Narra Cristina:
Todos los veranos voy a casa de mis abuelos paternos, ya que viven más cerca que los maternos, pero este año, mis abuelos se van de cruzero a Noruega, y me tendre que ir a Nueva York con mi tia y mi primo mayor, de parte de mi madre.
--¡Cristina! ¿Ya has terminado de hacer tu maleta?--Grito desde la puerta de la casa
--¡Si mamá! ¡ya la he terminado!-- Grite desde mi habitación
--Entonces vamos, ¡el taxi nos esta esperando!--
--¡Voy!-- Cogi mi maleta y sali de casa.
Casi todos los veranos, especialmente el mes de Agosto, mis padres trabajan fuera, entonces como no quieren que ese sola en casa, como es lo normal, siempre me dejan con algun familiar.
Pero lo bueno de este año es que solo me tendré que quedar dos semanas, porque este año, cogen días de vacaciones, y estaré de vuelta con mis padres el 18 de Agosto.
Hoy es jueves 4 de agosto, son las ocho y media de la mañana, me subi al avión con destino a Nueva York, lleve mi diario porque desde donde vivo hasta Nueva York, más concretamente a Skanetales, hay siete o ocho horas de trayecto, va a ser una mañana larga...
Despues de estas ocho horas interminables, llegué a las 16:05 de la tarde.
¡Por fin llegue a tierra! confieso que no me gusta mucho volar, es más prefiero ir en transporte de tierra que de aire.
Sali del aeropuerto, despues de hacer todo el papeleo para salir fuera, ahí me estaba esperando mi primo mayor, Alex, diez-i-nueve años, con sus gafas de sol, muy moderno Alex...
--¡Cristina! ¡cuanto tempo!-- Me hacerque a él igual que él lo hizo conmigo, y de regalo me abrazo tan fuerte que no podia resirar
--A-Alex... no-no puedo respirar...-- Intente comunicarle
--Oh perdon, si, tengo que controlar mi fuerza-- dijo soltandome
--Si, ya... -- suspire y segí hablando-- Oye ¿donde pongo la maleta?-- le pregunté
--Trae, la pondremos aqui-- abrio el maletero y la puso dentro, acto seguido de una invitación a su coche, le respondi sentandome en el asiento delantero.
Segun me estaba contando por el camino, se saco el carnet hace dos semanas, y mi tia le regalo este coche como regalo, era de color negro brillante, y podia ser descapotable, le dije que ahora no habriera el capon, porque me habia peinado muy bien, y me habia quedado genial.
Lo único que me gusta de mi, son mis ojos y mi pelo, lo demás lo puedes tirar por la borda, no, es broma, pero esas dos cosas son lo que más me gusta de mi.
Llegamos a su casa, mi tia es diseñadora de ropa, no tanto para modelos profesionales, pero si para niños y adolescentes.
--¡Ya estamos en casa!-- Grito mientras abria la puerta de su casa, mi tia estaba arriba del todo, era una casa de tres pisos, planta baja, planta media y plana alta, o tambien llamada como atico.
--Oh, ¿ya estais aqui?-- Pregunto mi tía bajando las escaleras, con sus tacones delgados y altos, algun dia se caera y no es por maldecir a nadie
--Hola tia-- Dije un poco vergonzosa pero a la vez contenta, hacia tiempo que no los veía, creo que hace un par de años.
--Bueno, dejame ayudarte con la maleta-- dijo cogiendo la lanza de la maleta.
--Oh no, tranquila, puedo hacerlo yo, no pesa tanto--
--¿De verdad? Bueno pues Alex te mostrará tu habitación, yo he quedado con unas amigas, hasta luego, nos vemos en la noche-- Tan contenta como vino se fue, Alex me ayudó al subir la maleta, cosa que yo había dicho que podía subirla sola, pero ni caso, me mostró mi habitación y me quedé sorprendida, claro, la casa era muy grande, las habitaciones también tenían que serlo.
--Aquí te podrás instalar cómodamente, voy a bajo que me he dejado el mobil en el coche-- Antes de que yo pusiera decirle algo, él ya había salido de la habitación.
Al entrar de nuevo a mi nueva habitación, yo ya lo había sacado todo de mi maleta, y lo había puesto en los armarios blancos y modernos que estaban al final de la habitación, cerca de la cama.
--Oye Cris, he quedado con unos amigos, ¿te apuntas?--
--Pues si, me gustaría conocerlos, así no me aburro--
--no te aburrirás, eso te lo garantizo--
Me convenció, aunque ya estaba convencida, además, seria super divertido, no me quiero pasar otro verano mirando la tele hasta cansarme de ella, básicamente eso es lo que hacía en casa de mis abuelos, un auténtico aburrimiento.
--¡Alex! ¿¡Ya estas listo?!-- esa voz despertó mi curiosidad, seguramente era alguna amiga de mi primo ya que tenía voz de mujer.
--¡Sí! ¡Ahora mismo bajo!-- Después del grito, me dijo que me adelantarse, así que baje las escaleras, abrí la puerta de casa y vi a tres personas, dos chicos y una chica.