Veranoticc

Capítulo 42:Lo Que Voy A Hacer Por Ti

 Capítulo 42: La Que voy A Hacer por Ti.

 

—Le dispararon a la cabeza y al pecho, tres balas le pegaron a mi padre, y a mi madre dos. Yo lo vio todo… Yo… Yo…

Zack sintiendo el dolor de la chica y la abrazo con sus fuertes brazos, y después de un beso en los labios, un rose muy consolador, Rosa pudo recobrar la calma.

—Rosa no era mi intensión

—No te disculpes Zack, no tienes la culpa, además tienes que conocerme bien.

Ella sonrió con todo su ser. Sin duda una sonrisa sincera.

—No debes temer ahora yo estoy aquí. Te voy a proteger.

—¿De verdad?

—Si ya lo hice una vez en el rio, puedes contar conmigo, así tenga que cruzar el mundo.

La chica quedo más conforme, estaba segura de que Zack era un hombre que valía millones, no se había equivocado en enamorarse de él.

—Zack Hay algo que quiero que sepas, mi padre dejo un collar, que era para mí, ese collar debe estar en un roble, el lugar donde lo mataron. Ese recuerdo aún sigue ahí. Pero ni se te ocurra meterte a buscarlo, tu eres muy terco además no quiero que te pase nada.

—Tranquila no voy a hacer nada te lo juro— Zack con toda serenidad alzo la mano derecha y juro lealtad a los pedidos de su amada.

<<Pero no sabes que estoy cruzando los dedos de los pies>> 

La chica estaba más que conforme con lo que decía su querido hombre. La verdad es que se sentía afortunada de tener a un hombre tan especial como el. Era un tesoro que había encontrado tirado por ahí.

—Ya me voy cuídate.

La chica asintió con la cabeza, y le dio un pequeño beso a Zack, también lo acompaño a la puerta donde también se volvieron a besar.

—Adiós nos vemos mañana, mi pequeña

—No vemos mañana señor capataz. Ella paso su mano por el pecho de Zack.

Sin más dilaciones Zack se subió a la moto, y salió del alcance de la vista su chica.

<<!ja! ya sé que sorpresa llevarle para el aniversario de nuestros cinco meses juntos>> pensó Zack de camino a casa.

El mensajero de la noche dejo caer la cortina negra que cubría el sol, y las estrellas se dejaban ver, la chica preparada para su trabajo y Zack preparado para dormir… Era noche de luna llena. El instante perfecto para buscar el oro, o mejor dicho, la cadena de plata para Rosa. Se seguro de esperar a que el reloj marcara las doce, porque su amada estaría en el trabajo. Esperaba ver la cara de emoción y ansias al ver esa cadenita.

La noche estaba pintada, y el reloj estaba en su completa mitad, alineándose todas sus agujas. Zack se vistió de negro y con un sombrero nuevo.

Rápidamente llego al barrio donde vivía Rosa y paso a toda velocidad con su moto, para que la distraída camarera no escuchara rugir el escape del motor.  Zack subió la colina y llego a la cima, no había una carretera para ir al campo de flores. Solo un camino algo oscuro de tierra. Ningún problema para el capataz porque traía consigo una linterna potente. Encendió la linterna y apago la moto. Dejándola a un kilómetro de distancia, el camino era muy rústico para los neumáticos de su motocicleta.

Todo iba viento en Popa.

Lo único que Zack no había previsto era: La existencia de una ventana algo gigante detrás del bar, que daba una vista perfecta al jardín de flores. Donde las bailarinas siempre se preparaban y tampoco anticipo a la aludida Rosa mirando con melancolía el campo de flores que le daba muchos recuerdos.

—Rosa despierta del sueño muchacha, tenemos que trabajar. Dijo una de sus amigas.

—Voy solo estoy viendo cómo está el campo…—Se detuvo— No puede ser. —Rosa se levantó de la silla, con cara de espanto.

—¿Que pasa Rosa? ¿Qué tienes? Insistía la amiga preocupada por el bienestar de Rosa.

—Tengo que salir, quédate con las muchachas.

Sin previo aviso la chica salió del camerino a toda marcha, sin perder tiempo pregunto al portero del puesto, que si había visto a un hombre con ropa negra en una moto HARLEY y el portero algo especulativo asintió con la cabeza. Rosa estaba más aterrorizada aun, lo único que no le había contado a Zack era que ese campo de flores, estaba resguardado por una guardia montada, del mismo hacendado loco, si lo encontraban de seguro lo iban a matar. Pero como pudo tomo aire en sus pulmones y empezó a subir la cuesta.

A Zack el viento le favorecía, la luna estaba llena y su resplandor era perfecto, inicuo para caminar por la llanura sin necesidad de la molesta linterna.  Zack buscaba ese roble. Donde habían matado a los padres de Rosa. Habían tantas flores en ese jardín que Zack quedo sin habla, los colores variaban como si fuera un arcoíris multiplicado por mil, y lo que sentía en el pecho, mezclado con un trago de ron y un inhalo de pasión, dopaban su cuerpo a un estado que nunca antes había estado.




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