
Monique dice a cada momento que esta boda es una celebración de nuestro amor. Pero para mí, es una celebración de esta perfección de mujer existe. No solo logró ella, con ayuda de nosotros, derrocar al grupo mafioso más importante de la ciudad, ante todo incertidumbre y peligro; logrando una merecida venganza, y por sobre todo paz y tranquilidad.
Si no que mantenía su corazón intacto, su alma y esencia pura. La mejor mujer del mundo para mí. Y no solo eso, sino que dejó todos sus miedos, su venganza, sus problemas, todo de lado… por mí.
Ma muse me había aceptado, en un momento difícil de su vida, me ayudó, me devolvió mi creatividad, y me abrió a un mundo de posibilidades, un mundo mágico donde ella y yo podríamos crear nuestras vidas. Quería todo con ella, todo lo que ella me pudiera dar, una familia, un hogar, una vida que ni soñé.
Los días habían pasado y había llegado el tan esperado día de nuestra boda. La ceremonia y el evento fue hermoso, en compañía de nuestros amigos. Parecía como un sueño hecho realidad, yo que era un simple artista que tenía todo menos las cosas que realmente importan, por fin estaba completo.
Rita y Lolo se habían esforzado al máximo y nuestra Villa francesa, parecía un cuento de hadas. Había flores claras por todos lados, velas aromáticas y pequeños detalles con corazones y mariposas. Lo normal para una boda de este grupo de amigas, dijeron ellas.
Moni, cómo no podía ser de otra manera, se había encargado de todos los detalles de la comida, se iban a servir varios platos que ella había supervisado, y tengo entendido que los postres eran para morirse.
Pocos probé es la verdad porque se agotaron en seguida, pero Caro me pasó algunos de contrabando antes de que la boda comenzará. Supongo que los que ella no se comió, y sí, parecían hechos en el cielo mismo.
Las amigas de mi Monique estaban todas perfectamente de la mano de sus queridos esposos, mientras más lo conocía más me agradaban. Especialmente Stefan Maledetti quién había ayudado junto con su esposa muchísimo a mon amour. La mirada de amor de ese hombre, su esposa Dafne, era enternecedora, y aún más la forma en que cuidaba de ella, ahora que ya estaba embarazada.
No entendía muy bien Los detalles, pero todos parecían contentos en asumir de que iba a ser un pequeño varón. Con nombre y todo: Alessandro Maledetti.
El primer gran heredero del gran emporio de los Maledetti que tienen tanto dinero como propiedades, multimillonarios y además la familia más poderosa de la ciudad desde hace ya varios años.
Y tampoco entendía por qué, pero estaban convencidos de que después tendrían una niña. Esta pareja si es bien programada. Sin mencionar que Richard y Rita, los tíos de Stefan estaban ya embobados pensando en el futuro sobrino; mientras Dafne intentaba llevar toda esa tensión inesperada de la mejor manera.
Los demás esposos me gastaron bromas diciendo que ahora yo me unía al grupo, qué era una pequeña congregación de gente muy particular y especial. Es verdad que mi ahora esposa tenía un grupo de amigas maravillosas y yo mismo les agradecería muchísimas cosas.
Solo de verlas interactuar y estar tan felices por mon amour... Era fácil de entender que era más que hermanas. Todas por supuesto con historias particulares e interesantes.
La ceremonia fue exactamente en el jardín, a la luz del atardecer, cuando el cielo se bañaba de un hermoso color anaranjado y rosado, y no me pregunten por qué, pero todo esto combinaba especialmente con ella. Monique se veía como un espejismo.
Mientras se acercaba me tuve que cerciorar de lo que estaba viendo era real. Estaba preciosa, para mí ella siempre lo era desde el primer momento en que la vi. Es más, me preguntaba como no había venido a otro hombre a arrebatármela, a declarársele ahí mismo en frente de todos en ese evento donde la conocí.
Creo que sí es hubiese sucedido, yo habría intentado hablar con ella y decirle que me dieron oportunidad antes de decirle ese hombre imaginario que sí. ¡Demonios, si en lo que la vi con Phil le dije que era mi novia! Gracias a todos los cielos soy un hombre decidido, y no me deje caer, aun cuando ella me puso mil objeciones y yo tuve mi baile deseado con ella.
Yo siempre había pensado que mi Monique más hermosa, era cuando estaban su papel ejemplar, siendo ma muse. Pero lo que yo y todos los invitados teníamos al frente, sobrepasaba cualquiera imaginación a cualquier cosa que mis pinceles, cámaras fotográficas o Inclusive la mente humana... pudo soñar.
Monique venía con un traje delicado y a la vez sencillo, con encajes y botones blancos, una falda larga que se ajustaba a su cuerpo y un caminar tranquilo y despreocupado, mirándome a mí y solamente a mí. Su cabello estaba ligeramente recogido, y los mechones oscuros se sobresalieron de una forma casi angelical.
Tenía un bouquet de flores claras, y no sé ya si era realidad o ficción, pero yo creí haber pequeñas mariposas revoloteando en el ramo, mientras sonaba la canción la vie en rose, tocada en piano por Adan, el esposo de Lolo. Todo esto le daba ella una impresión casi etérea.
No le voy a negar que mis piernas temblaron, y cuando tome su mano vi mi anillo en su dedo, parecía todo una obra perfecta del destino. Cuándo dijimos nuestros votos, ella habló en un francés perfecto, agradecida por quien me puso en su camino.
Yo simplemente juré ante todos los presentes, qué mi vida y mi cuerpo eran suyos desde el primer día en que la vi, y qué haría lo que fuera necesario para que ella no tuviera una sola desgracia más en su vida. Todos sonreían y aplaudían.
Después todo fue comidas, fotos y bailes. Adán, un famoso pianista nos dedicó varias canciones qué hicieron llorar a todos, Matt paseaba por toda la propiedad con el pequeño Gustav, mientras el resto de las chicas aprovechada de disfrutar el tiempo con Caro.
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Editado: 19.02.2023