Capítulo 5: Esperando
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—Este chico es inteligente… más vale se había tardado mucho en sospechar por qué habían tan pocos empleados. Mr. Vicente se dirigía a su oficinilla a conversar con su capataz sobre lo que haría con la hacienda, la gran hacienda estaba pasando una crisis y si no la resolvía muy pronto llegaría el embargo.
Llego a su oficina y abrió la puerta, dentro de ella esperaba un hombre con sombrero cordobés bien vestido con ropa elegante. Mr. Vicente Frunció el ceño y camino lentamente a su escritorio donde guardaba papeles importantes. El hombre que esperaba a su anfitrión solo subía y baja los dedos de las manos en el manillar del asiento donde estaba. Impaciente por que para el tiempo le valía oro.
— ¿Cómo estas Vicente? Te veo bien viejo amigo —Con sarcasmo el hombre estrecho la mano de Mr. Vicente— Estas todo listo para que me vendas la hacienda…
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El muchacho se fue con discreción a la pequeña oficinilla en donde estaba Mr. Vicente. Escabulléndose entre las sombras cual ladrón, pasando entre las sombras pudo llegar a la ventanilla que atestiguaba todo la Ilíada que sucedía, en esa habitación que movía grandes acciones. Sin más Sebastián pego sus orejas a las rendijas del marco de las ventanas para poder escuchar lo que decían.