Veranoticc

Capítulo 31: Las Montañas del Sur

Capítulo 31: Las Montañas Del Sur

 

Habían pasado ya tres días, desde que huimos del pueblecillo por culpa del tal zorro blanco, el pretendía matar a Zack, y a Sebas, para adueñarse de las haciendas correspondientes, yo no entendía como la desdicha había cundido en ese pueblo, pero solo sabía, que teníamos que escarpar por el momento, aunque siempre en mi mente se me cruzaba el pensamiento de poder echarme una escapaditas más a solas con Sebas a el rio que había a algunos kilómetros a la redonda.

También pensaba en cómo estaban en mi casa, aunque si todo iba normal etaria las cosas así: pedro Follando con Alejandra, mientras que mi papa se lo hacía a mama. Nah… Ellos no pensaban en mí, estaban muy distraídos para eso, además tenía la fachada perfecta para hacer travesuras en este nuevo lugar, de la mano de Sebastián que me mimaba como a una niña de cinco años.      

            El pueblo donde estábamos se Llamaba Esturiercer, que a la ves quedaba próximo del pueblecillo principal, este se caracterizaba por los ríos y lagunas que se encontraban allí, pero sin  nada que envidiar, pues tenían unos puentes bellos y unas amplias calles, por las cuales se podía caminar con toda la libertad del mundo. Nosotros nos separamos de Zack, él se quedaba en otra cabaña un poco más alejada, en  donde hacia sus labores diarias. Mientras que nosotros salíamos en la moto a dar paseos todas las tardes sin falta, pero aun algo me atormentaba, el verano se estaba acabando, y a no ser, de que Zack se moviera e hiciera algo con zorro blanco, yo me tendría que ir a la fuerza a la ciudad otra vez, dejando solo a sebas, y volviendo a tener una mala experiencia.                                                        

Ya muchas veces le había lanzado indirectas de que el tiempo pasaba rápido, y que las cosas tenían sus inicios y finales, a duras palabras, pero el simplemente no las captaba o hacia caso omiso. No sabía qué hacer ante esta situación por eso yacía sentada en la habitación mirando a un punto definido, que me daba de galería una cucaracha muerta. Que tal vez iba a ser la mejor representación de mis sentimientos cuando se acabara el último día de mi jugoso verano.

 

Tal vez la frase perfecta para resumir todo mi verano era; “Me la pase bien, pero me tengo que ir” pero no quería dejar al pobre de Sebastián  todo destrozado, si y yo muy bien sabía que no me iba al otro mundo, pero ya no sería lo mismo.                                                                                                                                            

Hablando del susodicho, el entro con una sesta, y yo me pare de un brinco de la cama.    —Hola amor, mira lo que traje —señalo a la canasta— Unas manzanas para que comas. Las encontré por ahí en unos sembradíos.                            

—Gracias bebe. Dije con gran asombro, —No sabía que en esa zona se produjeran manzanas— pero sabía que debía comerlas antes de que Zack llegara de visita y acabara con todo lo que se podía comer, ya que ellos dos juntos comían más que un escuadrón del ejército.                                                                         

—Oye no ha venido mi hermano por aquí. —Negué con la cabeza mientras le daba un mordisco a la manzana— oh mierda, debe estar con ella, esa chica que conoció hace una semana, espero no se vaya a enamorar.                                                          




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