Veranoticc

Capítulo 54: Descanso Pesando En Ti

Capítulo 54: Descanso Pensando En Ti

 

El ocaso se pintaba en los largos rasca cielos de la ciudad, mientras que Michelle miraba por la ventanilla del auto con dirección al horizonte. Los canes estaban por toda la ciudad, corriendo con sus amos y dejándose desfilar por todas partes, Michelle pensó varias veces comprar un perrito y ponerle de nombre Sebastián, así recordaría todo el tiempo a su amor. En su cerebelo un solo dueño Sebastián, pero ahora no tenía tiempo para ponerse a pensar en su cautivadora sonrisa o en el brillo de sus ojos, o en su cuerpo perfecto de leñador. La universidad iba a empezar y ahora solo le quedaba organizar su rutina diaria.

El suelo estaba húmedo, la primera tormenta de otoño ya había caído, después estaban los múltiples olores de Ron y cigarrillos, y una fuerte explosión a recuerdos corriendo por sus neuronas. Miraba a sus brazos, mirando el reloj dorado de Sebastián, lo único que le había quedado de el. Acariciando el metal frio, una y otra vez sin descanso.

Michelle y sus padres llegaron a la ciudad, y fueron a su departamento con toda la rapidez después de haber dejado a Pedro y Alejandra en sus respectivas casas. Al final había sido una jornada dura, y muchas emociones habían nacido, pero la única que sobrepasaba a las demás era el sentimiento de dolor y la melancolía que crecía como la llama de un fogón ardiente.

Michelle estaba acabada, para que se lo iba a negar si las únicas palabras que pronunció en todo el viaje de regreso fueron “Si” y “Tal vez” cosa que era rara en ella, porque eran las únicas palabras que nunca mencionaba seguidamente. Pedro estaba con una sonrisa de punta a punta, según él había completado el negocio de su vida. Cosa que le importo poco a Michelle. Y su madre estaba contenta con la noticia también.

Michelle al llegar a la casa y entrar a la sala del amplio departamento con vista al parque central de la ciudad, se fue directa a la cama, todo estaba como lo había dejado, ni una cosa más ni una menos. Y las cortinas estaban entrecerradas, mas dejaban pasar un pequeño rayo de luz en dirección a la cama. Ella soltó las maletas y se paró delante de la cama, después dejo caer su cuerpo y la cama la atajo, para ella volver a tener una cama decente, fue como estar en el paraíso, y dormir en las mismas nubes.

El pequeño rayo de luz tenue, daba consuelo, mientras miraba los últimos rayos de sol del día, mientras pensaba en el pueblo y en todos.  Pero como cosa del destino, el pasado hizo cansar la mente de Michelle y no paso mucho antes de que se quedara dormida, con las manos en la cabeza y el cabello desordenado, además de un leve rubor en los pómulos. Dándose un merecido descanso, tanto que se olvidó quitar las zapatillas.

Pero en un largo tiempo, ella por fin podía descansar, como es debido.




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