Capítulo 55: Empieza De Nuevo La Universidad
Las clases empezaban con la brisa del mes de octubre, un frio invadió la ciudad, y ahora éramos incapaces de salir a la calle sin un abrigo. Por otra parte mis clases empezaban a las ocho de la mañana, ya estaba vestida pero con un temor en el pecho. Mis amigos de la universidad iban a estar presumiendo como habían ido a Cape Cop, mientras que yo iba a contar como me disloque la pierna y entre balas y explosiones conocí a un hacendado sexy, que se estaba muriendo por mí, y al leñador más bello del mundo: Mi Sebastián.
A lo mejor, ninguna de mis compañeras iba a creer eso, pero me daba igual yo guardaba el luto de mi amado, con el negro de mi vestimenta, aunque contara mil veces con toda la sinceridad del mundo, nadie me iba a creer que estuve en medio de una guerra de hacendados y tuve un amor de película. Nadie lo iba a creer, pero me daba completamente igual, porque lo que más me gustaba —y era algo bueno después de tanta desgracia— es que había empezado mi rutina normal cada día. Ya las balas de escopeta y los lindos atardeceres pintados de rojo, se alejaban de mí.
Tras haber desayunado, me puse en marcha a la universidad, esta vez no tomaría el coche me fui bus, Salí de mi casa después de haberme despedido de mi madre, y mi padre estaba asunte, salió a hacer un trabajo, así mismo me lo dijo mama. Después de eso, camine una cuadra hasta llegar a la parada del autobús. Ya eran las siete con cuarenta y cinco minutos, iba retardada, iba a llegar tarde, porque el bus se iba a tardar mínimo veinte minutos en llegar.
Ya empezaba en la ciudad con mal pie, pero seguí adelante, mientras pensaba en Sebastián. Y ¿Que pensaba? Pensaba simplemente que, era de lo más bonito que si estuviera vivo, seguirá detrás de mí, y me acompañaría hasta la universidad, que si era necesario, me acompañaría en clases, aunque estuviera todo el día sentada en los pupitres. Que tal vez hubiera dejado a su hacienda, para seguirme a esta selva de concreto y que encima me iba a llevar a cape Cop.
Llegue a la universidad con diez minutos de atraso. Y encima la clase había empezado, me daba demasiada pena entrar e interrumpir la clase, así que me quede afuera del salón, caminando por los pasillos. Me senté en una banquita al lado de las escaleras mientras esperaba a que mis compañeros salieran de clases. Aún faltaba más de cuarenta y cinco minutos, así que me puse los audífonos rojos que siempre tengo y me sumergí en la música.
Después de escuchar algunas canciones sentí que alguien me estaba tocando el hombro, así que me quite los audífonos y con mi mirada más austera le apunte a los ojos. Pero para mi sorpresa tuve que disculparme, porque el que estaba detrás mío, era nada más y nada menos que Felipe. De inmediato quite esa mirada frívola y me levante de la banca.
—Ay Felipe ¿Cómo estás? —Agregue con indulgencia— no sabía que eres tu yo pensaba…
—No importa no me tienes que dar explicaciones. —Hay estaba esa voz ronca que tanto me gustaba.
—No fuiste a Cape Cop ¿Que sucedió?
—Es que tuve algunos problemas.
Su piel estaba quemada hasta la medula, estaba claro que había ido a la playa y que encima me busco, no le pude dar mejor explicación que decirle que se me presentaron algunos problemas, cosa que me fue algo necesario para escaparme de la situación.
—¿No tienes clases?
El no estaba en la misma carrera que yo, al final lo había conocido por Alejandra. Mire mi reloj en busca de la respuesta.
—Me quedan treinta y cinco minutos. ¿Porque?
—Conversemos Michelle, vamos a la cafetería te invito un café.
El hombre se dio la vuelta y empezó a bajar las escaleras lentamente, dejando ver su espalda marcada, aun cuando tenía una camiseta holgada a su cuerpo. yo me quede como una tonta mirando, mientras asentí con la cabeza, y empezaba a bajar las escaleras en dirección a la cafetería.