Verano17, el destino de los héroes (1)

Capitulo 7. El columpio del espacio

3 de Julio del 2017

                                                                                                           12:49

—Georgina: ¡Cógelo!

—David: ¡Eso intento! Pero no se está quieto en ningún momento

—Elisa: ¿Lo tenéis?

—David: Oh no…—Dijo mirando el cristal. Georgina, David, Irati, Elisa y Alexander llegaron al parque del camping siguiendo un cristal que se materializaba en diferentes lugares del camping por su propio poder, llegando a la zona del columpio, como era tan pequeño, no podían verlo bien, a penas lo podían seguir.

—Irati: ¿Nos puede contar alguien que ha pasado?—David y Georgina se miraron entre sí con la cabeza bajada. —¿Y bien?

—Georgina: Pues veréis… esta mañana…—Explicó lo ocurrido.

FLASHBACK:

                                                                                 10:09 de la mañana.

“Estábamos David y yo a punto para entrenar en otra dimensión y, bueno…”

—Georgina: Vamos, inténtalo de nuevo.

—David: Esta ya es la cuarta vez que lo intento, la espada no responde—Dijo volviéndolo a intentar. Alzó la espada para provocar un corte dimensional.

—Georgina: ¿Como lo hiciste ayer?

—David: Me salió solo.

“Cuando hizo el movimiento no sucedió nada, pero el cristal se soltó y este obtuvo vida propia”

FIN DEL FRASHBACK.

—Georgina: Y nos llevó hasta aquí, eso es todo.

—Alexander: ¿¡Cómo?!

—Georgina: Deberíamos haber probado otro método.

—David: Las críticas al final, si no lo encontramos pronto…

—Molly: ¿Ha habido suerte?—Vino junto con Daniel, Pamela, Leonardo y Aarón.

—David: El cristal debe de estar por la zona del columpio. Pero no lo veo—En ese momento una niña se subió a uno de ellos y al columpiarse fuerte desapareció. —¡¿Pero qué?!

—Pamela: ¿Esa niña acaba de desaparecer?—Pocos segundos después, volvió a aparecer a unos pocos meteros del columpio que se montó, cayendo al suelo de culo.

—Niña: ¡¡Mamá!!—Gritó llorando, era una niña de unos cinco años.

—Pamela: ¿Lo habéis visto?—Preguntó señalando el columpio.

—Molly: Si, yo sí.

—Daniel: No se puede montar nadie más, si la gente lo descubre… no me puedo imaginar lo que pasara.

—David: Debe de estar por aquí—Dijo buscando por toda la estructura.

—Irati: David para, nos están mirando.

—David: Oh, ¿ahora te preocupa eso?

—Irati: Oh ¿me lo vas a echar en cara? ¿Sabes de quien ha sido la culpa?—No dijo nada, y siguió buscando.

—Daniel: ¿Si? Diana, ¿qué pasa?—Dijo tras coger su llamada.

—Diana: Hoy es el día, me dijiste que me ayudarías.

—Daniel: Oh dios, es verdad, ahora estoy ahí—Colgó.

—Elisa: ¿Promesas?

—Daniel: Si, le prometí que la ayudaría con una cosa. 

—Irati: No te preocupes, vete, nosotros ayudaremos a buscar.

—Daniel: Gracias, cuando termine os ayudare—Dijo yéndose.

                                                                                13:01 del medio día.

—Irati: No está por ningún lado—Dijo cansada.

—Leonardo: Es como si hubiese desaparecido.

—Georgina: ¿Y si ha ido a otro lugar?

—David: Entonces, el columpio no tendría que tener esa propiedad.

—Elisa: ¿Te refieres a esa que casi mata a una niña de cinco años? Pruébalo, tú eres el más propenso a utilizar el poder de ese cristal.

—Leonardo: ¿Estás seguro de eso?—David se subió y desapareció al tercer empujón.

—Aarón: Pues sí, sigue aquí.

David se transportó a un lugar completamente desconocido, era otro lugar deshabitado. Solo se veía arena por todas partes, sin ninguna vida a su alrededor. Era arena plateada.

—David: ¿Dónde estoy?—Se preguntó levantándose de la arena.

Cerca del parque, Max observó todo desde que llegaron al parque, esperando el momento indicado para su plan.

—Max: Poco a poco se consiguen las cosas…—Murmuró.

En la otra dimensión, David seguía sin rumbo, perdido entre la arena, andaba de un lado para otro sin saber dónde ir.

—David: Estoy perdido… ¿eh?—Vio un pequeño lagarto de diferentes tonos rosados. —¿Un lagarto? ¿Qué pasa pequeño? ¿Quieres que te siga?—Eso parecía,  pues se veía un animal inofensivo y muy alegre, llegaron a un lugar en ruinas, parecía que el pequeño animal quería que se adentrarse más. —¿Tienes nombre, pequeño? ¿No? Pues tendrás uno a partir de hoy, mm… ¡Piki!

Mientras tanto…en la tierra…

—Aarón: Tarda mucho, la niña tardo segundos.

—Georgina: Algo debe haberle pasado.

En el otro lugar…

—David: ¿A dónde me quieres llevar Piki?

Piki se adentro en las runas indicando que quería que viese algo, David se agachó y cogió la piedra que Piki señalaba.

En ese momento, la piedra brillo y proyectó unas imágenes donde se podía apreciar una princesa de 9 o 10 años, ojos verdes turquesa y su cabello ondulado, largo y plateado. Vestida con un vestido color blanco y una tiara de diamantes azules y rosas.

—XX: ¿Quién eres tú?—Preguntó una estatua de piedra que parecía enfadado.

—David: Me llamo David y…

—XX: ¿A qué has venido? Los forasteros no son bienvenidos.

—David: Pero si no me has dejado terminar.

—XX: No me importa, soy el guardián de este castillo y todos los que no sean de la realeza tienen prohibida la entrada—La estatua lo absorbió llevándole de vuelta a la tierra sin Piki.

                                                                                13:45 del medio día.

El parque estaba deshabitado, era hora de comer así que la mayoría de la gente estaba comiendo en sus parcelas.

Max estaba a punto de intercambiar el cristal del espacio, ya que supo donde estaba, su sorpresa fue el regreso de David quien no se dio cuenta, gracias al poder del cristal que al final intercambió por uno falso.



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En el texto hay: magia, equipo con poderes, batallas de magia

Editado: 09.08.2020

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