Esta semana fue un poco extraña. Ya habían pasado unos días desde que hablé con la abogada. Ella fue muy encantadora y me sentí muy cómoda con su trato. Era muy cálida y siempre me decía que podía preguntarle todas las dudas que tuviera, incluso sobre la carrera que estudio, ya que me interesaba su campo.
Ese día justo me dio una infección estomacal. Comí algo que me cayó mal, y además de estar nerviosa, mi ánimo tampoco ayudaba.
El martes no fue nada del otro mundo. Aún estaba un poco nerviosa por la respuesta. No es muy común que alguien se interese en ese aspecto siendo tan joven. Tenía miedo por muchas cosas, pero lograba distraerme y lo olvidaba por momentos.
El miércoles y jueves no estuve muy pendiente de la respuesta. Me enfoqué en buscar un cuaderno que quiero convertir en algo muy especial y único. Quería crear una especie de diario donde plasmaría muchas cosas, entre ellas mis pensamientos e historia.
El viernes pedí el cuaderno y las hojas, aunque todavía me faltaban muchas cosas para completarlo. También ese día revisé el correo. Ya no tenía muchas esperanzas de recibir una respuesta, pero en los primeros puestos estaba el correo de la fundación. En ese correo se presentaban la asistente social y la psicóloga. Me pidieron confirmar la fecha para una reunión, en la que podríamos conocernos mejor y llenar una ficha con mis datos y algunas preguntas para conocerme.
Mi única reacción fue de felicidad, porque sé que es un proceso muy largo, tal como me había explicado la abogada, quien me comentó varios aspectos, entre ellos la duración del trámite si decidía continuar.
Para mí, cada paso es un peso menos. Me siento mejor al saber que estoy más cerca de conocer algo que siempre he buscado, algo que me ha hecho mucha falta. Era mi deseo en varios cumpleaños, la curiosidad de saber más sobre mí, aunque aún no tenga todas las razones exactas.
Cuando era pequeña, siempre me sentía perdida. Y sé que, si quiero encontrarme, tengo que cerrar ciclos.
El fin de semana iba a visitar a mi familia. No les he contado nada aún, no porque no confíe en ellos, sino porque necesito tiempo para abrirme y hablar de estos temas.